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Los problemas sexuales. Síntomas visibles e “invisibles”. Entrevista a Yolanda Segovia

La información sobre sexualidad es un aspecto imprescindible en la maduración del ser humano.  Dicho conocimiento nos permite disfrutar de las relaciones íntimas con naturalidad y derribar posibles mitos generadores de ansiedad y malestar.  En esta difusión de información, cada vez existen menos limitaciones socioculturales, pero aún así, en pleno siglo XXI, la educación sexual sigue siendo para muchos una asignatura pendiente.  El miedo y el desconocimiento afectan a nuestro comportamiento sexual, limitándolo y favoreciendo la aparición de problemas sexuales que alteran nuestro bienestar, así como la interacción con nuestro entorno social y familiar.

En la siguiente entrevista, Yolanda Segovia, psicóloga colaboradora del INSTITUT D’ASSISTENCIA PSICOLOGICA I PSIQUIATRICA MENSALUS, nos habla sobre las principales disfunciones sexuales y su abordaje psicoterapéutico.

¿Qué entendemos por sexualidad y qué factores la definen?

Si atendemos a la definición de sexualidad realizada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), veremos que alude a una dimensión fundamental del ser humano:

La sexualidad es un aspecto central del ser humano, presente a lo largo de su vida. Abarca al sexo, las identidades y los papeles de género, el erotismo, el placer, la intimidad, la reproducción y la orientación sexual.  Se vivencia y se expresa a través de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, conductas, prácticas, papeles y relaciones interpersonales.  Esta puede incluir todas estas dimensiones, no obstante, no todas ellas se vivencian o se expresan siempre.  La sexualidad está influida por la interacción de factores biológicos, psicológicos, sociales, económicos, políticos, culturales, éticos, legales, históricos, religiosos y espirituales” (OMS, 2006).

La sexualidad se rige por factores psicológicos (motivacionales, emocionales y de actitud), así como por influencias del contexto social en que nos desenvolvemos, un contexto en el que aprendemos normas y creamos expectativas, y en el que quizás, los aspectos biológicos no tienen tanta repercusión a pesar de desempeñar una importante función en la sexualidad humana.

Así pues, generalmente, nuestras actitudes y comportamientos sexuales se ajustan a nuestra sociedad y a los grupos sociales a los que pertenecemos (Laumann et al., 1994), a pesar que tendemos a considerar nuestra sexualidad como natural o biológicamente innata.

¿Por qué motivos aparece la sintomatología sexual?

Considerando la sexualidad humana desde una vertiente global y atendiendo a los problemas sexuales desde una perspectiva psicológica,  el síntoma sexual sería una posible manifestación de otro tipo de problemas.  Cuando nos resulta difícil encontrar la forma adecuada de solventar una experiencia, aparece el síntoma como un modo de afrontar la situación; el síntoma indica un malestar visible que se anhela solventar.

Aún así, ante todo, no olvidemos descartar un posible problema fisiológico asociado a la sintomatología sexual.

¿Cuáles son los principales problemas sexuales por los que consulta la población?

Existe una alta prevalencia de disfunciones sexuales.  El porcentaje más elevado de consultas se centra en la disfunción eréctil, la eyaculación precoz y el deseo sexual hipoactivo (falta de deseo).

¿Qué síntomas sexuales pueden aparecer en las problemáticas anteriormente citadas? 

Las disfunciones sexuales muestran unos síntomas observables (falta de erección, eyaculación precoz, falta de deseo, etc.) pero también aspectos menos visibles que conviene tratar (miedos, inseguridad, problemas de pareja, inadecuada información sobre sexualidad o falta de ella, mitos, creencias, expectativas, presión por la belleza, trastornos alimentarios, etc.).

¿Nos podrías describir estas tres problemáticas (disfunción eréctil, eyaculación precoz y deseo sexual hipoactivo) de un modo más detallado?

La disfunción eréctil es una de las problemáticas que más preocupa a la población masculina.  Algunos cambios históricos relacionados con la adquisición de una mayor libertad sexual, han posibilitado separar la reproducción del placer. Con ello, se ha generado una mayor demanda por parte de la mujer en materia sexual.  Ante esta realidad, el hombre, hasta ahora preocupado únicamente por su satisfacción, ha pasado a responsabilizarse del placer femenino. Lo que ha propiciado la aparición de la llamada  “ansiedad de ejecución”, estrechamente relacionada con la respuesta eréctil.

Esta ansiedad se origina, según Abraham y Porto, debido a los siguientes factores:

  • El temor al fracaso (sensación de miedo a no responder de forma adecuada ante la pareja).
  • La obligación de resultados (necesidad de una respuesta eréctil muy consistente, duradera y de recuperación rápida).
  • El altruismo excesivo (estar más pendiente de la satisfacción de la pareja, perdiendo concentración en el erotismo propio).
  • La autoobservación (consistente en estar observando el pene para ver cómo responde).

Respecto a la eyaculación precoz, hasta el momento no se conoce con exactitud el origen de esta disfunción masculina.  Posiblemente, diversos factores pueden estar relacionados, diferenciando factores predisponentes, factores precipitantes, y factores mantenedores.  Entre los factores predisponentes encontramos los antecedentes familiares y el mal aprendizaje entre otros. En cuanto a los factores precipitantes destacan la baja frecuencia sexual, la pareja demandante, y la ansiedad de ejecución. Entre los factores mantenedores resaltan la ansiedad de ejecución, la falta de habilidades psicosexuales y los conflictos de pareja, sin olvidar por supuesto todos aquellos aspectos biológicos que podrían encontrarse en todos los supuestos.

Y finalmente, el deseo sexual hipoactivo es la disfunción sexual femenina más frecuente, traduciéndose en un significativo desinterés por la vida sexual.  Situaciones que en el pasado provocaban una importante respuesta sexual, dejan de conseguir tal efecto. Esto genera consecuencias especialmente negativas cuando la persona afectada mantiene una relación de pareja. Además, pueden aparecer disfunciones de carácter reactivo, tales como el dolor en la penetración y la imposibilidad de lograr orgasmos. Lo cual provoca la disminución e incluso desaparición de la actividad sexual en la pareja. Por otro lado, el estrés, los problemas de comunicación y los conflictos en la pareja, pueden ser algunas de las causas psicosociales relacionadas con esta disfunción femenina.

¿En qué se centra la terapia sexual psicológica? 

La terapia sexual, una vez descartados problemas físicos y/o médicos, atiende el síntoma para conocer toda aquella información que nos aporta sobre la persona (aspectos psicológicos, aspectos emocionales, modos de establecer relaciones, actitudes y creencias).  En el tratamiento, conviene no genitalizar el problema y aportar una visión amplia que contemple al ser humano en su globalidad.  Si nos centramos únicamente en el problema sexual y se resuelve a nivel conductual, la solución podría estar limitada en el tiempo. Si por el contrario lo tratamos como un síntoma relacionado con aspectos psicológicos, llegaremos a la base del problema, trataremos las causas y evitaremos la reaparición del mismo síntoma o de otro relacionado.

¿Cómo se plantea el tratamiento psicoterapéutico? ¿Cuáles son sus objetivos? 

Para plantear el tratamiento psicoterapéutico, es importante saber cómo se manifiesta el problema y qué fase de la respuesta sexual se halla afectada (intimidad, deseo, excitación, etc.).  En terapia, una vez concretada la fase, revisamos todos los aspectos que puedan estar relacionados, y centramos el tratamiento psicológico estableciendo objetivos terapéuticos.

El objetivo del proceso psicoterapéutico es incrementar las capacidades reflexivas y metacognitivas del paciente para poder aumentar sus recursos y posibles estrategias.  En el proceso terapéutico es importante detectar los elementos que influyen en el malestar de la persona, comprender el síntoma y otorgarle un nuevo significado.

La salud sexual es fundamental para gozar de salud mental y, en consecuencia, para disfrutar de una mayor calidad de vida.

Muchas gracias Yolanda.

Entrevista realizada por Mª Teresa Mata.

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