PSICOLOGÍA INFANTO/JUVENIL.
TERAPIA FAMILIAR
Evaluación, diagnóstico y tratamiento. Intervención psicológica totalmente adaptada a las necesidades de cada niño o adolescente. Terapia individualizada o grupal para la resolución de conflictos en el ámbito familiar.
Déficit de atención y concentración. Problemas de hiperactividad, impulsividad, dificultad en el desarrollo social y emocional, comportamiento conflictivo…
Dificultades en la lecto-escritura, errores ortográficos, dificultades en los problemas matemáticos.
Problemas de comportamiento, desafía y discute mucho con los adultos, incumple las normas.
Agresividad, no sabe controlar sus emociones, explosiones de ira.
– Tiene miedos (a la oscuridad, a separarse de los padres, a hablar en público…)
– Se preocupa de forma excesiva
– Tiene sofocos, mareos, sudoración
– Evita situaciones que le produzcan malestar.
Comportamiento agresivo, irritable, triste, cambios en el estado de ánimo, problemas de ingesta y sueño, bajo rendimiento académico.
Cambios de comportamiento, de estado de ánimo, de resultados escolares después de una separación, cambio de lugar de residencia, etc.
Tics motores (mover el cuello, parpadear…) vocales simples (aclarar el cuello, inspirar…) complejos (saltar, tocar…) y otros.
Miedo a irse a dormir, pesadillas, terrores nocturnos, insomnio, ritmo del sueño alterado.
Deseo excesivo de adelgazar, preocupación extrema por ganar o perder peso, imagen corporal alterada, insatisfacción personal.
Timidez, aislamiento social, inseguridad, dificultad para hacer amigos.
Problemas de pareja (inicio de relación, infidelidad, celos) y de relaciones sexuales (primeras experiencias).
Tratamiento de la adicción a las nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC). Internet – Teléfono Móvil – Videojuegos.
Problemas de comunicación padres-hijos, problemas de comportamiento, rebeldía, hábitos de autonomía, adolescencia, hablar sobre drogas, sexualidad, etc.
Problemas familiares que afectan a los miembros o integrantes de la familia.
Dificultades para adaptarse a etapas de transición, como la maternidad, emancipación de los hijos, muertes, enfermedades o jubilación.