“La comunicación efectiva se caracteriza por ser cosa de dos: en toda comunicación existe una co-responsabilidad”.
“Tener en cuenta al otro garantizará la forma y contenido de nuestro mensaje. La comunicación efectiva, además, preservará nuestras necesidades y nuestra autoestima”.
En la siguiente entrevista, Marilén Barceló, Doctora en Psicología, colaboradora del INSTITUT D’ASSISTENCIA PSICOLOGICA I PSIQUIATRICA MENSALUS, nos recuerda las características de la comunicación efectiva, aquella comunicación que garantiza un estilo relacional funcional y sano.
¿Qué entendemos por comunicación efectiva y qué elementos la caracterizan?
La comunicación efectiva es aquella que consigue transmitir el mensaje de forma clara y libre sin dañar al otro. Este mensaje puede tratarse de una opinión, una emoción, una necesidad, etc.
Cuando hablamos de comunicación efectiva nos referimos a una comunicación caracterizada por tener claro el objetivo, no quedar limitada por los miedos (por ejemplo, a pedir algo), manifestar los deseos y las expectativas, comprender y empatizar con el otro, escuchar activamente y, en definitiva, ser cosa de dos y no un fenómeno individual (en toda comunicación existe una co-responsabilidad, las dos partes toman una posición activa).
¿Es común la comunicación efectiva en nuestra sociedad actual?
Hoy en día, cada vez más, en el tú a tú observamos justamente lo contrario: una comunicación cargada de tensión y falta de efectividad. La situación de insatisfacción general que está viviendo nuestro país aumenta el malestar individual y, en consecuencia, la carga emocional negativa. Esta carga se transmite en las conversaciones diarias que, sin que seamos demasiado conscientes, toman un tono más agresivo. Al final, la forma nos aleja del objetivo y perdemos capacidad comunicativa efectiva.
¿Qué podemos hacer para fomentar la comunicación efectiva?
En primer lugar, detectar en qué momentos intentamos comunicar y no recibimos el resultado esperado. Este filtro puede ofrecernos información sobre cuándo falla algún elemento de la comunicación, hecho que nos facilita dar el siguiente paso.
En segundo lugar, recordar que la comunicación es cosa de dos, existe una co-responsabilidad en toda interacción. Por ello, será importante que atendamos al mensaje del otro y sus necesidades, al mismo tiempo que atendemos a las nuestras. El análisis global de la comunicación (“qué quiero decir yo y qué creo que me quiere decir él”, “cómo me sienta el mensaje del otro y su forma”, “cómo creo que se siente él con mi mensaje y mi modo de expresarlo”, etc.) nos informará sobre la efectividad de la misma.
En tercer lugar, será importante tener presentes los pilares anunciados de la comunicación efectiva y velar por ellos, colocándonos en una posición de acción hacia cambios que nos acerquen a un diálogo útil y funcional. La comunicación poco efectiva es, en definitiva, un gasto de energía no productivo.
¿Nos podrías señalar alguna técnica concreta que facilite una comunicación efectiva?
Entre todos los elementos señalados anteriormente hemos mencionado la necesidad de expresar nuestras necesidades y opiniones, teniendo también presentes las del otro. Para que exista una escucha por parte del receptor (cuantas veces oímos pero no escuchamos), cuando manifestamos nuestra posición, puede resultar de ayuda recordar el “Mi-Tu-Mi”:
– MI opinión, MI necesidad es…
– Aunque tengo TU opinión en cuenta…
– Pero MI voluntad es, el camino que desearía es…, etc.
Este tipo de mensajes nos ayudan en la “negociación” diaria fruto de la convivencia (familiar, social, laboral).
¿Qué otros aspectos podemos tener en cuenta en este acto de “negociación”?
Cuando hablamos de negociar dentro de la comunicación efectiva nos referimos a no perder de vista qué necesitamos y, al mismo tiempo, empatizar con la necesidad del otro. Todo ello con el objetivo de conseguir un tira y afloja funcional, un ir y venir de información que preserve el bienestar e intereses de ambos.
En la interacción diaria esta necesidad se pone continuamente de manifiesto. Para negociar debemos entender que el éxito no es conseguir aquello que yo quiero, sino sentir que ambos hemos aportado y el resultado final nos beneficia en ciertos aspectos esperados.
En toda negociación se pierde algo y se gana algo. Entender este acto justamente como un “perder para ganar” nos anima a expresar, escuchar, compartir e intercambiar con el objetivo de CONVIVIR.
Muchas gracias Marilén.
Entrevista realizada por Mª Teresa Mata.
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