Skip to content

El juego patológico. Los juegos de azar.

Esta semana hablamos sobre el juego patológico con Xavier Carbonell Sánchez, Doctor en Psicología por la Universidad de Barcelona, Vicedecano de Postgrado e Investigación y profesor titular de la Universidad Ramon Llull (FPCEE Blanquera), donde imparte asignaturas en la Licenciatura de Psicología, en el Programa de Doctorado y en el Máster en Psicología Clínica.  Investigador principal del grupo de Conductas Desadaptativas, tiene una amplia experiencia en la investigación sobre adicciones y publicaciones científicas.

 

¿En qué casos el juego de los adultos puede resultar conflictivo o patológico?

En principio, y más allá de los criterios del manual del DSM-IV, en relación con las conductas adictivas, podríamos decir que una actividad de juego se ha convertido en patológica cuando aparecen la dependencia psicológica y los efectos perjudiciales. Podemos hablar de una auténtica “adicción conductual” similar a la adicción a ciertas sustancias.

La dependencia psicológica se manifiesta a través del deseo, ansia o pulsión irresistible, la polarización o focalización atencional, la modificación del estado de ánimo, y la pérdida de control e impotencia.

Para considerarlos perjudiciales, los efectos tienen que ser graves y alterar tanto el ámbito intrapersonal (experimentación subjetiva de malestar) como el interpersonal (trabajo, estudio, ocio, relaciones sociales, etc.); además,  los síntomas deben estar presentes durante un periodo de tiempo continuado.

Entre todos los tipos de juego, existe uno que los especialistas reconocen potencialmente como muy adictivo: el juego de azar con recompensa económica.  La patología relacionada con este tipo de juego es lo que denominamos juego patológico o ludopatía

¿A qué tanto por ciento de población afecta el juego patológico?

A lo largo de la historia hemos conocido la adicción al juego de emperadores romanos como Augusto y Claudio, así como de escritores, entre los más famosos Góngora y Dostoievski; este último nos legó su clásico “El jugador”.  Todos ellos, no obstante, eran casos excepcionales y poco significativos desde el punto de vista social.

Sin embargo, actualmente, la ludopatía ha alcanzado proporciones preocupantes, en gran medida debido a las condiciones sociopolíticas que la estimulan; basta un breve paseo por cualquier ciudad española  para percibir la constante incitación al juego de azar.  La lista de reclamos y variedades es interminable, de ahí que en el Estado español se gasten cifras astronómicas en este tipo de juegos; por ejemplo, en 2006, los españoles jugamos más de 28.000 millones de euros y en 2007, más de 30.000, correspondiendo el 40% de lo gastado a las ya tradicionales máquinas tragaperras. Con una oferta tan amplia no es extraño que algunas personas experimenten problemas para controlar sus apuestas y pasen de ser  jugadores sociales a  patológicos.

Aunque no es fácil determinar con exactitud cuántas personas pueden estar afectadas por esta patología, se estima que, en España, la cifra alcanza hasta un 2% de la población, un dato que más o menos coincide con el de otros países.

¿Qué tipo de juego suscita más demandas de tratamiento?

Si intentamos establecer una tipología de juegos, podemos distinguir entre los recreativos (de destreza, de suerte, o que combinan ambos factores) y los de azar, donde suele existir una recompensa económica que depende por completo del azar.  Entre los juegos de azar encontramos las máquinas tragaperras.  Concretamente, la adicción a este tipo de juego es la que suscita más demandas de tratamiento.

Las máquinas tragaperras se han convertido en el paradigma de máquina que incita al juego de azar con recompensa económica.  Las tragaperras están a disposición del jugador en bares y casinos y, tal como su nombre indica, la apuesta es pequeña.  Por ello, el jugador tiene la sensación de controlar, de que sus elecciones incrementan la posibilidad de ganar y de que no depende exclusivamente de la suerte como sucede en la ruleta.  Pues bien, nada de todo ello es cierto: las acciones del sujeto están determinadas por un programa de reforzamiento intermitente y no por su habilidad.

Hoy también existe la posibilidad de jugar este tipo de juegos online de forma interactiva (por ejemplo ruleta online), lo cual multiplica el número de jugadores patológicos potenciales.

¿Cuáles son los mecanismos de la adicción al juego de azar?

Psicológicamente el juego de azar es un reto a la suerte mediante el cual una persona intenta poner a prueba sus fantasías de cambiar mágicamente su destino.  El aspecto mágico del juego es primordial.  Se llaman juegos de azar porque no hay forma de controlar sistemáticamente los resultados del juego y, por tanto, apenas intervienen las habilidades de la persona.

Desde un punto de vista neurológico, una estimulación eléctrica de algunas regiones del encéfalo produce un claro efecto reforzador.  Normalmente los circuitos de recompensa del encéfalo son estimulados por las conductas que tienen un valor de supervivencia tales como ingerir alimentos, beber agua, mantener una temperatura corporal adecuada, la actividad sexual o las intervenciones sociales y familiares.  Sin embargo, estas zonas de recompensa pueden ser estimuladas por otras conductas o sustancias, como por ejemplo la cocaína o la nicotina, sustancias que pueden estimular poderosa y directamente estos circuitos.

Las tragaperras

Dicho esto, en relación al jugador de tragaperras, sabemos que éste recibe una respuesta a su acción (sabe si su jugada ha sido ganadora o perdedora) cada cinco segundos; se trata de una actividad repetitiva y autoestimuladora.  Cuando los psicólogos del aprendizaje analizan una conducta, se fijan en el programa de reforzamiento y las características de los reforzadores.  El juego de azar es claramente un caso de lo que se conoce como programa de reforzamiento intermitente: no todas las conductas son reforzadas y no siempre.  Las máquinas se diseñan para premiar cada determinado número de jugadas, independientemente del tipo de acción efectuada, porque se sabe que el reforzamiento intermitente es el mecanismo más potente para mantener una conducta establecida, en este caso la de jugar por dinero.

Estímulos condicionados

En cuanto a la intensidad o potencia del reforzador, sabemos que el dinero es un potente reforzador y su ausencia un potente reforzador negativo (en principio, la disminución o falta de recompensa económica reduciría la ocurrencia de la conducta de jugar).  El jugador patológico, para recuperar el dinero perdido, se enfrasca en una espiral cada vez más perjudicial, porque sabe que alguna vez podría ganar (refuerzo positivo intermitente).

Otro factor de menor importancia es que el reforzador primario (el dinero) está precedido por estímulos condicionados que lo anteceden.  Con este tipo de máquinas el jugador aprende que determinadas músicas o sonidos están ligados a la máquina y al premio.

Para terminar, la disponibilidad espacial y temporal del estímulo es otro factor.  Las máquinas son más adictivas que otros juegos de apuestas porque están más disponibles en bares, bingos y casinos que otros juegos que sólo se encuentran en casinos, mucho menos extendidos en nuestro territorio que los bares.

¿El juego patológico a menudo está asociado a otros trastornos?

Frecuentemente el juego patológico sí está asociado a otros trastornos, pero no es necesario padecer un trastorno mental o un trastorno de personalidad para llegar a ser adicto.  Sí que hay circunstancias en la vida de una persona que pueden hacerla más vulnerable o más segura frente a los posibles problemas.  Estados depresivos, de ansiedad, sentimientos de soledad o de pérdida pueden hacer que una persona recurra al juego o al consumo de sustancias para lograr el bienestar.

Otros trastornos pueden ser simultáneos o paralelos.  El consumo de alcohol puede desarrollarse en paralelo al del juego; a más alcohol más juego y al revés.

Por último, algunos trastornos son consecuencia de la conducta adictiva.  Un jugador puede caer en una profunda depresión al ser consciente de las consecuencias económicas, familiares, legales, etcétera, que le ha provocado el juego.

Muchas gracias Dr. Carbonell.

Entrevista realizada por Mª Teresa Mata.

Xavier Carbonell Sánchez es Doctor en Psicología por la Universidad de Barcelona, Vicedecano de Postgrado e Investigación y profesor titular de la Universidad Ramon Llull (FPCEE Blanquera).

Tabla de contenidos
Mensalus
Mensalus
Estamos formados por un colectivo de más de 30 profesionales independientes, con un alto grado especialización en las diferentes áreas de Salud Mental. Ello permite ofrecer una asistencia individualizada, pero integrada en un equipo multidisciplinar, en las áreas de psicología, psiquiatría, neuropsicología, psicopedagogía, coaching y crecimiento personal.
Secciones del Blog

Solicita información