En la siguiente entrevista con Diana Beriain, psicóloga colaboradora del INSTITUT D’ASSISTENCIA PSICOLOGICA I PSIQUIATRICA MENSALUS, descubriremos que el puerperio es mucho más que la conocida “cuarentena” y resolveremos algunas dudas sobre sexualidad antes y después del embarazo.
Se conoce como puerperio al periodo de tiempo que transcurre desde el final del parto hasta las 6-8 semanas del posparto. Esta etapa se caracteriza por el reestablecimiento del cuerpo tras el embarazo y la instauración de la lactancia. Aún así, el puerperio es mucho más que esto, no todo termina aquí.
Entre las principales dudas que este momento despierta destaca la reaparición de las relaciones sexuales. Preguntas del tipo “¿cuándo?” y “¿cómo?” son algunas de las más habituales.
Tras el parto, ¿cuándo vuelven a aparecer las relaciones sexuales?
Muchas mujeres y sus parejas se hacen justamente esta pregunta: “¿cuándo podremos retomar las relaciones sexuales?”.
El embarazo, el parto y el puerperio son etapas de cambio, emocional y fisiológico, no únicamente porque la mujer está gestando o es responsable de un ser vivo, sino también por el cóctel de hormonas que el cuerpo libera cuando prepara la llegada del bebé.
Cada madre vive estas etapas de un modo muy distinto. Cómo se vivan dichas etapas guarda una estrecha relación con volver a disfrutar del sexo.
Respondiendo a la pregunta, en concreto, la penetración estará contraindicada hasta que no haya cesado la eliminación de los loquios (secreciones procedentes del útero que se eliminan por los genitales externos durante el puerperio). Los médicos recomiendan posponerla hasta después de los 40-45 días del parto. Por ello, las relaciones sexuales durante esta etapa tendrán que adaptarse al momento en el que se encuentra la mujer.
Nos comentas que volver a disfrutar del sexo dependerá de cómo se vivan las distintas etapas ¿Qué elementos pueden influir?
Uno de ellos es el cambio que sufre el cuerpo. Algunas mujeres viven el aumento de peso como una dificultad y limitación por verse deseables y atractivas. Este hecho puede influir claramente en vivir el sexo de un modo libre antes y después de dar a luz.
Aún así, en realidad, durante el embarazo se genera oxitocina y endorfinas, hormonas que ayudan a la mujer a sentirse llena de energía, guapa y radiante. Por este motivo muchas viven el embarazo como una etapa de plenitud sexual. Por otro lado, también incrementa el nivel de estrógenos y progesterona, y con ello, los genitales externos (Ej. pechos) altamente irrigados e inervados, aumentan de tamaño y sensibilidad; algunas mujeres llegan a experimentar los orgasmos más intensos de su vida en el periodo de gestación.
¿Qué otros aspectos entran en juego?
El parto también influenciará. La actitud frente a las relaciones sexuales puede verse condicionada dependiendo de cómo se haya sentido la mujer en el momento de dar a luz. El resultado será distinto en aquella mujer que se ha sentido respetada, acompañada por el equipo médico, segura, con capacidad de dejarse llevar, etc., que aquella que se ha sentido débil, insegura, atrapada en dolores intensos vaginales y cuyo parto incluso ha conllevado episiotomías (incisión quirúrgica en el periné para ayudar a la salida del neonato).
La vagina puede quedar muy afectada y la mujer puede asociar esta zona placentera y sexual con una zona prohibida y dolorosa al tacto, no queriendo saber nada de actos sexuales con penetración.
¿La falta de deseo sexual es normal tras el parto? ¿Puede prolongarse en el tiempo?
Sí lo es. De hecho, la falta de deseo puede durar meses, un año entero y ser totalmente normal. Durante los primeros meses la mujer llega a niveles hormonales similares a los de la menopausia. Los estrógenos y la progesterona descienden y la prolactina aumenta (hormona esencial en la lactancia). Dichos cambios provocan que todo el interés se dirija hacia el bebé (instinto de supervivencia) y la libido sexual llegue a niveles bajísimos.
Dicho esto y relacionándolo con lo que antes comentábamos (elementos que influyen en el deseo sexual), la parte emocional también será una variable importante. La madre, dada totalmente a su bebé, necesitará de un gran apoyo emocional por parte de su pareja.
En estos momentos la comunicación ocupará un papel protagonista, ya que algunos de los conflictos más comunes de pareja aparecen a partir de la confusión de una demanda cariñosa, afectuosa y protectora por parte de la mujer (totalmente aislada de cualquier actividad sexual), frente una respuesta de aproximación sexual por parte de la pareja.
Con una comunicación sincera e informada es fácil empatizar con las necesidades de cada uno y llegar a acuerdos que satisfagan a los dos.
¿Qué les dirías a todas aquellas mujeres que están viviendo el embarazo o ya se encuentran en el puerperio?
Todos pasamos por distintas etapas vitales, es necesario entenderlas y conocer sus necesidades implícitas. Ofrecer una respuesta adaptativa a cada etapa y evitar crear problemas a partir de situaciones que tendrían que ser normales, es el primer paso.
Así pues, recibir con entusiasmo los cambios y crear una sexualidad para cada momento nos ayudará a vivir las distintas etapas de un modo saludable; en este caso, la sexualidad durante el embarazo y el puerperio.
Para terminar, ¿qué sexualidad puede crearse durante la etapa del puerperio?
La sexualidad de los besos, las caricias, la proximidad, el arte de los masajes, etc., es decir, una sexualidad que permita conectar con la pareja y seguir comunicando a través de la piel y las sensaciones.
Desde Institut Mensalus animamos a todas las madres a disfrutar de ello…
Muchas gracias Diana.
Entrevista realizada por Mª Teresa Mata.