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WHATSAPP. El significado de estar continuamente “en línea”

adicción al whatsappActualmente, desde cualquier Smartphone, se pueden intercambiar mensajes e información sin coste gracias a la aplicación que ha revolucionado el mundo de la comunicación, el WhatsApp.  Este programa permite chatear gratis con los amigos en lugar de mandar un simple sms, enviar las coordenadas de nuestra ubicación, e incluso compartir fotografías de una manera sencilla.

WhatsApp aporta comodidad y múltiples facilidades al usuario de telefonía móvil, y también le conecta, aún más, a su red social.  Esto aparentemente no parece un inconveniente, pero conforme exploramos qué significa este “estar continuamente en línea”, descubrimos que, para muchos, el sentir la obligación de contestar mensajes e estar inmersos en largas conversaciones de manera continuada, supone un problema.

En la siguiente entrevista, Marilén Barceló, Doctora en Psicología, colaboradora del INSTITUT D’ASSISTENCIA PSICOLOGICA I PSIQUIATRICA MENSALUS, nos habla sobre los cambios que ha producido esta aplicación en el mundo de la comunicación y sobre qué consecuencias conlleva.

¿Qué cambios ha producido  WhatsApp en la comunicación?

WhatsApp ha conseguido que todas las personas que tienen descargada esta aplicación en su Smartphone, estén continuamente el línea.  WhatsApp puede entenderse de dos maneras: como un sistema de mensajería gratuito que permite notificar todo aquello que necesitemos en tiempo real, o como un chat, hecho que nos permite estar en continua conversación.  En realidad, el programa permite definir nuestro estado y señalar la opción de “ocupado” si no deseamos recibir mensajes, pero lo cierto es que el estado de la gran mayoría de usuarios siempre termina siendo “en línea”.

Son muchos los que comentan sentirse “enganchados” a esta aplicación dado que mantienen conversaciones con personas individuales o incluso con grupos durante horas.  Esta segunda opción es precisamente una de las que más atención requiere, dado que los grupos se crean para charlar entre amigos o discutir sobre un tema concreto (por ejemplo, los preparativos de un viaje o una fiesta), y continuamente se generan comentarios al respecto.  Por todo ello, WhatsApp no únicamente engancha, para muchos llega a ser estresante, puesto que en algunas conversaciones los usuarios piden respuesta inmediata y esto requiere una dedicación continua.

Así pues, tenemos que valorar si nos interesa utilizar WhatsApp como un sistema de mensajería o como un chat, e informar al resto de usuarios sobre qué uso queremos darle en cada momento (por ejemplo, si simplemente queremos confirmar un asunto y no estar contestando mensajes continuamente podemos responder: “Sí, me parece bien la idea, aprovechamos un rato libre para hablar sobre ello, ahora estoy ocupado”).

 

¿Qué pros y contras conlleva el uso continuado de Whatsapp?

Tal y como hemos dicho, nos permite realizar comunicados gratuitos en tiempo real, hecho que nos facilita informar sobre cualquier asunto y dejar nota sin preocuparnos por encontrar disponible a esa persona en ese mismo instante; aunque la persona esté ocupada, ese mensaje queda escrito a la espera de ser respondido.  Además, la aplicación permite enviar la localización exacta de cualquier dirección para así mostrar, por ejemplo, dónde nos encontramos, e incluso enviar fotos al momento sobre aquello que nos apetezca.

Por otro lado, el hecho de estar continuamente conectados y aparentemente disponibles, provoca que todos nuestros usuarios puedan enviarnos mensajes e intentar captar nuestra atención, incluso cuando estamos reunidos con otras personas, trabajando o disfrutando de un momento de ocio.  Esto ocasiona que, a veces, se establezcan conservaciones vía chat aún estar acompañados de amigos o familiares, por ejemplo en una cena.  Por supuesto, el contestar mensajes nos aísla del contexto en el que nos encontramos, y nos impide vivir con plenitud ese momento.  Si la conversación se extiende, aquellas personas que nos acompañan pueden sentirse ofendidas o apartadas, dado que estamos inmersos en otro escenario.

El hecho de estar continuamente “en línea”, a nivel psicológico, ¿qué consecuencias puede conllevar?

Ansiedad y estrés, así como dificultad por seguir una conversación en vivo, falta de concentración o distracciones varias por falta de atención tales como cometer un error en el trabajo o olvidar realizar una tarea concreta.

 

¿Qué tipo de uso recomiendas sobre esta aplicación? ¿Cómo debe entenderse WhatsApp?

WhatsApp debe entenderse como un sistema de mensajería, es decir, “recibo una notificación o aviso sobre un tema X y contesto cuando tengo disponibilidad para ello”, o como chat en un momento determinado (aún mejor si ese momento está consensuado por las dos personas que charlan o los componentes del grupo, por ejemplo: “esta tarde por what’s up intentamos ponernos de acuerdo sobre este tema”).

 

¿Y cómo podemos atender a las demandas que genera esta aplicación?

Es importante contestar cuando tengamos disponibilidad para ello, y en momentos que determinemos, por ejemplo, momentos de descanso en el trabajo, antes de ir a dormir, al llegar a casa después de la jornada, en el trayecto a casa con transporte público, etc.

Por otro lado, tal y como hemos señalado, utilizar WhatsApp mientras estamos conversando con otra persona, en una reunión de amigos, en una comida familiar, mientras tomamos un café con un compañero, etc. nos distancia del momento que estamos viviendo e interfiere seriamente en la comunicación que se establece en ese ámbito.  Posiblemente, la persona que está utilizando la aplicación no sea consciente de ello, pero el hecho de mantener una conversación con otra persona o personas (no hablamos de contestar un mensaje concreto), le abstrae de aquello que está sucediendo en su presencia.

¿Alguna recomendación más?

Recomendamos no tener el teléfono cerca en momentos como los que acabamos de citar.  Por ejemplo, si estamos en una cena y tenemos el móvil encima de la mesa, seguramente, cuando recibamos un aviso de mensaje, contestaremos instantáneamente; en cambio, si lo guardamos en otro lugar menos visible, podremos aparcar la atención que suscita el mismo.

Así pues, el usuario de WhatsApp no tiene que sentirse obligado a contestar inmediatamente, puede gestionar los tiempos de respuesta y atender a las demandas en el momento adecuado, cuando esté tranquilo y con espacio para ello.

Algunas personas han sustituido momentos de conversación telefónica por mensajería instantánea, y bien, si se trata de una charla de grupo quizás este estilo de comunicación facilite el contacto entre más usuarios, pero no olvidemos que en ocasiones, las palabras leídas no suenan igual que las que se escuchan de viva voz, y con ello pueden aparecer confusiones (claro que por este motivo alguien muy inteligentemente creó el concepto de “emoticono”).

Finalmente, podemos señalar distintos estados visibles en nuestro perfil que determinen si estamos o no ocupados y si deseamos atender o no mensajes.

Muchas gracias Marilén.

Entrevista realizada por Mª Teresa Mata.

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