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Volviendo de vacaciones: Cómo volver al trabajo

Las vacaciones son agradables: disfrutamos de tiempo libre, comemos buena comida y generalmente tomamos un descanso de la rutina. Pero las vacaciones no duran eternamente. Tarde o temprano, tenemos que volver al trabajo. Debemos reajustarnos a los horarios y al volumen de trabajo que nos mantiene productivos durante la mayor parte del año. Volver a estas rutinas puede ser difícil, pero es posible.

Volviendo a la rutina

Muchos empleados conocen su rutina ideal – no necesitamos construir nuevas rutinas después de vacaciones. Sólo necesitamos volver a los buenos hábitos que teníamos antes de empezar las vacaciones. Es como ir al gimnasio: la forma más fácil de empezar a volver al gimnasio tras un largo descanso es, simplemente, ir. –

Nos puede  llevar un tiempo el volver al hábito de trabajar, así que no te preocupes y no intentes  volver completamente a la rutina  el primer día. Únicamente  haz lo que puedas, intenta hacer un poco más mañana y en poco tiempo recuperarás la dinámica habitual de trabajo.

Sal de casa

Si trabajas desde casa, puede ser especialmente difícil volver a la actividad laboral. Habrá nuevos juguetes con los que jugar, familiares aún en casa en las vacaciones de invierno y sobras pidiendo ser comidas. En estos casos, salir de casa puede suponer un descanso de las presiones que te impiden concentrar. Incluso una hora de descanso  en la cafetería más cercana puede proveer una atmósfera suficientemente diferente como para empezar a realizar tu actividad. Éste es un momento ideal para descubrir otro sitio alternativo para trabajar o para visitar bibliotecas cercanas.

Una alternativa puede ser cambiar tu espacio de trabajo en casa: si tienes alguien de vacaciones en casa mientras estás intentando trabajar, pedirle que salga un rato puede ser más provechoso que irte tú. No hace falta que salga todo el día. Mandar un adulto al cine o a un niño a jugar con un amigo debe ser suficiente para ponerte a trabajar.

Si la distracción no es tanto la gente que te rodea, sino las rutinas que has adquirido, limpiar y reorganizar tu oficina puede ayudar a conseguirlo.

Autora: Thursday Bram

Después de las merecidas y soñadas vacaciones llega el reencuentro con nuestro día a día. De nuevo, nos reincorporamos a nuestro trabajo, estudios… No es fácil sobrellevar el sinfín de actividades en que nos vemos implicados, pero tenemos en nuestras manos la posibilidad de cambiar algunos hábitos para que nuestros días no se conviertan en una rutina estresante.

A continuación te recomendamos unas pautas, que pueden facilitar una vida más agradable dentro de las limitaciones a las que nos vemos expuestos. Recuerda que nuestro bienestar depende también de nuestros hábitos:

  • Cambia el recorrido de casa al trabajo: Aunque no sea el camino más rápido, cambiar el trayecto te permite no empezar el día siempre de la misma manera.
  • No quieras realizar el lunes todo el trabajo de la semana. Es imposible y lo más seguro que el trabajo rápido no salga bien.
  • Céntrate en el trabajo que realizas, en lo que vas haciendo, no en lo que te queda por hacer.
  • Ante un nuevo proyecto piensa en lo que puedes aportar y pide ayuda en lo que necesites.
  • Comunícate de manera asertiva con tu equipo laboral.
  • Intenta levantarte con el tiempo suficiente para no empezar el día de manera estresante. El desayuno es fundamental para el resto del día. Mejor levantarse 15 minutos antes que empezar el día corriendo.
  • Durante la hora de la comida y la cena intenta realizarlas sin el móvil ni ordenador.
  • Cuando hables por teléfono intenta centrarte en la conversación y no hacer varias cosas a la vez.
  • Organízate el día ayudándote de una agenda. Apunta las actividades y reserva espacio para posibles contratiempos. A menudo surgen imprevistos, por lo tanto intentar dejar un mínimo de tiempo entre las diversas actividades.
  • Intenta, al menos durante el día, tener un mínimo de 30 minutos para ti.
  • Al caminar por la calle mira el paisaje, los edificios, el cielo… no vayas andando sumergido en tus pensamientos. La desconexión empieza por pequeños detalles.
  • El tiempo libre es una manera necesaria para desconectar en el día a día: el deporte, la lectura, pasear, el cine, quedar con los amigos…son actividades que nos permiten desconectar del ambiente laboral.
  • Cuando llegue el fin de semana, sé capaz en la manera que te sea posible desconectar del móvil, del correo del trabajo e incluso en algún momento del reloj.
  • El fin de semana es un espacio para romper con la rutina, así que es bueno realizar diferentes actividades. Sorprende y deja que tu entorno te sorprenda.

Desde Mensalus te animamos a que practiques estos hábitos. En ocasiones puede ser difícil por ser demasiado autoexigentes, perfeccionistas, responsables y tener cierto miedo al error. Si esto sucede anímate a cambiar ciertos aspectos de tu personalidad. Recuerda que: “Lo importante no es lo que somos sino lo que podemos llegar a ser”.

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