CONTROL DE LOS IMPULSOS Y DE LA CONDUCTA

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¿QUÉ SON LOS TRASTORNOS DESTRUCTIVOS DEL CONTROL DE LOS IMPULSOS Y DE LA CONDUCTA?

El control de los impulsos nos permite vivir en sociedad, cumplir leyes y respetarnos los unos a los otros, por lo que una alteración en el manejo de los mismos nos perjudica a nivel personal y dificulta nuestras relaciones sociales. Las personas que tienen dificultades para controlar sus impulsos se ven incapaces de resistirse a un impulso, un deseo o la tentación de llevar a cabo un acto que los puede perjudicar a ellos personalmente o a otras personas.

Los trastornos destructivos del control de los impulsos y de la conducta se caracterizan por dificultades en el autocontrol del comportamiento y de las propias emociones, de manera que estas dificultades se manifiestan en forma de conductas que transgreden límites y violan los derechos de las demás personas (agresiones, destrucción de objetos, robos, etc.), así como en forma de conflictos con otras personas. Se observan conductas negativistas, desafiantes, desobedientes, agresivas y hostiles, con comportamientos poco cooperativos y/o de falta de respeto hacia los demás. Este tipo de trastornos causan un deterioro muy significativo en la esfera familiar, laboral y social, debido a las dificultades para adaptarse a un ambiente normativo y a las demandas y límites del entorno.

Tipos de trastornos de conducta:

  • Trastorno negativista desafiante
  • Trastorno explosivo intermitente
  • Trastorno de conducta
  • Trastorno de la personalidad antisocial
  • Piromanía
  • Cleptomanía

Síntomas de Trastornos de Conducta:

Algunos de los síntomas propios que experimentan las personas con este tipo de trastorno son:

  • Acciones irresistibles: No puede resistirse a llevar a cabo acciones que puedan ser perjudiciales para él o para los demás (impulsos de ira, robo, etc.).
  • Antes de llevar a cabo la acción se produce cierto grado de tensión emocional, pero al realizar la acción la persona experimenta placer o liberación.
  • En ocasiones, sentimientos de culpa o arrepentimiento después de la acción.
  • Preocupaciones, inquietud.
  • Explosiones de ira y/o agresividad.
  • Baja capacidad de autocontrol y autoregulación emocional.
  • Irritabilidad, evasión de los problemas, malestar emocional, etc.
  • La persona comete delitos o faltas a menudo.
  • La persona se ve envuelta en conflictos y peleas frecuentemente.

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