Esta semana, Ignasi Llorach, psicólogo colaborador del INSTITUT D’ASSISTENCIA PSICOLOGICA I PSIQUIATRICA MENSALUS, nos habla sobre los perfiles de personalidad que basan su éxito en la persecución de metas ideales.
Las expectativas pueden transformarse en un motor. Pensar en retos futuros posiciona a la persona en un momento de acción que se alimenta del deseo y la motivación.
El problema aparece cuando las expectativas no son reales y se convierten en un ideal. Tal y como nos explica Ignasi Llorach en la siguiente entrevista: “La lucha por conseguir algo “imposible” y no lograrlo, etiqueta al individuo de incapaz y despierta profundos sentimientos de frustración y derrota”.
¿Qué les sucede a las personas que basan su bienestar únicamente en altas expectativas?
Para aquellos perfiles de personalidad que centran su bienestar únicamente en conseguir altas expectativas, ser feliz se convierte en una lucha constante. En estos casos, una expectativa lleva a otra, y la persecución de objetivos termina siendo una búsqueda del ideal. Ante tal “misión imposible”, aparecen etiquetas de “no puedo” y profundos sentimientos de frustración y derrota.
¿Qué más nos podrías explicar sobre los perfiles que centran su bienestar en expectativas?
Habitualmente hablamos de personas que fijan su meta en aquello que creen que los demás desean; en otras palabras: el ideal del otro.
Su bienestar se alimenta de estímulos externos, no de aspectos intrínsecos y profundos de su persona. Por supuesto, estar pendiente de la demanda de los demás no satisface, siempre podría ser mejor, no hay fin.
La crítica no es nunca bien aceptada, así como la no aprobación. Algunos pensamientos recurrentes relacionados suelen ser “no soy suficiente” o “tendría que ser mejor”, llegando hasta conclusiones totalistas del tipo: “no soy feliz y nunca lo seré”.
¿Cómo se trabaja en psicoterapia esta insatisfacción constante?
Uno de los caminos es abrir un nuevo canal de reflexión que rompa con aquellos pensamientos que únicamente buscan el equilibrio personal en los demás y no en el carácter individual del propio ser.
Para ello, en primer lugar es necesario conocer cómo construye el mundo aquella persona y saber en qué tipo de aspectos se centran sus pensamientos (Ej.: la imagen, la aprobación, etc.). Una vez conocemos el contenido de dicha estructura, buscamos los significados reales que se esconden detrás:
– Paciente: “Mi expectativa es tener la familia perfecta”.
– Terapeuta: “¿Qué es para ti una familia perfecta?”
A esta pregunta el paciente puede contestar con dos respuestas tipo:
– “Una familia en la que mi mujer me quiera y podamos compartir la felicidad de nuestros hijos”.
– “Una familia que todo el mundo admire y envidie cuando la vea”.
El segundo caso es un claro ejemplo de alguien que centra su bienestar en los demás.
¿Qué tipo de reflexiones pueden ayudar al individuo?
Reflexiones que pongan en duda su sistema de creencias basado en el exterior y ofrezcan la oportunidad de crear un nuevo sistema. Por supuesto, esto no es una tarea fácil. En un primer momento, la persona se opone a romper con su escala de prioridades (habitualmente, una escala que sigue una estructura piramidal en la que la cúspide es el ideal). Plantearse otro tipo de estructura deja fuera de juego al ideal, algo totalmente nuevo para el individuo. El conocer progresivamente los beneficios del nuevo sistema de prioridades conduce a la persona hacia nuevas sensaciones y alimenta nuevas formas de construir su mundo.
¿Por qué resulta tan difícil romper con el ideal?
Cuanto más centrada está una persona en el ideal, más desprecia la realidad. Esta percepción la aleja de aquello que le rodea y la encierra en la lucha por la meta inalcanzable. En otras palabras, podríamos decir que, cuanto más piensa en aquello que no existe, menos atractivo siente aquello que sí puede tocar.
Nos comentabas que el resultado es malestar, frustración, decepción, ¿Cómo pueden gestionarse estas emociones?
Nuevamente, buscando el significado real del pensamiento que las provoca. En psicoterapia buscamos experiencias de vida pasadas que den una información extra y expliquen el sistema de prioridades de aquella persona
Los pensamientos, en ocasiones, exigentes y centrados en perseguir un ideal nacen como necesidad de “reparar” una carencia. En esta exploración de la vida del individuo, terapeuta y paciente descubren qué aspectos no quedaron solucionados años atrás y, quizás, despertaron mecanismos de defensa poco funcionales.
Para entenderlo mejor mostraremos una secuencia:
– 1) “Me sentí terriblemente solo en la adolescencia”
– 2) “Posteriormente he intentado ser aceptado por los demás”
– 3) “Para ello me he centrado en mi imagen y en aquello que me puede aportar” (ser guapo, rico y una persona de éxito)
– 4) “En la actualidad, centro toda mi vida en la imagen” (intento que a todo el mundo le guste mi persona y mi vida exitosa, esto hace que siempre tenga gente a mi alrededor)
En este caso, el paciente ha intentado cubrir una necesidad del pasado (sentirse terriblemente solo) buscando la aprobación de los demás a partir de su imagen y éxito.
¿Qué les dirías a todas aquellas personas que están leyendo esta entrevista y se sienten identificadas?
Vivir únicamente en la expectativa no nos permite ser dueños de nuestra felicidad y aún menos cuando las expectativas se basan en aquello que esperan los otros.
Plantearse los significados que esconden las metas ideales y entender el porqué de su existencia, puede abrir un diálogo interno que rompa con ciertas creencias. Flexibilizar el sistema de prioridades y buscar el modo de convertirlo en funcional por medio de una estructura que enriquezca a la persona aún no llegar a la “cúspide”, son objetivos que sí pueden ser un reto constructivo.
Muchas gracias Ignasi.
Entrevista Realizada por Mª Teresa Mata.