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Marcarse objetivos para superar la ansiedad

La ansiedad es una de las sensaciones más desagradables que existen, pero es necesaria para el buen funcionamiento de las personas. Sin ella,  no tendríamos ninguna señal de alerta que nos avisara cuando algo no va bien.

Normalmente, la ansiedad es la forma de reaccionar de nuestro organismo ante los retos que son mayores a nuestra capacidad para superarlos. Pero ¡cuidado!  Esto no quiere decir que siempre que aparezca la ansiedad estemos abordando un reto insuperable. En la mayoría de ocasiones es una manera de interpretar la realidad de una manera engañosa. La persona cree que no puede superar una situación determinada, cuando lo que quizás está pasando es que no está organizando sus objetivos de forma ordenada y asequible.

En muchas ocasiones se pretende llegar a nuestras metas demasiado rápido, y ello genera cierta prisa (que es sinónimo de angustia). Además,  puede producir estrés (primo hermano de la ansiedad).

Es bastante habitual que nos propongamos metas que nos obliguen a  superar, previamente, metas más pequeñas. Pero este aspecto no se tiene siempre en cuenta y pretendemos llegar a “10” sin pasar por 1, 2, 3, 4… Este aspecto, que parece tan obvio, puede pasar por alto y hacernos sentir mal.

Además, ¿cuántas veces hemos afrontado una situación que parecía bastante complicada y hemos podido superar? Seguro que bastantes veces. La satisfacción resultante acostumbra a ser el mejor antidepresivo del mercado.

Y, por otra parte, ¿cuántas veces no hemos afrontado situaciones por percibirlas como demasiado difíciles, cuando quizás en realidad eran posibles fuentes de satisfacción una vez superadas? Seguro que más de una vez.

Evitar los retos que nos plantea la vida y no afrontarlos, puede ser la causa de otra sensación muy desagradable, la tristeza, que si se deja demasiado tiempo a nuestro lado puede convertirse en depresión. Pero como afrontar los retos puede provocar ansiedad, tendemos a evitarlos, provocando una rueda de la que puede costar salir si no cambiamos de estrategia.

El cambio de estrategia que proponemos es una planificación diferente de los objetivos que se quieren alcanzar. Cuando una persona se plantea conseguir un objetivo, debería tener en cuenta que el cerebro reacciona positivamente y con motivación, únicamente si ve posible alcanzar el mismo, aunque ello sea difícil.

Por tanto, los objetivos siempre deben ser asequibles. Si no, aparece la ansiedad. Por eso es tan importante que, si queremos conseguir un objetivo representado con el número “10”, dividamos nuestras tareas en 10 pasos; entendiendo que el número “1” es lo primero que se debe conseguir. Es probable que “10” provoque ansiedad, pero que “1” genere motivación, por el hecho de que es más asequible.

También es importante que estos pequeños objetivos sean a corto plazo, ya que si pensamos en términos de futuro, el cerebro guarda la información en el cajón de lo que no es importante ahora y no le hace caso. En el peor de los casos, si ponemos objetivos demasiado lejanos, el cerebro puede reaccionar con estrés debido a que queremos conseguir algo (deseo) pero no estamos haciendo nada para conseguirlo, provocando un conflicto difícil de resolver y que puede provocar síntomas de todo tipo. Por eso es importante, cuando nos propongamos objetivos, que estos sean realizables en un corto espacio de tiempo para que el cerebro los sitúe en nuestro presente y los almacene en el cajón de las cosas importantes. Poner una fecha y un momento concretos para alcanzar nuestro “1” es una buena estrategia.

Otras claves para que el planteamiento de objetivos disminuya la ansiedad son:

– que sean muy concretos. Al cerebro le cuesta crear energía cuando nos planteamos un objetivo difuso y poco preciso. Esto quiere decir que los objetivos tienen que poder convertirse en acciones concretas, ya que si no, no nos acercamos a su consecución y volvemos a generar un conflicto; un deseo que no se materializa. Por lo tanto, tiene que quedar bien claro lo que tenemos que hacer para conseguir “1”.

-que sean personales. Es importante que los objetivos surjan del propio interesado, que los identifique como suyos. Si no es así, puede aparecer el conflicto entre los objetivos que planteen los demás y los personales, haciendo aparecer en la mayoría de los casos síntomas relacionados con la ansiedad.

Estas son algunas de las claves para superar la angustia, el estrés, la ansiedad y hasta la tristeza. Todas ellas emociones naturales que nos avisan de que hay algo que nos supera, que no va como querríamos, o que nos genera conflicto. A través de una buena planificación de objetivos como la que proponemos, es probable que actuemos de un modo más realista y concreto, y que además nos vayamos acercando al objetivo final produciendo la retroalimentación necesaria para incrementar la motivación (recordemos, uno de los mejores antidepresivos del mercado).

Por lo tanto, os animo a concretar vuestros objetivos en 10 pasos que se puedan conseguir con acciones concretas y a corto plazo para incrementar las posibilidades de conseguirlos.

Buena suerte.

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