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133- Astenia primaveral - Sonia Yubero_ 18290426_sEsta semana, con la colaboración de Sonia Yubero,  psicóloga colaboradora del INSTITUT D’ASSISTENCIA PSICOLOGICA I PSIQUIATRICA MENSALUS, hablamos sobre la astenia primaveral.  La terapeuta especialmente nos indica pautas que pueden resultar de ayuda cuando se presenta este tipo de sintomatología.

PRIMAVERA es sinónimo de frescura y vitalidad.  En esta estación la vida se hace presente de nuevo; aquello que sucede en la naturaleza también ocurre en los seres humanos, puesto que, como dice el refrán: “la primavera, la sangre altera”.

Ahora bien, parece ser que este cambio no es siempre para bien y, en algunos casos, la vitalidad y frescura pasan a ser un retrato sin luz ni brillo; este “retrato” es la astenia primaveral.

¿Qué es la astenia?

La astenia es una sensación de debilidad y falta de vitalidad generalizada, tanto física como intelectual, que reduce la capacidad para trabajar e incluso realizar las tareas más sencillas.

Este trastorno, cuando aparece con la llegada del buen tiempo, lo denominamos astenia primaveral.  Concretamente, la astenia primaveral afecta a una de cada diez personas, especialmente mujeres.

¿Cuáles son los principales síntomas de la astenia?

Entre la principal sintomatología resaltamos la falta de energía y vitalidad (sensación de tener las “pilas descargadas”), tristeza aparentemente inexplicable (el no saber porqué, habitualmente, produce un aumento de ansiedad), fatiga intelectual (ésta provoca falta de atención y concentración, entre otros), fatiga física generalizada (hecho que desmotiva a la persona y retroalimenta el malestar) acompañada de apatía e irritabilidad, trastornos del sueño (que contribuyen al aumento de la fatiga generalizada, la persona ya se levanta cansada), alteraciones del apetito, ausencia de interés sexual (uno de los síntomas que preocupan especialmente), tensión arterial baja, cefalea, etc.

¿Qué origina la astenia?

Las causas de la astenia son muy diversas y, al mismo tiempo, inespecíficas.  Una vida laboral estresante, una situación ansiógena o un estado anímico depresivo pueden ser propulsores de la misma.

Entre algunas de las hipótesis que se barajan destaca la posible disminución de betaendorfinas en el plasma, sustancias que regulan el sistema bienestar-malestar, que al alterarse, producen una sensación de decaimiento y agotamiento.

Concretamente en el caso de la astenia primaveral, algunos expertos apuntan que los cambios de luz y temperatura que nuestro cuerpo experimenta, podrían estar relacionados con el bajo estado de ánimo y la apatía al comienzo de la estación.

Habitualmente, ¿la astenia primaveral aparece después de realizar esfuerzos importantes?

Curiosamente, la astenia no tiene porqué aparecer después de realizar un gran esfuerzo físico. Se manifiesta cuando desarrollamos aquellas actividades que responden a las exigencias habituales del día a día.  Justamente por este motivo, especialmente despierta ansiedad y malestar. “Si habitualmente hago este recorrido diario, realizo las mismas horas en mi jornada laboral, me esperan el mismo tipo de tareas en casa, asisto al mismo entrenamiento o actividad deportiva, ¿por qué estoy tan cansado/a?”; “¿Por qué se hace tan pesado el día y me levanto sin energía?”.

¿Y cómo evoluciona?

A pesar de su gran incidencia, la astenia primaveral es de carácter leve y remite al cabo de unas semanas sin necesidad de tratamiento médico.  De no ser así, es importante consultar a un especialista para descartar otros diagnósticos.

Personas con depresión que estén pasando por un momento anímico especialmente difícil, ¿Cómo puede afectar la astenia primaveral?

En aquellos casos en los que existe un trastorno depresivo mayor, trastorno distímico, así como otros tipos de trastornos depresivos, habitualmente sí existe un aumento de la sintomatología depresiva acompañada especialmente de esta falta de energía y vitalidad que caracteriza la astenia.

¿Qué pautas pueden seguir las personas afectadas para hacer frente?

La astenia primaveral es un proceso de adaptación y no una enfermedad. En general no es necesario utilizar remedios farmacéuticos para superarla.  Sobre todo debemos esforzarnos en facilitar a nuestro organismo este proceso, así conseguiremos que sea lo más rápido y cómodo posible.

Dejando a un lado esta primera pauta primordial, lo más correcto es mantener unos hábitos de vida saludables.

¿De qué tipo de hábitos estamos hablando?

Anteriormente comentábamos que uno de los principales síntomas de la astenia primaveral es el insomnio así cómo otros trastornos del sueño.  Para combatirlo, es recomendable seguir ciertos consejos básicos tal y como hemos comentado anteriormente en otros posts.

Algunos de ellos pueden ser:

  • Ir a la cama cuando uno se sienta realmente cansado.
  • No practicar deporte ni realizar actividades estimulantes antes de acostarse.
  • Evitar el consumo de café, alcohol, té y tabaco por la noche.
  • No realizar cenas copiosas.
  • Acostarse y levantarse a la misma hora con regularidad.
  • Hacer alguna actividad relajante antes de ir a dormir.
  • No hacer siesta a menos que sea muy necesario y por poco tiempo.
  • Utilizar métodos de relajación.
  • Aprender a respirar bien.

Por otro lado, llevar una dieta equilibrada, haciendo cinco comidas al día y procurando que la más fuerte sea el desayuno y la más ligera la cena.  Es importante incluir en esta dieta alimentos energéticos como frutos secos, plátanos, legumbres, pasta y chocolate. Eliminar la comida basura, los alimentos congelados o precocinados.  Además, emplear complementos dietéticos como la jalea real, el polen o la levadura de cerveza pueden resultar grandes aliados en esta época.

Finalmente, practicar ejercicio físico (preferentemente al aire libre), ayuda a liberar tensiones. Dicha práctica no debe consistir en una actividad deportiva fuerte, de lo contrario, agotaremos la energía. Nuestro objetivo es mantener, a partir del dinamismo y la actividad, una energía óptima que ayude a “arrancar” y facilite el descanso nocturno.

Así pues, para hacer frente a la astenia primaveral, es importante conocer cómo puede afectar. Comprender y empatizar con el momento, e integrar hábitos que faciliten el día a día dejando a un lado las altas exigencias.  Es importante que la persona pueda ser consciente del momento por el que está pasando y marcar objetivos realistas. Objetivos que sepa que va a poder llevar a cabo.  Si estos objetivos son demasiado elevados, es probable que no pueda conseguirlos con éxito, hecho que provocará un aumento de ansiedad y frustración.

Muchas gracias Sònia.

Entrevista realizada por Mª Teresa Mata.

Sonia-Yubero

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