En esta entrevista, Natividad Mora, psicóloga colaboradora del INSTITUT D’ASSISTENCIA PSICOLOGICA I PSIQUIATRICA MENSALUS, nos habla sobre las dificultades que algunas personas pueden presentar para “ser capaces de” y mostrar una actitud independiente y autónoma.
“Tengo miedo a dar este paso, no me siento capaz”.
“Creo que no estoy preparado para independizarme”.
“No sé si aceptar este nuevo proyecto, creo que no tengo suficiente talento para desarrollarlo”.
¿A qué se asocia esta dificultad para ser autónomo?
as personas que presentan dificultades para ser autónomas, habitualmente, no han proyectado nunca su futuro, no lo han planificado. Estas personas muchas veces proyectan la idea de futuro de los demás (del padre, la madre, el hermano, etc.), pero no el suyo.
Cuando hablamos de “no proyectar el futuro” nos referimos a no visualizar el camino, no dibujar sus etapas, no señalar los pasos necesarios para avanzar, etc. Preguntas tipo: “¿qué me gustaría hacer?” o “¿qué recursos necesito para cumplir mis objetivos?” definen esta visualización.
¿Cómo una persona adquiere autonomía?
Todos nacemos siendo dependientes de las figuras paternas (o tutores). Conforme crecemos, adquirimos autonomía y habilidades, y nos enriquecemos a partir de experimentar con los demás. Todo ello nos aporta seguridad y paralelamente alimenta y preserva nuestra autoestima. Poco a poco van apareciendo proyectos de futuro, y es entonces cuando empezamos a sentimos capaces de ser autónomos.
En este proceso de pasar de la dependencia hacia la autonomía, si han fallado las figuras de referencia (padres, tutores, familia), la persona busca los recursos necesarios para construir su camino independiente en otros contextos cercanos. Si aún así no ha sido posible, existe la oportunidad de detectar y adquirir dichos recursos con la ayuda de un psicoterapeuta.
Cuanto más pronto se desarrollen las fortalezas personales, más rápido aparecerá el sentimiento de autonomía y la capacidad de autogestión.
Concretamente, ¿qué aspectos pueden dificultar este camino hacia la autonomía?
La existencia de déficits en la infancia puede dificultar la obtención de recursos que potencien la capacidad de autonomía en el individuo. Estas carencias pueden aparecer a partir de la pérdida de un ser querido, la falta de nutrición emocional o la sobreprotección.
Concretamente, ¿A qué te refieres cuando hablas de “nutrición emocional”?
Cuando hablamos de “falta de nutrición emocional” nos referimos a padres que no han acompañado el proceso de aprendizaje y socialización del niño. Por ejemplo, una madre nutre emocionalmente a un hijo que llora cuando ofrece una respuesta ante ese llanto y, además, le da voz y significado (“¿podría ser que, lo que te está pasando, es que estás triste porque te han rechazado en el equipo?”). Este proceso de poner voz a los actos, sentimientos y necesidades del pequeño lo alimenta emocionalmente y lo prepara para hacer frente a adversidades, autogestionar sus emociones, conocer sus recursos, ser consciente de sus carencias, etc.
Por otro lado, también resaltamos la importancia de establecer límites. Es necesario invertir tiempo en decir “no” y argumentar el porqué de ese “no”. De lo contrario, la ausencia de límites alejará al niño del proceso de aprendizaje que da forma a sus recursos personales.
Entonces, ¿qué sucede si no ha existido un acompañamiento a lo largo de la etapa evolutiva?
Si no ha existido un acompañamiento ante los contratiempos y necesidades que han aparecido a lo largo de la etapa evolutiva, la persona no sabe detectar aquello que le sucede y no lo puede expresar. Este desconocimiento emocional retroalimenta el miedo a lo desconocido, el miedo a los cambios, el miedo a lo nuevo, el miedo a todo.
¿Qué aspectos pueden trabajarse en psicoterapia si existe este “miedo a todo”?
La clave del trabajo en psicoterapia está en otorgar el “sí puedo” (apoderar) a aquella persona para que se sienta válida y capaz. Esto se consigue a partir de detectar los déficits y promover los talentos y competencias. En resumen, se trata de acompañarla en esta búsqueda y nutrirla emocionalmente para que, posteriormente, sea ella quien continúe con este proceso natural; a lo largo de la vida, todos nos alimentamos emocionalmente de los distintos contextos que nos rodean (familia, trabajo, amigos, etc.).
Así pues, ayudaremos a desarrollar el proyecto vital de aquella persona marcando metas y objetivos, e integrando las herramientas necesarias para hacer frente al sufrimiento que puedan generar las dificultades y contratiempos; en definitiva, se tratará de convertir el sufrimiento en sufrimiento funcional.
Para conseguirlo, dentro de nuestra actuación, ayudaremos al individuo a ver su realidad de un modo constructivo, ofreciéndole unas “gafas” distintas a las utilizadas hasta el momento. Por ejemplo, si una persona ve el mundo con “las gafas de la ansiedad”, su estado de alerta será tan elevado que, raramente, no aparecerán temores ante cualquier tipo de actuación. Por ello, facilitar una visión funcional será un elemento básico para el trabajo de la autonomía.
Muchas gracias Natividad.
Entrevista realizada por Mª Teresa Mata.