Esta semana, el equipo del INSTITUT D’ASSISTENCIA PSICOLOGICA I PSIQUIATRICA MENSALUS, nos habla sobre la persecución de metas laborales y el trabajo a través de visualizaciones.
Cada vez que nos proponemos una meta, sea el ámbito que sea, nos damos la oportunidad de salir de una zona de confort. La creación de pensamientos en torno a un nuevo escenario nos ayuda a idear cómo llegar a él. Este conjunto de pensamientos es el que nos moviliza y nos prepara para crear opciones y tomar decisiones.
Concretamente, la persecución de metas laborales presta especial atención a la construcción mental del reto. Por este motivo, los profesionales de la Psicología y el Coaching potencian una herramienta clave: la visualización.
Las metas laborales
Cuando visualizamos una meta estamos aceptando un reto: pensar, sentir y hacer algo que, hasta el momento, no hemos llevado a cabo. Para ser tildado de reto no tiene obligadamente que tratarse de un asunto completamente nuevo (esta relación conceptual es habitual). Simplemente trazando una linea distinta a la que estamos habituados ya entran en juego nuevos elementos (por ejemplo, un nuevo ambiente, un nuevo sistema de personas, una nueva función, etc.) y, sin darnos cuenta, nos plantamos en la famosa zona de aprendizaje, aquella zona que está fuera de la zona de confort y que permite crecer personalmente.
Para crear una meta laboral, en primer lugar, es básico visualizarla. Dibujar mentalmente el reto y darle forma nos anima a analizar y organizar los pasos necesarios para conseguirlo. Con ello no nos referimos a diseñar un plan infalible que prevea todas las adversidades (la mayoría están aún por descubrir) y que ofrezca la solución exacta (algo imposible dado que esa hipotética adversidad no existe). Más bien nos referimos a contemplar qué desearíamos sentir y cómo nos podríamos sentir asumiendo el reto, con qué nos gustaría topar, con qué aspectos auguramos que resultaría costoso lidiar, qué creemos que precisaríamos para ello, etc.
Así pues, se trata de ver a nuestra persona dentro del reto, no de analizar el reto como un elemento ajeno.
¿Cómo puede ayudarte un psicólogo?
Vernos en el reto puede ser muy empoderador pero, a su vez, despertar pensamientos alimentados por la duda y la ansiedad.
Si la visualización de la meta contempla más dificultades que aspectos positivos y éstas no van acompañadas de mensajes que potencien los propios recursos, sucederá el efecto contrario: aparecerá la desmotivación, aumentará el miedo y nos perderemos en la arxiconocida dimensión del “y si…”
Un ejemplo de visualización para la persecución de metas laborales
Veamos a continuación los pasos que podemos seguir para la visualización de una meta, por ejemplo, de una meta laboral:
- Iniciamos la visualización a través de una respiración guiada. Para ello la persona lleva a cabo tres respiraciones mientras el terapeuta le pide que imagine el recorrido que hace el O2 al entrar y el CO2 al salir. Este es un modo de centrar la atención y alejarse de distracciones.
- Seguimos con la visualización de un lugar tranquilo y cómodo, un espacio donde la persona pueda sentirse segura (por ejemplo, un banco en un espacio abierto o un balancín en una sala acojedora).
- El terapeuta invita a la persona a emprender un viaje en el que se va a permitir pensar en positivo aún no tener la certeza de lo que va a suceder.
- El terapeuta describe estímulos visuales, olfativos y auditivos que ayuden al individuo a adentrarse en la escena (por ejemplo, una nueva etapa profesional).
- Paralelamente a la descripción, el terapeuta realza y contextualiza los recursos de aquella persona a través de ejemplos concretos. Al entremezclar sus habilidades y ofrecerles un lugar en la visualización, el ejercicio cobra sentido y actúa como trampolín para el cambio.
- En toda visualización también se mencionan aquellas personas importantes para el protagonista, la relación que los une y el amor y la fuerza que generan.
- Para finalizar, el terapeuta realiza una pregunta clave: “¿qué regalo hace tu “yo” futuro (el que ha conseguido el reto) a tu “yo” presente?”. La respuesta es, sin duda, el principal motor para la persecución del reto.
5 consejos para conseguir tus metas laborales
- Las visualizaciones deben ser realistas, no ideales.
- Los objetivos a perseguir es importante que sean concretos, no abstractos.
- Los recursos y habilidades siempre tienen que estar presentes y tomar forma dentro del reto.
- Las dificultades funcionan a modo de advertencia, no de limitación.
- La meta únicamente es posible si se deja ir algo. Toda decisión incluye una “perdida”.