El proceso de duelo es un proceso natural, es la reacción normal a un sentimiento de pérdida. El proceso de duelo siempre reivindica su espacio, su razón de existir. Por este motivo, dejar que aparezca es la opción que nos ayuda a superarlo
Independientemente del tipo de duelo (duelo por la muerte de un ser querido, duelo por una separación, duelo por la pérdida de un trabajo, etc.), su elaboración consiste en pasar diferentes fases y realizar toda una serie de tareas.
Esta semana, el equipo del INSTITUT D’ASSISTENCIA PSICOLOGICA I PSIQUIATRICA MENSALUS, nos recuerda las fases del proceso de duelo y las tareas implícitas.
A lo largo de la vida aparecen diferentes tipos de pérdidas y distintos tipos de duelos: duelos por muerte de un ser querido, duelos afectivos como un divorcio, duelos propios de los cambios de etapa del ciclo vital como el nido vacío o la jubilación, duelos demográficos como un cambio de ciudad, duelos relacionados con la actividad diaria como la pérdida de un trabajo, etc.
Sea cual sea el tipo de pérdida, respondemos a ésta poniendo en marcha lo que llamamos el proceso de duelo, un proceso que queda reflejado en todas las dimensiones del ser humano: la dimensión física, la cognitiva, la emocional y la conductual..
Etapas del proceso de duelo
De un modo resumido a continuación explicamos las distintas fases del proceso de duelo (Parkes 1993):
- El proceso empieza por una fase de desconcierto o embotamiento en la que domina una sensación de irrealidad e incredulidad sobre lo ocurrido.
- Le sigue la fase de anhelo y búsqueda de la pérdida con un intenso sentimiento de añoranza que se alterna con episodios de ansiedad y tensión.
- Posteriormente, se observa una fase de desorganización y desesperación en la que se experimenta un ánimo deprimido más profundo.
- Y, finalmente, aparece una fase de reorganización y recuperación, en la que el estado de ánimo mejora y se comienza a mirar hacia el futuro de un modo positivo.
¿Qué implica un proceso de duelo?
Elaborar el duelo implica llevar a cabo toda una serie de tareas que requieren de un papel activo por parte del doliente. Estas tareas son:
- Aceptar la realidad de la pérdida.
- Experimentar el dolor.
- Adaptarse a las nuevas circunstancias.
- Reubicar emocionalmente a la persona perdida.
- Mirar hacia el futuro.
¿Cuáles son los tiempos de las etapas de duelo?
El duelo afecta a la totalidad de la persona y esto hace que, aún ser una respuesta natural, en algunos casos sea un proceso complejo. El paso por estas fases no es secuencial, es decir, no se completa una fase y se pasa a la siguiente. Así pues, no podemos hablar de tiempos concretos. Además, la persona en duelo va de una fase a otra en función de sus características personales, de su contexto y de sus circunstancias vitales.
Gran parte de los procesos de duelo que tratamos en consulta son procesos de duelo desautorizados (los duelos desautorizados son aquellos en los que la persona doliente no recibe el apoyo que aparecería en otros tipos de duelo). Por supuesto, si se trata de un proceso de duelo desautorizado, las dificultades son mucho mayores. Las etapas y tareas quedan en parte “vetadas”.
Algunos ejemplos de duelos desautorizados son el duelo perinatal (la/s persona/s que han perdido al hijo reciben ánimos y soporte con el objetivo de dejar atrás lo ocurrido y centrarse en un futuro embarazo), la pérdida de un amante (el duelo no puede llevarse a cabo dado que la relación era secreta), o el duelo de un ex-cónyuge (en el contexto actual la persona no puede llorar al fallecido).
¿Cómo ayuda la Psicoterapia a elaborar las etapas de duelo?
Uno de los principales objetivos de la Psicoterapia es justamente proporcionar el espacio necesario para elaborar aquellas emociones tabú con el objetivo de integrar la pérdida y no dejar el proceso como una tarea pendiente.
Si se trata de un duelo natural, el punto fundamental es el asesoramiento. El terapeuta acompaña y facilita el proceso de duelo normal. Si existe algún tipo de dificultad, el terapeuta ofrece los recursos y el apoyo necesarios para seguir. Si se trata de un proceso de duelo con factores de riesgo asociados (por ejemplo, una depresión mayor) y la presencia de una clínica evidente, es importante realizar una valoración multidisciplinar y tener presente un posible tratamiento farmacológico.
Sea como sea, el psicoterapeuta siempre velará por la superación de las distintas etapas y la elaboración de las tareas asociadas con el fin de recuperar la funcionalidad en el día a día y visionar un futuro esperanzador.
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