Psicólogos para el tratamiento de la Ansiedad

que es Terapia para la ansiedad en adultos

¿QUÉ SON LOS TRASTORNOS DE ANSIEDAD?

Las respuestas de miedo y/o ansiedad son reacciones defensivas e instantáneas ante el peligro, adaptativas y protectoras del ser humano.

En el caso de los trastornos de ansiedad, estas respuestas adaptativas pasan a ser respuestas disfuncionales, es decir, no adaptativas. Se trata de respuestas de miedo intenso, acompañadas de preocupaciones e inquietudes que se expresan con respuestas fisiológicas (palpitaciones, pulso rápido, respiración acelerada, sudoración…), cognitivas (preocupación, inseguridad, sensación de incapacidad, de pérdida de control, poca concentración…) y conductuales (paralización motora, hiperactividad, movimientos desorganizados, conductas de evitación…).

Cuando manifestamos este tipo de respuestas ante situaciones inofensivas pero estresantes, expresamos una respuesta de ansiedad desadaptativa presente en los trastornos de ansiedad.

Los trastornos de ansiedad abarcan distintas expresiones y presentaciones y los síntomas de ansiedad no siempre se explican como parte de un trastorno de este tipo, sino como síntomas de otras casuísticas. Por ello, primero debemos diferenciar la ansiedad como síntoma o la ansiedad como trastorno, ya que en el caso del trastorno la funcionalidad del individuo se ve seriamente perjudicada.

Tipos:

  • Fobias específicas
  • Trastorno de ansiedad social
  • Trastorno de ansiedad generalizada
  • Mutismo selectivo
  • Trastorno de ansiedad por separación
  • Trastorno de pánico
  • Agorafobia

SÍNTOMAS:

Debido a la gran variedad de trastornos de ansiedad que existen, encontramos diversos tipos de síntomas, clasificados en tres grupos:

  • A nivel físico: taquicardia, palpitaciones, opresión en el pecho, falta de aire, sensación de ahogo, temblores, sensación de atragantamiento, cansancio, sudoración, sensación de mareo e inestabilidad, molestias digestivas, náuseas, vómitos, alteraciones de la alimentación, rigidez muscular, hormigueo,  entumecimiento, escalofríos, sofocaciones, etc.
  • A nivel cognitivo y emocional: inquietud, agobio, sensación de amenaza o peligro, inseguridad, sensación de vacío, sensación de extrañeza o despersonalización, temor a perder el control, recelos, sospechas, incertidumbre, dificultad para tomar decisiones,  anticipaciones, miedos irracionales e incontrolables, etc. Así como dificultades de atención, concentración y memoria, aumento de los descuidos, preocupación excesiva, tendencia a recordar sobre todo cosas desagradables, rumiación, pensamientos distorsionados e importunos, incremento de las dudas y la sensación de confusión, susceptibilidad, etc.
  • A nivel de conducta: estado de alerta e hipervigilancia, bloqueos, torpeza o dificultad para actuar, impulsividad, dificultad para estarse quieto y en reposo, evitación de las situaciones ansiosas, etc.
  • A nivel social: irritabilidad, dificultades para iniciar o seguir una conversación, verborrea, quedarse en blanco y no poder reaccionar ante una pregunta o respuesta, dificultades para expresar una opinión, temor excesivo a posibles conflictos, etc.
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OBJETIVOS DE LA INTERVENCIÓN

La intervención tiene como objetivo identificar los factores ansíogenos y favorecer el uso de herramientas y estrategias de manejo de las situaciones, tanto a nivel cognitivo, emocional y conductual, es decir, teniendo en cuenta los pensamientos, las emociones y las acciones. El objetivo principal es que se restablezca un buen funcionamiento en la vida cotidiana, que ha podido verse alterada por el trastorno.

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¿CÓMO TRABAJAMOS?

EVALUACIÓN PERSONALIZADA

En primer lugar, se lleva a cabo una evaluación psicológica del caso mediante distintos instrumentos (entrevistas, tests y cuestionaros estandarizados,  observación clínica, etc.) para poder establecer el diagnóstico para, posteriormente, establecer los objetivos personalizados que se pretenden alcanzar con la intervención.

TERAPIA PSICOLÓGICA INDIVIDUAL

Se trabaja para dotar al paciente de técnicas de autoregulación (técnicas de relajación, de reestructuración cognitiva, etc.), así como el trabajo desde el afrontamiento positivo (técnicas de exposición y desensibilización sistemática). También es importante el entrenamiento específico en habilidades que ayuden a superar el trastorno, como por ejemplo, entrenamiento en asertividad, autoconfianza y autoestima.
Será especialmente importante que detectemos qué pensamientos provocan la aparición de la ansiedad y la retroalimentan llegando a generar un alto nivel de incomodidad. Así mismo, será importante detectar en qué contextos se agudiza dicha sintomatología y, por lo tanto, los pensamientos asociados. Este primer ejercicio de introspección dotará a la persona de autoconocimiento y, con ello, de mayor control.
Una vez detectados los pensamientos que alimentan la ansiedad, el trabajo irá dirigido a generar nuevos pensamientos constructivos que faciliten la aparición de emociones alternativas al miedo y la alerta continua. Así mismo, relacionar los motivos que han originado la batería de pensamientos negativos y han desatado mecanismos de defensa disfuncionales, será un trabajo que, paralelamente, ofrecerá respuestas al paciente. Todo ello, aprendiendo herramientas para el manejo de la sintomatología ansiosa, como por ejemplo, técnicas de control de la activación.
Cabe destacar, que los tratamientos con mayor efectividad demostrada se basan en la combinación de terapia cognitiva y conductual. En el caso de las fobias, por ejemplo, la primera parte hace hincapié en el trabajo de las ideas distorsionadas que provocan ansiedad, se facilita información y se motiva hacia el cambio de la conducta evitativa. Esto se combina con técnicas de exposición, ya sea in vivo o virtual y de desensibilización sistemática. Además, en los últimos años se han sumado, desde el nuevo paradigma de la neurociencia, otras técnicas que han demostrado en la clínica su eficacia en el tratamiento de las fobias, Nos referimos al EMDR (Eye Movement Desensitization and Reprocessing) y las Técnicas de Integración cerebral.

TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO

En algunos casos es conveniente complementar el tratamiento psicológico con un tratamiento farmacológico. El equipo de psiquiatras del centro trabaja coordinadamente con el equipo de psicólogos para poder hacer una valoración diagnóstica conjunta y alcanzar los objetivos terapéuticos definidos.

TERAPIA GRUPAL

Los grupos terapéuticos constituyen un tratamiento complementario al psicológico individual y al psiquiátrico. El psicólogo, según las características y necesidades del paciente, y atendiendo al aprovechamiento que considere que podría hacer del grupo terapéutico, valorará su incorporación dentro de la terapia grupal.

 

Además de poder realizar esta terapia en nuestro Centro de Psicología en Barcelona, también disponemos de Terapia Online.

 

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