“Las oportunidades no siempre aparecen de frente, muchas veces es el resultado de darle la vuelta a una situación”.
“El éxito está relacionado con ampliar la visión del mundo”.
“Los totalismos del tipo “los demás siempre y yo nunca”, etiquetan la trayectoria de la persona y no dan lugar a ninguna otra opción”.
En la siguiente entrevista, Mª Teresa Mata, psicóloga colaboradora del INSTITUT D’ASSISTENCIA PSICOLOGICA I PSIQUIATRICA MENSALUS, nos habla sobre la importancia de generar alternativas para sentirnos libres y poder funcionar.
¿Qué sucede con aquellas personas que, cuando no consiguen una meta, no se plantean alternativas?
Entrar en una dinámica de búsqueda de caminos ofrece capacidad de gestión y seguridad. Habitualmente, la persona que plantea diversidad de posibilidades, difícilmente experimenta sensación de fracaso ya que una “pérdida” siempre le lleva a otra opción (Ej.: “No conseguí que la empresa “X” aceptara mi proyecto pero esto hizo que me pusiera manos a la obra y ampliara la búsqueda fuera del país. Ahora he contactado con una empresa extranjera que, además, me ofrece funciones interesantes para mi currículum”).
Las personas que no piensan en alternativas sí pueden sentirse fácilmente derrotadas. Sentir que ya no existe otra opción, automáticamente, se traduce en un mensaje: “no he sido capaz”. Esta experiencia de forma repetida alimenta una visión negativista que señala al individuo como víctima y a los demás como afortunados.
¿Esta tendencia es natural en el ser humano? ¿Se puede cambiar?
El ser humano está configurado para unir la razón y el ingenio con el objetivo de generar alternativas. Dichas alternativas aparecen con más o menos facilidad dependiendo del número de experiencias. Cuanta más exposición a nuevas situaciones, mayor actividad cerebral, más capacidad de decisión, más experiencia y más alternativas almacenadas.
Aún así, es cierto que muchas personas, quizás por herencia emocional o por rasgos de personalidad, presentan una tendencia negativista que no les permite buscar fácilmente otros ángulos de visión. El negativismo se alimenta del fracaso y da rienda suelta a totalismos que atrapan a la persona.
¿De qué tipo de totalismos estamos hablando?
Cuando hablamos de totalismos nos referimos a los famosos “todo/nada”, “siempre/nunca”, es decir, aquellos pensamientos que no valoran la escala de grises.
Pensar en totalismos, habitualmente, genera en el individuo una sensación de “estoy maniatado”, dado que el pensamiento no ofrece otra posibilidad. Por ejemplo: “siempre me va mal” o “nada me sale bien”, son ejemplos de afirmaciones que eluden aquella parte de la realidad que sí funciona.
El pensamiento totalista es un pensamiento irreal e incompleto, está falto de información (no tiene en cuenta todos aquellos casos en los que las cosas sí han ido o pueden ir bien). En terapia trabajamos mucho con las excepciones para combatir el pensamiento totalista.
¿Qué es exactamente el trabajo de las excepciones?
El trabajo de las excepciones responde a aquella intervención psicoterapéutica que potencia la reflexión sobre cuestiones, muchas veces rutinarias, que sí funcionan en la vida del individuo pero, debido al malestar o la visión negativista, no se tienen en cuenta. Así mismo, las cuestiones abren un diálogo sobre las capacidades que posee aquella persona y las acciones que está llevando a cabo.
Por ejemplo, imaginemos el caso de una persona que se siente deprimida y desafortunada. Su discurso señala oportunidades laborales que ha perdido e incapacidad por cambiar las cosas ya que, haga lo que haga, la suerte no le acompaña.
En este caso, con el objetivo de trabajar las excepciones y ampliar su visión del mundo, le plantearíamos preguntas del tipo:
- Comentas que todo te va mal pero, ¿qué aspectos sí funcionan de tu día a día?
- ¿Qué has hecho para que puedan funcionar?
- ¿Qué te aportan todos estos aspectos que sí funcionan?
- Nos hablas de pérdidas de oportunidades laborales e insatisfacción en tu puesto actual. ¿Hay algo positivo que te proporcione tu trabajo? ¿Qué se te da bien del mismo? ¿Cómo te sientes al respecto?
Y en aquellos casos en los la persona no considera otras opciones de resolución, ¿qué tipo de trabajo puede ayudar a valorar nuevos ángulos de visión?
Tener presente alternativas y hacer este entrenamiento de fusionar la razón y el ingenio pasa, en primer lugar, por el análisis objetivo de la situación: desde dentro solo escucho mi queja, desde fuera puedo ver el problema que me aqueja. La posición objetiva se trabaja a partir de “desmenuzar” la situación que preocupa al paciente, es decir, de dividirla en partes (este es un trabajo psicoterapéutico de identificación de elementos) para dejar de sentirla como un todo (contra un todo es más difícil luchar). En segundo lugar, la detección de pensamientos rumiativos y totalistas permite ser consciente de la dificultad que ellos mismos provocan. Una vez tomada esta conciencia la persona se permite generar pensamientos alternativos en los que ya no sea la víctima, sino un elemento más del entramado. Por otro lado, técnicas como los cuadros de autopropuestas ayudan a la persona a valorar con mayor profundidad y posicionarse en un rol más activo.
¿Podrías mostrarnos un ejemplo de cuadro de autopropuestas?
El trabajo de autopropuestas (alternativas que uno genera) vendrá definido por preguntas que valoren cada opción de forma clara y esquemática. El resultado es un cuadro muy visual que mide los pros y contras así como el grado de satisfacción esperado tras conseguir la propuesta. Cuestiones como las que presentamos a continuación construyen el ejercicio:
- ¿Qué puedo ganar si llevo la propuesta a cabo?
- ¿Cuánto y qué puedo perder?
- Y ¿Qué grado de satisfacción espero? (0-100)Las personas podemos convertirnos en generadores de alternativas, en creadores de opciones. Entrenar esta capacidad nos hace ágiles y resolutivos. Abrir el abanico de posibilidades nos recuerda los caminos que podemos seguir y descubrir. El trabajo psicoterapéutico hace justamente esto: empoderar al paciente para CREAR y SENTIRSE DUEÑO DE SUS PROPIAS DECISIONES.
Muchas gracias Mª Teresa.
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