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Comunicación efectiva: Focalizarse en el otro

Todo acto de comunicación tiene un objetivo.

Muchas veces nos comunicamos desde un discurso centrado en nuestra necesidad.  Por supuesto, si estamos preocupados por lograr una meta (por ejemplo, obtener un cambio laboral), nuestro pensamiento se focalizará en ella.

Ahora bien, ¿cuántas veces nuestro discurso únicamente habla desde el “yo, yo y yo” y la propia necesidad (por ejemplo, obtener un ascenso), y pierde de vista la necesidad del receptor (por ejemplo, un jefe)?

En estos casos, ¿focalizar la atención en el otro facilitará la persecución de nuestro objetivo? Obtener más información sobre qué piensa, siente y desea el receptor, ¿resultará de ayuda?

En la siguiente entrevista, Mª Teresa Mata, psicóloga colaboradora del INSTITUT D’ASSISTENCIA PSICOLOGICA I PSIQUIATRICA MENSALUS, nos da la oportunidad de dar la vuelta a aquellas conversaciones que, por distintos motivos, no resultan efectivas.

Cuando queremos conseguir algo, además de nuestra necesidad, ¿qué otros aspectos debemos tener en cuenta?

Una cosa es aquello que pensamos y otra aquello que expresamos.  Lo que en realidad decimos es una simplificación del pensamiento. En un diálogo existen 4 pasos:

  • Primer paso: El emisor piensa “X”.
  • Segundo paso: El emisor procesa mentalmente “X” y termina diciendo “Y”.
  • Tercer paso: El receptor escucha “Y” pero mentalmente procesa “Z”.
  • Cuarto paso: El receptor, tras procesar “Z”, responde “K”.

Esta es la realidad de la comunicación: X, Y, Z, K…Entenderse no resulta tan sencillo como parece.

Ante tal diversidad de mensajes es fácil que, si cada uno se centra únicamente en su propio discurso, se produzca un auténtico caos comunicativo.

Comentarios del tipo “yo ya me he explicado bien” o “es ella quien no me ha entendido”, focalizan la atención en nosotros y pierden de vista al otro, entrando en un bucle de malos entendidos que nos alejan del objetivo real: “quiero que mi mensaje llegue y se cumplan mis propósitos”.

¿Por qué sucede esto?

Por muchos motivos. De entrada, tal y como enunciábamos, la expresión verbal es una simplificación del pensamiento.  En ocasiones, no conseguimos una comunicación suficientemente precisa, no calculamos qué pensamientos realmente elabora el receptor, nos tomamos como algo personal el mensaje que nos llega, etc.

No importa lo que uno diga, sino lo que el otro entienda.  Por ello, tenemos que preocuparnos por cómo nuestro mensaje es recibido, de lo contrario, terminarán existiendo dos realidades muy distintas en la conversación.

¿Qué puede facilitar que nuestro mensaje llegue?

Para conseguir que nuestro mensaje llegue es necesario tres puntos básicos: explorar, argumentar y conectar:

  • Con explorar nos referimos a averiguar qué se esconde dentro del pensamiento del otro.
  • Cuando hablamos de argumentar buscamos construir el mensaje que deseamos expresar.
  • Y conectar es el resultado de poner en práctica las habilidades necesarias para que dicho mensaje llegue.

Tener presentes estos tres puntos garantiza que prestemos atención a algo más que nuestra necesidad.

Así mismo, que el contenido del mensaje guarde un equilibrio entre la lógica, la emoción y la ética, facilita la conexión que buscamos:

  • Cuando hablamos de lógica nos referimos a la congruencia del mensaje.
  • El mensaje parte de una emoción y despierta otra en el receptor.
  • La ética está presente cuando el emisor cree aquello que explica.

¿Existen pautas en la comunicación que puedan servir de ayuda a los lectores?

Bien, existen unos principios básicos que siempre podemos tener en cuenta.  Qué hacer para cumplir cada principio ya es una elección personal y de habilidad comunicativa (se puede entrenar en psicoterapia).

A continuación, citamos los principios de forma esquemática para facilitar su recordatorio:

  • “¿Cuál es mi objetivo?”.  El emisor debe tenerlo claro.
  •  “Quiero captar la atención del otro y que esta atención se mantenga”.  El receptor tiene que tomar una decisión: hacer caso o no al emisor.  El emisor busca las estrategias para conseguir ser escuchado.
  • “Necesito generar una conexión”.  Para ello, el emisor crea cercanía en la conversación a partir del manejo del discurso.
  • “Es importante centrarme en el otro y demostrarlo”.  Mostrar interés en el otro a partir de preguntas que busquen obtener información, crea una sensación de atención y dedicación (Por ejemplo: explorar ideas, emociones, valores, expectativas y necesidades del receptor).

Estamos viendo que la conexión con el otro es básica para que nuestro objetivo se cumpla.  A partir de este titular, ¿podrías proporcionarnos otros consejos que generen proximidad con el receptor?

En el entrenamiento de las habilidades comunicativas y la inteligencia emocional, en psicoterapia hablamos muchas veces de:

  • Valorar las escalas de grises (quizás llevamos una idea preconcebida y nos cuesta pensar en otras posibilidades también buenas que antes ni imaginábamos).
  • Realizar cesiones (a veces tenemos que renunciar a una parte).
  • Desglosar nuestro pensamiento y convertirlo en algo palpable (reflexiones internas que persigan auto argumentar aquello que deseamos transmitir).
  •  Y utilizar clarificaciones que faciliten nuestra expresión (por ejemplo por medio de analogías).

Interesante el uso de las analogías, ¿Por qué resultan especialmente útiles? ¿Podrías ofrecernos algún ejemplo?

Las analogías tienen como objetivo crear una representación gráfica y simple de nuestro mensaje.  Así pues, simplifican significados al crear una imagen mental rápida de algo aparentemente complejo. Con ellas provocamos que la emoción llegue instantáneamente.

Por ejemplo, si un amigo nos habla de empezar un negocio pensando en cuántas franquicias abrir sin haber montado la primera, le podemos decir que una casa construida desde el tejado no tiene las paredes imprescindibles para sustentarse.  Incluso añadiremos: “¿Te imaginas cómo sería construir algo así?” En ese momento, el amigo crearía una imagen mental y pensaría: “un tejado flotando es algo físicamente imposible”.

Tomando como referencia el tema protagonista, la comunicación, de esta entrevista, otra analogía podría ser:

Comunicarnos sin prestar atención al otro en ocasiones es como estar en un laberinto, entramos rápido pero, a la hora de salir, damos muchas vueltas hasta encontrar el camino acertado.

Muchas gracias Mª Teresa

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