Con estos titulares Alejandra Escura y Mireia Garibaldi, psicólogas infantiles colaboradoras del INSTITUT D’ASSISTENCIA PSICOLOGICA I PSIQUIATRICA MENSALUS, nos hablan sobre qué elementos debemos tener en cuenta para educar y guiar a nuestros hijos en el contexto de las nuevas tecnologías.
“El 40% de los niños de 2 años “trastean” con el móvil o la tableta” .
“El 72% de los niños de 8 años manejan las nuevas tecnologías”.
“El 80 % de los adolescentes entre 10 y 15 años están inmersos en las nuevas tecnologías”.
“Los adolescentes utilizan el móvil unas 3 horas diarias (WhatsApp, Instagram, correo, redes sociales, juegos, etc.)”.
¿Cómo padres debemos tener miedo al mundo digital?
No. Temer el mundo digital provocará que lo evitemos y nos desinformemos.
Justamente desde la Psicología y la Psicopedagogía infantil resaltamos la importancia de estar al día sobre el uso que hacen los niños y adolescentes de las nuevas tecnologías, cuáles son los juegos o Apps de moda, cuáles aportan conocimiento adecuado para su edad y cuáles no, etc.
Si tenemos miedo, ¿es posible que mantengamos a nuestros hijos en una burbuja aislados del mundo tecnológico?
Sí, de hecho esta es la segunda consecuencia. Si alejamos al niño de la tecnología lo convertiremos en un “huérfano digital”. Si esto sucede, pasados unos años, el niño manifestará dificultades para adaptarse a la realidad diaria, ya que muchas herramientas que estén a la orden del día serán grandes desconocidas para él.
Como padres podemos ayudar a nuestros hijos a utilizar de un modo inteligente las nuevas tecnologías estimulando la curiosidad, el interés, el razonamiento y el aprendizaje según la necesidad del momento, al mismo tiempo que fomentemos su uso constructivo.
¿Qué tiene que contemplar un uso constructivo?
Que el uso de las nuevas tecnologías sea constructivo significa que aportará conocimiento útil al niño y colaborará en su proceso de maduración. Para ello, esta práctica tiene que estar dotada de autocontrol, no todos los momentos serán buenos para “conectarse”. Jugar y realizar una búsqueda conjuntamente padre e hijo en la que se evidencien las posibilidades de la tableta o el smartphone, presenta la tecnología como una herramienta segura y pone límites sobre cómo debe ser el acceso a la misma. De lo contrario, el niño desconectará de otros estímulos que estén a su alrededor y perderá de vista herramientas importantes.
Hablando de la seguridad, ¿debemos utilizar filtros parentales?
Los filtros parentales son una opción, podemos restringir el acceso a ciertas páginas y zonas. Ahora bien, también podemos instruir a los chicos sobre cómo acceder a aquello que les aportará un conocimiento adecuado con el fin que pregunten y entiendan el porqué.
¿Podríais ofrecernos algunas pautas que ayuden a los padres a gestionar el uso de las nuevas tecnologías?
Desde Psicología infantil trabajamos conjuntamente con los padres para adaptar pautas concretas al sistema familiar. A groso modo, algunos de los puntos sobre los que prestamos especial atención guardan relación con el uso de dispositivos durante las comidas y la educación en la autorregulación del placer inmediato y la tolerancia a la espera.
Por ejemplo, por lo que respecta al uso de tabletas y smartphones durante el almuerzo y la cena, una propuesta que muchas veces hacemos es que todos los miembros de la familia dejen los aparatos en una caja destinada a este fin. Así pues, mientras estén sentados en la mesa conversando y compartiendo cómo les ha ido el día, no tendrán contacto con el teléfono, el correo electrónico o el chat, consiguiendo así que toda la atención se centre en una única conversación en lugar de que existan tres o cuatro en paralelo (uno responde a un WhatsApp, otro revisa la bandeja de entrada, otro responde a una llamada, etc.) .
Y en referencia a los tiempos de uso del teléfono/tableta/ordenador, ¿Cómo más se pueden delimitar?
Para niños más pequeños es importante recordar que el teléfono/tableta/ordenador es del adulto y es él quien cede el espacio de juego bajo su supervisión. Así pues, el niño no accede cuando quiere, el adulto decide los tiempos.
Por otro lado, también en niños más mayores, es importante hablar con ellos y pactar dichos tiempos de conexión igual que lo hacemos con otras tareas. En el caso del ordenador recomendamos ponerlo en un espacio común, así estaremos atentos a qué tipo de búsquedas realiza.
¿Podríais ofrecernos algún otro consejo?
Bien, nos gustaría resaltar un aspecto que antes hemos mencionado. A veces parece que el niño se entretiene solo con aquel juego o aplicación y no es necesario que participemos del momento. Las nuevas tecnologías no deben funcionar como “apaga niños” y cubrir la función de “estar entretenidos” sin más. Nosotros insistimos en la importancia de jugar conjuntamente, compartir emociones y aprender padres e hijos de la mano. En realidad, este es el mejor modo de transmitir el punto de vista del adulto y escuchar las dudas y curiosidades del pequeño.
Para finalizar queremos recordar a todos los padres que, por el hecho de que los hijos hayan nacido en la era digital, no saben más que el adulto. El padre, con su madurez y experiencia, posee las herramientas necesarias para identificar, discernir y regular qué es apropiado y qué no en relación a Internet. Es responsabilidad del adulto educar en este sentido.
Muchas gracias a las dos.
Entrevista realizada por Mª Teresa Mata.