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Separación de los padres, ¿cordial o conflictiva?

182-Separacion de los padres - Alejandra Escura_ 12675686_sEn la siguiente entrevista, Alejandra Escura, psicóloga colaboradora del INSTITUT D’ASSISTENCIA PSICOLOGICA I PSIQUIATRICA MENSALUS, nos habla sobre los trastornos emocionales y conductuales en los hijos tras la separación de los padres.

“Uno de los factores que determina el grado de repercusión emocional en el hijo es el tipo de gestión que los padres  hagan en el momento de romper la convivencia”.

“Descalificar o culpabilizar al otro padre puede originar papeles en el niño como el de “espía” o “confidente”, creando así un elevado nivel de ansiedad y malestar”.

 

¿Qué factores determinan trastornos emocionales o conductuales en los hijos tras una separación de los padres?

Uno de los factores que determina el grado de repercusión emocional en el hijo es el tipo de gestión que ambos hagan en el momento de romper la convivencia.  Por ello, las consecuencias emocionales serán muy distintas cuando la fractura del núcleo familiar sea conflictiva o cordial.

En aquellos casos en los que la separación de los padres se ha vivido desde la falta de respeto y el ataque, los hijos pueden presentar ansiedad y/o depresión que afecte a su rutina diaria, quedando alterados elementos como el rendimiento escolar o las relaciones sociales.

Trastornos de la conducta como el negativista-desafiante o el aislamiento, son otras de las posibles consecuencias.  Por otro lado, la falta de control de esfínteres y trastornos del sueño, son algunos de los síntomas que pueden manifestarse.

Concretamente, ¿qué caracteriza al trastorno negativista-desafiante?

Entre las principales conductas que caracterizan este trastorno destacamos el llanto repetido, una negativa constante ante tareas habituales. Por ejemplo desde lavarse los dientes hasta ir al colegio. Actitudes relacionadas con no querer perder de vista a los padres o, en adolescentes, todo lo contrario (salidas continuas de casa y búsqueda de cercanía con los iguales).

¿Y qué caracteriza al aislamiento?

En el caso del aislamiento, el niño/adolescente muestra una mayor introversión, tiene miedo a preguntar y teme que su conducta tenga alguna consecuencia negativa.

Por este motivo, una de las principales pautas que ofrecemos a los padres es justamente explicar a sus hijos qué ha pasado y cómo será su día a día de ahora en adelante. Los niños necesitan respuestas, de lo contrario, mentalmente no pueden ubicar los cambios vividos. Es entonces cuando aparecen síntomas como los descritos. Permanecer unidos en este discurso ayuda a los mayores a organizar el nuevo contexto, y a los pequeños a entrar en el mismo de forma sana y funcional.

Muchos padres acuden a consulta preocupados justamente por no saber cómo explicar a sus hijos la separación. ¿Cómo pueden hacerlo?

Esta es una de las grandes consultas: “¿Cómo les decimos que nos separamos?”.

Una frase que resulta de ayuda es la siguiente:

“Papá y mamá se quieren pero ya no están enamorados. Aún así, por encima de todo, los dos siempre te querrán, esto nunca cambiará”.

La diferencia entre querer y estar enamorado es algo que los niños pueden entender, y engloba un concepto constructivo de la relación existente entre el padre y la madre.

¿Qué otras pautas podemos tener en cuenta?

Explicar a los niños/adolescentes el régimen de custodia.  En el caso de los adolescentes, preguntar incluso qué desean ellos (respetando unos límites).

Realizar conjuntamente un calendario y señalar de forma gráfica (con colores, pegatinas y cartulinas) los días que pasarán con cada padre, ayuda al niño a organizarse y le hace partícipe de la dinámica familiar.

Por otro lado, recomendamos que ambos padres muestren implicación en actividades (Ej. deportivas, musicales), procesos (Ej. médicos) y tareas del niño, así como interés por cómo se siente (preguntando y a la vez respetando su espacio).

¿Qué conductas por parte de los padres separados deben evitarse?

Por ejemplo, entrar en descalificaciones hacia el otro o culpabilizar delante del hijo.  Actitudes de este tipo pueden crear papeles en el niño como el de “espía” o “confidente”, generando así un elevado nivel de ansiedad y malestar.

¿Qué les dirías a todos aquellos padres que están pasando por un proceso de este tipo?

En primer lugar, que recuerden la importancia de hacer una separación cordial y no conflictiva por el bien de los hijos.

En segundo lugar, que no olviden dedicar tiempo a sus hijos; es lo que ellos más necesitan y valoran.

En tercer lugar pero no menos importante, que piensen que no únicamente se separan los padres, para el niño también existen separaciones físicas: distancia o disminución de la convivencia con otros familiares, amigos, cambios de residencia incluso, etc.  La separación conlleva cambios evidentes en los encuentros sociales, así como cambios físicos en su rutina (ahora estoy en casa de papá, ahora en casa de mamá, etc.).

Por último, les recomendaría que consulten con un psicólogo si tienen dudas y no saben cómo llevar este proceso.  Es habitual sentirse perdido y desamparado.  La ayuda de un profesional puede resolver interrogantes y ofrecer pautas específicas para cada familia.

Mencionas el cambio de hogar, ¿qué pautas concretas pueden ayudar a normalizarlo?

Un punto muy importante es que el hijo disponga de un espacio personal.  Esté en casa de papá o en casa de mamá, el niño/adolescente debe tener sus objetos, juguetes y ropa ordenados, y sentir que puede disponer fácilmente de los mismos.  En ocasiones, “guerras” entre padres sobre qué hay en cada casa generan miedo en el pequeño (“no cojo estas zapatillas para que papa/mamá no se enfade”).  Problemas de este tipo crean una responsabilidad en el pequeño evitable.

Otra recomendación interesante es animar al hijo a decorar su habitación, elegir los muebles junto mamá o papá, etc.  Darle este poder le otorgará satisfacción y le ayudará a integrar el nuevo espacio como algo natural.

 

Muchas gracias Alexandra.

Entrevista realizada por Mª Teresa Mata

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