“El modo en que nos presentamos al mundo, nuestra actitud y nuestra posición, marcan la diferencia”.
“Es cuestión de actitud: un pequeño cambio de forma, tono, visión, puede dar un giro de 180º a la situación”.
“La actitud positiva facilita que el otro tome interés en nosotros, nos ayuda a captar su atención. Si necesitamos ayuda, podemos buscarla desde una posición optimista; posiblemente, este hecho nos ayude a obtener mejores resultados”.
Esta semana queremos compartir el potente mensaje que transmite el vídeo que os mostramos a continuación. Disfrutadlo:
¿Qué nos transmite esta historia?
Cambia tus palabras, cambia tu mundo
El vídeo muestra como un mensaje positivo promueve un gran cambio. La chica le dice al hombre ciego: “escribí lo mismo pero con distintas palabras” (Es un día hermoso y no puedo verlo , en lugar de, Soy ciego, ayúdeme).
Un mismo mensaje puede decirse de muchos modos; las palabras, el tono y la actitud importan.
En nuestro día a día nos comunicamos a través de cientos de mensajes. Si hiciéramos una revisión de todos ellos veríamos como el tono, las palabras y la forma de los mismos, en ocasiones, podría adoptar otro carácter más funcional y positivo.
La negatividad nace fruto del malestar, algo inevitable y necesario en la vida (sin malestar no elegiríamos aquello que sí nos hace sentir bien, aquello que necesitamos para preservar el bienestar, aquello que nos hace feliz). Aún así, aún sentir malestar, podemos buscar el modo de hacerlo productivo.
¿Qué significa hacer productivo el malestar?
El malestar, tal y como comentábamos, es necesario en nuestras vidas. Esto ya lanza un valioso mensaje: debemos aprovechar parte de lo que nos ofrece. Para ello, es importante expresar el malestar desde una postura que persiga un objetivo positivo.
El malestar, si nos lo proponemos, promueve relaciones personales a partir de conversaciones que sumen y no resten, un tú a tú que invite al otro, mensajes positivos que ayuden a conectar con nuestra necesidad y la de los demás, etc.
Así pues, quedan claras dos ideas: el malestar es un motor y el “envoltorio” sí importa. Las palabras pueden decir mucho y, si las utilizamos inteligentemente, pueden decir mucho más.
“Cambia tus palabras, cambia el mundo”. A nivel terapéutico, ¿Cómo podemos aprovechar este mensaje?
Este mensaje pondera al individuo, le otorga capacidad y decisión. Todas las personas necesitamos sentirnos capaces para actuar, para perseguir nuestras metas. La motivación se alimenta de este sentimiento, sin él, difícilmente saldremos de nuestra zona cómoda de “espectador”. Las palabras promueven la motivación, nos posicionan en un papel activo y facilitan que los demás también lo hagan: nuestro discurso siempre generará un feedback.
¿Cómo nos ayuda este feedback?
El feedback que promoverá cambios, que nos ayudará a avanzar en nuestras metas, posiblemente será aquel que provenga de mensajes de carácter positivo, esperanzador y constructivo.
El mundo se construye con palabras y actos, los dos deben ir cogidos de la mano. Para empezar, busquemos las palabras que estén al nivel de nuestras expectativas, de este modo pisaremos más fuerte y facilitaremos que los demás se unan a nuestros pasos.
El feedback positivo nos ofrecerá seguridad y bienestar, una base fundamental para seguir mostrándonos al mundo, no como ciegos, sino como personas con ganas de ver.
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