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Insomnio. Entrevista al Dr. Joan de Pablo

El insomnio sin duda es el problema del sueño más frecuente, especialmente entre las personas que consultan a un psicólogo o a un psiquiatra.

Insomnio significa que te cuesta dormir más de lo habitual. En términos generales más de media hora, o bien que te despiertas por la noche más veces y durante más tiempo de lo habitual. Este es un tema que también depende de la edad y del momento. Existen distintos tipos de insomnio, entre ellos el asociado con el estrés. Estrés entendido como una activación del sujeto ante situaciones del entorno que son vividas como excesivas, que sobrepasan a la persona. El individuo ante determinadas situaciones se siente sobrepasado y esto provoca una activación excesiva del Sistema Nervioso, siendo el insomnio una frecuente manifestación.

El Dr. Joan de Pablo, colaborador en Institut Mensalus responde en esta entrevista a las preguntas más frecuentes que nos hacemos sobre este trastorno.

¿Los trastornos del estado de ánimo, a menudo, van relacionados con los trastornos del sueño?

Sí, la mayor parte de las depresiones, más del 80 %, producen insomnio, siendo muchas veces el insomnio la primera manifestación de una depresión.  Aún así, existe un pequeño grupo de depresiones que se asocian justamente al efecto contrario, a dormir más de la cuenta, término que denominamos hipersomnia; esto sucede en un 10-15% de las depresiones.

¿Qué otro tipo de trastornos físicos o psíquicos pueden estar relacionados con el insomnio?

Todas las alteraciones del estado mental, todas las enfermedades psiquiátricas, cursan con alguna alteración del sueño, y la mayoría lo hacen con insomnio.  Es decir, aunque la depresión sea la más frecuente, cualquier otra alteración también cursa con insomnio, y a veces no es una enfermedad psiquiátrica lo que hay detrás, sino simplemente esta respuesta al estrés que anteriormente hemos comentado. Por otro lado, hay enfermedades médicas que también pueden producir insomnio, como por ejemplo algunas alteraciones hormonales, enfermedades del sistema nervioso, etc.

¿Qué factores pueden predisponer la aparición del insomnio?

El insomnio aparece como resultado de una interacción entre cómo es y cómo funciona la persona, y cómo es su “aparato” de dormir.

“Cómo es la persona” significa cómo es en términos de personalidad, es decir, el carácter.  Determinadas personas poseen un carácter que tiende a activarse con más facilidad ante situaciones estresantes de la vida en general. También hay personas que se estresan menos.

Por otro lado, cada persona tiene, podríamos decir, un “aparato” de dormir distinto.  Hay “aparatos” de dormir en los que la persona duerme independientemente de la situación. Ya puede estar pasándolo mal, estresada, angustiada, que de todos modos duerme. En cambio, hay personas con un “aparato” de dormir que fácilmente se deteriora y estropea.  Se trata de aquellas que tienen un sueño muy frágil, personas que ya desde pequeñas dormían mal, se despertaban fácilmente, tenían dificultades para conciliar el sueño, etc.. Y lo cierto es que todo esto con los años tiende a empeorar.

El sueño es una variable del funcionamiento cerebral que a lo largo de los años va cambiando. A medida que las personas se van haciendo mayores, duermen menos horas y el sueño se va haciendo más frágil, siendo aproximadamente a partir de los 40 años, cuando el sueño cada vez es menor y más interrumpido.  Aún así, cada persona es distinta y también esto dependerá de sus características personales.

Cada uno tiene su “aparato” de dormir, y cada uno tiene que vivir con el que tiene. En ocasiones es un “aparato” muy resistente y, en ocasiones, todo lo contrario.

¿Qué pautas a groso modo aconsejaría usted para combatir el insomnio?

En esta forma de insomnio relacionada con el estrés, en la que se produce una activación excesiva, el tratamiento es fundamentalmente psicológico, y consiste en toda una serie de pautas que ayudan a la persona a dormir mejor.

En primer lugar, el tratamiento empieza por todas aquellas estrategias psicológicas que ayudan a limitar la activación excesiva a lo largo del día. Es decir, que enseñan a la persona a hacer frente a las situaciones estresantes que aparecen durante la jornada, puesto que el sueño, de alguna forma, se genera con la actividad que tienes durante el día.  El tratamiento continúa con toda una serie de indicaciones sobre qué hacer para preparar el sueño de la mejor forma posible, una preparación que ya empieza antes de cenar.  Recomendamos muchas veces a los pacientes que hagan un repaso de las actividades y temas pendientes, una especie de inventario, dejen listas aquellas tareas que creen que deben hacer, como por ejemplo realizar una llamada telefónica, hablar con alguien, etc.

Así pues, es importante que todas aquellas cosas que suponen una activación del Sistema Nervioso se hagan antes de cenar, y con ello el momento de la cena suponga un “Stop”, es decir, que represente una señal, una interrupción.

Antes de cenar se zanjan los temas, se cierran las agendas, se dejan finalizadas todas aquellas cuestiones pendientes que hacen que la persona esté especialmente activada y que su cerebro también lo esté. A partir de la cena el objetivo es evitar que la persona lleve a cabo todas aquellas actividades excesivamente activadoras, ya se trate de cosas negativas como el hecho de discutir con alguien, como positivas. Por ejemplo, el hecho de preparar unas vacaciones puede ser muy divertido pero también muy activador.  Debido a ello, a partir de la cena gobernarán las maniobras que conducen a la desactivación del Sistema Nervioso, que invitan a ir “desenchufando” de alguna manera “bombillas” en el cerebro. Esto incluye aspectos como evitar algunos tipos de lecturas, una lectura muy excitante por ejemplo no favorecerá el sueño.

Por otro lado la televisión es un elemento que siempre está presente, la activación que provoca la televisión es importante. Por este motivo, la mayor parte de los programas de televisión, a no ser que se traten de documentales que relajen al espectador, suelen ser activadores y no favorecen el sueño.

De todos modos, siempre existen diferencias entre personas y entre el tipo de actividad en televisión, pero es un tema importante a comentar y advertir.

Otro tema también fundamental es la luz. La luz es uno de los agentes activadores más importantes del Sistema Nervioso en relación al sueño, por ello es importante recibir poca luz a partir de la hora de la cena; este hecho favorecerá que la persona vaya desconectando el cerebro y lo prepare para ir a dormir.

Para finalizar, es aconsejable que pase al menos una hora entre la cena y el momento de ir a dormir. Será entonces cuando iremos desconectando “máquinas” y propiciando la entrada del sueño.

No debe ser fácil cambiar toda esta serie de hábitos, pero aún más cuando se vive en familia y toda ella tiene que adaptarse a estos cambios.  ¿Cómo se tiene que trabajar todo esto? ¿Hay que hacer entonces también partícipe a la familia?

Con los problemas del sueño, en muchas ocasiones, se tiene que trabajar también con la familia. Concretamente la familia tiene que entender las características especiales que posee la persona que padece insomnio o cualquier otro problema relacionado con el sueño. Normalmente las personas tienen que llegar a negociaciones y pactos, y a menudo, es necesaria la implicación de todos para encontrar la mejor solución posible. Por ejemplo, si pones luces de baja intensidad, toda la familia tiene que estar de acuerdo, ya que será una luz que afectará a todos.

Que durmamos no siempre significa que descansemos bien. ¿Qué síntomas pueden indicarnos que nuestro sueño no es “de calidad” o suficientemente reparador?

Sobretodo el hecho de tener sueño durante el día. Tener sueño durante el día, dormirse a lo largo del día, la dificultad por concentrarse, etc. Todo esto son síntomas indicadores de que el sueño no está siendo bueno, y la causa más importante y más frecuente de ello son las apneas durante el sueño, el llamado Síndrome de apneas de sueño.  Este Síndrome provoca una menor oxigenación en el cerebro, y en consecuencia toda una serie de repercusiones sobre el sueño, convirtiéndolo en un sueño de menor calidad.

¿Qué efectos puede producir sobre nuestro organismo un mal descanso prolongado en el tiempo?

El Síndrome que mencionábamos de apneas de sueño se asocia a alteraciones de la presión arterial, afecta a la sexualidad, dificulta la capacidad de concentración, afecta a la atención, y también afecta a conductas habituales como el conducir, convirtiéndose en este caso la conducción en una fuente de accidentes importante. Por ello, este es un tema muy importante a tener presente y tratar.  El caso del insomnio es distinto. El insomnio no tiene este tipo de consecuencias tan “dramáticas”.  El insomnio afecta principalmente a la calidad de vida, pero en realidad el insomnio tiene un elemento subjetivo muy importante.  En general el cerebro descansa lo suficiente para funcionar. Para funcionar bajo mínimos, pero funcionar. Ahora bien, con una calidad de vida inferior.  La persona se siente más cansada, se siente en peores condiciones, se siente menos feliz, y en ocasiones, termina desencadenando una depresión. 

En su obra, ‘Psicofarmacología y terapia de conducta’, usted habla sobre la utilidad de un tratamiento interactivo farmacológico/terapia de conducta en un variado grupo de problemas psicopatológicos, entre ellos, los trastornos del sueño.  Así pues, ¿esta conciliación entre el acercamiento de la psicofarmacología  y psicología es la clave del tratamiento?

No para todo el mundo. Hay personas en quienes el tratamiento psicológico es el elemento fundamental, pero es verdad que existe un número considerable de personas para quien una medicación bien utilizada puede ser un tratamiento útil para mejorar su sueño. Pero digamos que la primera opción no es la farmacológica, la primera es esta que proporciona los recursos psicológicos necesarios para hacer frente a aquellas situaciones que están provocando esta activación excesiva, una activación que está detrás de la causa que provoca la mayor parte de los insomnios.  En algunos casos esta activación excesiva desencadena un problema que un medicamento puede ayudar a tratar y resolver.  Lo importante siempre es un abordaje individualizado y que psiquiatras y psicólogos trabajen conjuntamente para encontrar la mejor solución posible.

Dormir bien es calidad de vida,  ¿Qué le diría a todas aquellas personas que están leyendo esta entrevista y tienen dificultad para descansar bien en sus horas de sueño?

Que hablen con un profesional.  Yo creo que vale la pena hablar con un profesional, el primero, es el médico de familia, el médico de cabecera.  Él es la primera figura que nos puede orientar; cada vez más los médicos de familia tienen una buena formación al respecto y conocen un poco más las ideas que hemos comentado hoy aquí en la entrevista, pudiendo así recomendar y orientar al paciente, siendo necesarias muchas veces medidas psicológicas y de higiene del sueño tal y como hemos explicado, además de medicación en aquellos casos que sea necesario.

Entrevista realizada por Mª Teresa Mata

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