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Separación de los padres. Repercusión en el estado emocional de los hijos

En los meses que siguen a un divorcio o separación de los padres, la mayor parte de los niños exteriorizan ciertas dificultades en mayor o menor grado, sobretodo al tener que adaptarse a la nueva organización y comprender los cambios que este proceso conlleva.  Algunos niños experimentan problemas más graves, principalmente relacionados con conductas agresivas o antisociales, estados anímicos depresivos e incluso problemas de concentración y rendimiento en la escuela.

Algunas de las principales preguntas que se formulan los padres antes y después de la separación, van relacionadas justamente con el efecto que ésta tendrá sobre los niños y sobre cómo ellos encontrarán sentido a lo que está ocurriendo.

En la siguiente entrevista, Pilar Solé, psicóloga colaboradora del INSTITUT D’ASSISTENCIA PSICOLOGICA I PSIQUIATRICA MENSALUS, nos habla sobre cuáles son las principales preocupaciones de los padres que se separan y sobre cómo este hecho repercute en los hijos.

¿Cuál es la principal preocupación de los padres que se divorcian?

Cuando los padres deciden separarse, una de las preocupaciones fundamentales es la repercusión que este hecho pueda tener sobre los hijos.  Cuando una pareja llega a tomar la decisión de separarse, hay que tener en cuenta que mucho antes ya han existido conflictos importantes que han podido tener mayor o menor repercusión en el estado emocional de los hijos.  No únicamente las discusiones pueden afectarles. También la distancia o la frialdad que han podido observar entre las dos personas más importantes en su vida, personas de las que esperan atención, afecto y estabilidad.  Por todo ello, la principal preocupación de aquellos padres que se separan, es que sus hijos sufran y como consecuencia, existan repercusiones a nivel emocional, no únicamente en el momento presente, también de cara a un futuro.

¿Qué repercusiones tiene la separación de los padres sobre los hijos?

La separación de los padres  puede tener repercusiones a corto o largo plazo.  Pueden aparecer síntomas adaptativos, tales como somatizaciones, miedos, ansiedad, cuadros depresivos, problemas de conducta, retroceso en hábitos que se habían adquirido, problemas escolares, etc. Y pueden agravarse síntomas que ya existían anteriormente.  Es importante estar atentos a todos estos síntomas y buscar asesoramiento, para poder así tratarlos y facilitar este momento de transición en la vida del niño.

¿Cómo se pueden minimizar estas repercusiones?

Para tratar de minimizar los efectos en los niños, se recomiendan una serie de pautas:

En primer lugar es importante buscar un momento tranquilo para informar a los hijos sobre la separación.  La información debe ser veraz, pero se recomienda no entrar en detalles personales.

Posteriormente, es necesario explicar con claridad que la decisión es exclusivamente de los padres. Que en ella no ha intervenido el niño, es decir, que él no tiene la culpa.

Por otro lado, es importante aclarar al niño que seguirá teniendo a los dos padres. Entrando en detalle en el acuerdo de régimen de vistas para ayudarle a organizarse.  Se recomienda informar que las características del amor de los padres hacia los hijos son diferentes del amor entre la pareja.

Los padres deben tener en cuenta el intentar evitar interponer al niño en el conflicto. Las situaciones de separación de pareja son fuente de mucho estrés. Los padres pueden realizar actos que en una situación más tranquila no harían.  Por ello, es importante evitar hablar mal del otro progenitor. Así como de la familia extensa. No entrar en detalle sobre los aspectos económicos del proceso, sobre las nuevas parejas, etc.

Además, se recomienda intentar mantener al máximo el entorno del niño (mismo colegio, población, etc.) principalmente al inicio, para que éste sea lo más estable posible.

Para terminar, los padres deben continuar realizando la función educativa.  Podemos entender que el niño, al encontrarse afectado por la situación, presente una menor disposición para mantener los hábitos diarios, pero que los adultos comprendan esta situación no implica caer en conductas de sobreprotección y consentimiento absoluto.

Posiblemente para algunos padres esta tarea no es fácil.  ¿Cómo puede un profesional de la Psicología ayudarles en este proceso?

Si por diversas razones la separación prevé ser muy complicada, los padres pueden solicitar la ayuda profesional de un psicólogo.  El terapeuta puede ofrecer pautas a los padres antes de iniciar el proceso con el objetivo de prevenir posibles trastornos, proporcionar una mediación entre los padres cuando los conflictos sean de difícil resolución, y facilitar una valoración individual del niño y una posible intervención psicológica en caso de presentar problemas que dificulten la funcionalidad de su día a día, tales como una conducta agresiva hacia los progenitores o profesores, un comportamiento antisocial con los amigos, actitudes infantiles en casa de la madre o el padre, o problemas de concentración a la hora de realizar sus tareas.

Muchas gracias Pilar.

Entrevista realizada por Mª Teresa Mata.

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