“Cuando hablamos de terapia familiar no nos referimos a un trabajo en el que participa activamente toda la familia, nos referimos a un estilo de intervención que tiene en cuenta a todos sus miembros”.
Este es el titular con el que Natividad Mora introduce la dinámica de trabajo que se lleva a cabo en las sesiones de terapia familiar. Tal y como ella nos explica, no se trata de realizar sesiones con todos los integrantes del grupo, sino de estructurar las sesiones teniendo presente la figura y el papel que juega cada uno de ellos en el conflicto.
Cada rol (rol hijo, rol padre, rol madre, rol hermano, etc.) tiene una voz que define una parte del problema. Ofrecer un espacio en el que todos los roles puedan comunicarse (dentro y fuera de sesión) es el objetivo principal de la terapia familiar.
En la siguiente entrevista, Natividad Mora, psicóloga colaboradora del INSTITUT D’ASSISTENCIA PSICOLOGICA I PSIQUIATRICA MENSALUS, nos habla sobre el poder de la terapia familiar.
¿Qué es la terapia familiar?
La terapia familiar es un tipo de intervención terapéutica que planea una estrategia de intervención en la que se tiene en cuenta a todos los miembros de la familia. El terapeuta convoca a un familiar u otro en función de las necesidades y problemáticas detectadas.
¿Qué busca la terapia familiar?
La terapia familiar busca cambiar los patrones disfuncionales de relación a partir de potenciar el conocimiento de las capacidades personales y los recursos de grupo, así como de los lazos de unión. El objetivo es estimular la colaboración de toda la familia a la hora de resolver problemas individuales o colectivos.
¿Cómo se estructuran las sesiones?
Las sesiones acostumbran a tener una duración de una hora y media.
En las dos primeras sesiones la intervención se centra en conocer la problemática y el motivo de consulta: qué les preocupa, qué desean cambiar, qué sufrimiento existe, quién expresa con más o menos intensidad, etc.
Acto seguido aparece la necesidad de comprender patrones de relación que dificultan la convivencia y la desaparición del sufrimiento. A partir de aquí se acuerdan objetivos a corto y largo plazo.
En función de los objetivos de trabajo, en las sesiones de convoca a un miembro, dos, tres, o a la familia al completo.
¿Podrías ofrecernos algún ejemplo de motivo de consulta?
La familia pasa por distintas etapas y cada una de ellas ofrece muchos cambios. Dichos cambios no siempre son fáciles para todos y, si la adaptación no es correcta, puede originar problemas que desequilibren el funcionamiento del sistema. Por ello, la terapia familiar se convierte en un acompañamiento de cambios en el ciclo vital tales como el inicio de la convivencia de la pareja, la llegada del primer hijo (de qué me encargo yo y de qué te encargas tú), la clarificación de roles en la educación (cada padre quiere educar de un modo distinto), la adolescencia (la necesidad de autonomía de los hijos puede producir inseguridad en los padres), la emancipación de los hijos (el nido vacío), etc.
Todas estas etapas despiertan motivos de consulta del tipo: “cada uno hace las cosas de un modo distinto y chocamos”, “no nos entendemos”, “parece que funcionamos por separado”, “él no me dice cómo se siente”, “nuestro hijo ha cambiado y ahora no hace caso de nada”, etc.
¿Qué más ofrece la terapia familiar?
Tal y como anuncia el título de hoy, la terapia familiar ofrece espacios de comunicación entre los protagonistas dando voz a cada uno de ellos, algo que no siempre se respeta en las dinámicas familiares.
La concepción de equipo es algo que el terapeuta repite a lo largo de las sesiones. Si la familia no funciona como tal, difícilmente podrá solventar un conflicto. De ser así, las soluciones se buscarán por separado y el esfuerzo irá dirigido a objetivos distintos. Es agotador invertir energía y que el trabajo sea en vano.
Es entonces cuando la familia llama a la puerta en busca de ayuda. El terapeuta habitualmente se encuentra con personas exhaustas y alejadas entre ellas por el cansancio.
¿Qué otros sub objetivos persigue la terapia familiar?
La terapia familiar potencia el conocimiento del malestar de todos (el impacto del sufrimiento), así como de las fortalezas (Ej.: “¿qué ves de rico en tu hijo?”). Fijaros, esta es una información que muchas veces no fluye en la comunicación familiar y compartirla en sesión resulta altamente revelador.
Por otro lado, detecta problemas de relación, aparición de algunos trastornos y alianzas perversas (por ejemplo, cuando existe un conflicto de pareja y uno de los cónyuges busca aliarse con un hijo).
Además, refuerza vínculos y clarifica roles y sistemas. Los roles pueden delegarse en un momento dado pero, la responsabilidad del rol no puede traspasarse, sigue recayendo sobre la misma persona. Aún así, en algunos casos los roles sí se traspasan y, fruto del malestar que todo ello origina, aparecen síntomas. Por ejemplo, es distinto cuando una madre deriva a un hijo la responsabilidad de vigilar al hermano pequeño mientras va a comprar (se trata de una cesión de responsabilidad durante un tiempo concreto) que cuando uno de los hijos toma la responsabilidad de cuidar al hermano pequeño porque la madre está ausente.
En definitiva, podríamos decir que la terapia familiar es el altavoz de los conflictos del sistema y la guía para generar pequeños movimientos que produzcan grandes cambios.
Muchas gracias Nati
Entrevista realizada por Mª Teresa Mata