Skip to content

El sueño no reparador y los pensamientos intrusivos

32559585_s“Durante el sueño se restablecen las funciones físicas y psicológicas esenciales para mantener un equilibrio”

Los pensamientos repetitivos relacionados con la exigencia (“tengo que”, “debería haber hecho”, “no entiendo por qué no he sido capaz”) son una de las trampas mentales más habituales que nos conducen hacia la proliferación de pensamientos intrusivos, los peores enemigos del buen dormir”.

“Atender al carácter que toman nuestros pensamientos cuando proliferan y se aceleran es un modo de entrenar nuestro autoconocimiento.  Muchas veces no nos percatamos de la cantidad de pensamientos que estamos asumiendo ni de la carga negativa que contienen, simplemente lo traducimos en un “estoy nervioso” o “me siento ansioso”.

Esta semana, desde el INSTITUT D’ASSISTENCIA PSICOLOGICA I PSIQUIATRICA MENSALUS, hablamos sobre la importancia de la calidad del descanso nocturno en relación a la aceleración mental y la gestión de los pensamientos repetitivos e intrusivos.

 

¿Por qué es tan importante el sueño?

Durante el sueño se restablecen las funciones físicas y psicológicas esenciales para mantener un equilibrio.  Para que este restablecimiento tenga lugar, el sueño se compone de dos fases que se repiten de forma cíclica (la fase REM y la fase NO REM).  La fase NO REM, a su vez, se divide en cuatro estadios.  Cada fase cumple con unos procesos específicos con el fin de recuperar la energía necesaria para funcionar en todos los sentidos.

La mayoría de las hipótesis explican que la fase NO REM tiene una función relacionada con la reparación de los tejidos corporales y la conservación y recuperación de la energía vital.  Así mismo, durante la fase REM, predominan los procesos de reparación cerebral como la reorganización neuronal, el almacenamiento de recuerdos relevantes y la eliminación de recuerdos menos importantes.

A modo de ejemplo, cuando una persona está sometida a un elevado gasto de energía física (entrenar duro para una carrera), durante el sueño aumenta la fase NO REM.  Por otro lado, si está en pleno proceso de aprendizaje (estudiar para un examen), aumenta la fase REM.

La necesidad de dormir y que el sueño sea reparador para disfrutar de una salud física y psicológica queda evidenciada cuando suprimimos horas de sueño, ya sea de un modo intencionado («duerno menos para poder terminar mi tesis») o involuntario («no consigo conciliar el sueño, me paso la noche en vela»).  Cuando esto ocurre, se produce un deterioro del funcionamiento diurno visible en nuestras acciones.

 

¿Qué elementos definen este deterioro?

La supresión de horas de sueño produce una disminución del rendimiento intelectual que se ve reflejada en la dificultad por recordar, concentrarse, razonar, abstraer conceptos, responder automáticamente ante un estímulo (disminuyen los reflejos), etc. Con ello nos damos cuenta del descenso que sufre nuestro rendimiento en el estudio, el trabajo, las tareas de casa, el deporte, etc., pero también del riesgo que corre nuestra integridad física al aumentar el tiempo de respuesta (somos más lentos y se producen más despistes y accidentes).

De hecho, el sueño es una necesidad básica del organismo y su satisfacción permite la supervivencia.  La privación total conduciría a la muerte, es imposible concebir la vida sin el descanso y la regeneración cuerpo-mente.  Esta premisa nos informa sobre la importancia de conseguir un sueño reparador que nos ofrezca, no únicamente la energía mínima, sino una óptima calidad de vida.  Por este motivo, todas aquellas acciones que vayan dirigidas a mejorar los hábitos del sueño estarán cuidando nuestra salud integral.

 

¿Qué podemos hacer para conseguir un buen descanso?

Son muchos los artículos que hablan sobre hábitos que favorecen la calidad del sueño, pero hoy queremos prestar especial atención al funcionamiento cerebral y uno de los elementos básicos:  la aceleración del pensamiento.

La aceleración del pensamiento, de por sí, es uno de los peores enemigos del sueño.  Por ello, los profesionales recomiendan dejar un tiempo entre las tareas que requieren un esfuerzo cognitivo y el momento de ir a la cama.  Así mismo, la aceleración del pensamiento generada por la proliferación de pensamientos repetitivos (mayormente relacionados con la responsabilidad y la autoexigencia) está íntimamente relacionada con la dificultad por conciliar el sueño, los despertares nocturnos y el propio insomnio.

Esta relación tan evidente no siempre la tenemos presente.  Frases del tipo: “antes de ir a dormir es cuando pienso en ideas para…” o “en la cama reviso la agenda de mañana”, son hábitos que están integrados en nuestra rutina (“no dispongo de más  tiempo, cuando sino voy a hacerlo”).  Lo curioso del caso es que, gran parte de la población que sufre dificultades para dormir, no relaciona dichos hábitos con su problema.

 

¿A qué se debe este desconocimiento?

Estamos excesivamente conectados a nuestra vida diurna y no prestamos atención a la necesidad de seguir pautas que favorezcan las horas de sueño (“¿dormir?, ya veremos a qué hora”).  Así mismo, las propias preocupaciones demandan un tiempo mental que, sin importar el coste, cedemos gratuitamente.

 

¿Qué podemos hacer?

 Los pensamientos repetitivos relacionados con la exigencia (“tengo que”, “debería haber hecho”, “no entiendo por qué no he sido capaz”) son una de las trampas mentales más habituales donde solemos caer (sobre todo al final del día).  Darnos cuenta de ello pone en nuestra mano la posibilidad de frenar los pensamientos autoexigentes y evitar que deriven en otros pensamientos de tipo destructivo (“debería haber hecho”/”soy un mal profesional”/”no me merezco”/”nunca seré capaz de”).

Atender al carácter que toman nuestros pensamientos cuando proliferan, es un modo de entrenar nuestro autoconocimiento.  Muchas veces no nos percatamos de la cantidad de pensamientos que estamos asumiendo ni de la carga negativa que contienen, simplemente lo traducimos en un “estoy nervioso” o “me siento ansioso”.  Con el autoconocimiento podemos decidir y actuar.

 

Algunas personas responden con un “no puedo parar de pensar”.  ¿Existe alguna estrategia para frenar los pensamientos intrusivos?

 Desde la Psicoterapia trabajamos distintas estrategias para frenar los pensamientos intrusivos una vez el paciente ya tiene consciencia de su existencia y contenido (los pensamientos ya no son tan inconscientes ni automáticos).  Todas aquellas intervenciones que gestionan la ansiedad tienen en cuenta dichos mecanismos de frenada ya que, cuanta más aceleración del pensamiento intrusivo, mayor sensación de amenaza y mayor activación de los mecanismos de alerta.

Una estrategia relacionada con disminuir los pensamientos intrusivos consiste en empatizar con ellos y comprender su significado más allá de su contenido.  Técnicas relacionadas con el análisis de los constructos personales desgranan la perspectiva que el paciente tiene sobre sí mismo y su entorno.  Dicho análisis, muchas veces, descubre el origen que mantiene los pensamientos intrusivos y repetitivos.

 

¿La ansiedad puede verse reflejada en las fases del sueño?

Bien, los estudios que utilizan técnicas de medición de la actividad eléctrica cerebral buscan equivalencias entre las características de las fases del sueño y las personas que sufren trastornos afectivos como la ansiedad y la depresión.

Algunas hipótesis apuntan que, quienes manifiestan ansiedad generalizada, presentan una latencia de la primera fase REM mayor que la población general sana (es decir, la fase REM tarda más tiempo en aparecer).  Este es un dato objetivo que supone un avance para trabajar los problemas del sueño en personas que sufren ansiedad.

Dicho esto, hoy podemos confirmar que la ansiedad y la aceleración del pensamiento guardan una relación directa con la calidad del sueño.  Desde EL INSTITUT MENSALUS te animamos a velar por tu salud integral  y revisar cómo son tus horas previas y posteriores al descanso.

Gracias Mª Teresa

firma-ma-teresa-mata

 

Tabla de contenidos
Mensalus
Mensalus
Estamos formados por un colectivo de más de 30 profesionales independientes, con un alto grado especialización en las diferentes áreas de Salud Mental. Ello permite ofrecer una asistencia individualizada, pero integrada en un equipo multidisciplinar, en las áreas de psicología, psiquiatría, neuropsicología, psicopedagogía, coaching y crecimiento personal.
Secciones del Blog

Solicita información