Las habilidades sociales se forman a partir del aprendizaje personal. En el ámbito psicoterapéutico, las técnicas grupales puede resultar un gran instrumento para mejorar y entrenar estas habilidades a través de la realización de ejercicios entre los distintos componentes, por ejemplo, simulando situaciones extraídas de la vida real.
En la siguiente entrevista, Diana Beriain, psicóloga colaboradora del INSTITUT D’ASSISTENCIA PSICOLOGICA I PSIQUIATRICA MENSALUS, nos habla sobre las habilidades sociales y sobre las posibilidades que ofrecen las técnicas grupales en este ámbito.
¿Qué entendemos por habilidades sociales?
Las habilidades sociales son un conjunto de conductas que una persona pone de manifiesto en las relaciones con otras personas. Dotándole así de una mayor capacidad para conseguir sus objetivos, manteniendo su propia autoestima sin dañar la de las otras personas. Estas conductas se basan en el dominio de las habilidades de comunicación y requieren de un buen autocontrol emocional.
Las habilidades sociales, a nivel práctico, nos sirven de ayuda para iniciar y mantener conversaciones, hacer y recibir cumplidos, hacer y rechazar peticiones, expresar molestia o disgusto, mostrar afecto o agrado, así como para afrontar las críticas que puedan realizar sobre nuestra persona.
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Hacer y recibir cumplidos:
Se puede tener presente el reforzar aquello que nos gusta e ignorar aquello que no nos agrada. La expresión positiva directa, así como la expresión de cumplidos en primera persona (“me gusta esto de ti”), etc. Por otro lado, si no tenemos costumbre de hacer cumplidos y queremos hacerlos, es importante empezar poco a poco. Puede que no nos sintamos cómodos realizando cumplidos directos, pero podemos intentar expresar de un modo más indirecto, por ejemplo, en lugar de decir “tu exposición fue increíble”, podemos aportar un “tu exposición estaba bien estructurada, ¿Cómo lo hiciste?”.
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Hacer y rechazar peticiones:
Tampoco siempre resulta sencillo. Algunas personas tienen dificultades para hacer peticiones, es decir, pedir favores, pedir ayuda en un momento dado o pedir a otra persona que cambie su conducta. Para realizar peticiones puede ayudar el ser directo, así como no intentar siempre justificarse. Para rechazar peticiones, es importante recordar el derecho a decir no a peticiones poco razonables y aquellas que, aunque sí lo sean, no deseamos realizar; esta habilidad la denominamos asertividad. Para rechazar peticiones puede resultar de ayuda el pedir tiempo para pensar la petición o pedir más información.
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Expresar molestia, disgusto o desagrado:
No implica tener que enfadarse, sino que comporta el tener que comunicarse. Algunos pasos que pueden resultar de ayuda son: determinar si vale la pena criticar una conducta determinada o si puede ser que ésta no vuelva a suceder, ser breve en la explicación, evitar acusaciones dirigiendo la crítica a la conducta y no a la persona, pedir un cambio de conducta específico, expresar los sentimientos negativos en primera persona, empezar y terminar la conversación en un tono positivo siempre que sea posible, estar dispuesto a escuchar el punto de vista del otro, e intentar evitar la pelea.
Por otro lado, ante una crítica, si pensamos que no tenemos razón, no es conveniente hacer una defensa. En cambio, si creemos que tenemos razón, sí es importante hacerlo cuando la persona haya terminado de exponer su crítica. Es importante plantear abordar la crítica de un modo constructivo pidiendo detalles sobre la misma (qué, quién, cuándo, cómo, dónde, etc.) y respetando el derecho del crítico frente a una opinión.
¿Qué nos proporcionan las habilidades sociales?
Las habilidades sociales proporcionan toda una serie de conocimientos para que podamos sentirnos seguros en cualquier tipo de interacción y comunicación. La seguridad en uno mismo la controla justamente uno mismo, por ello, es importante destacar la importancia de dicha seguridad en todo tipo de interacción.
La falta de habilidades sociales en la comunicación, ¿cómo puede llegar a afectarnos?
En cualquier tipo de comunicación es importante la empatía (es decir, poder entender al otro), la escucha activa y la propia autoestima.
El fomento de la autoestima empieza por conocer las capacidades y habilidades que uno tiene para poder sentirse seguro. El entrenamiento en estas habilidades colaborará en mejorar la seguridad en uno mismo, y en consecuencia, facilitará la interacción y comunicación con el entorno.
Así pues, la falta de habilidades sociales afecta directamente a la autoestima del individuo.
¿Estas habilidades son innatas?
Las habilidades sociales no es algo que se tiene o no se tiene; éstas se aprenden, y cada uno de nosotros las puede presentar de forma muy diversa. Las habilidades sociales se forman a partir de uno mismo, el aprendizaje es personal. Dentro del ámbito psicoterapéutico realizamos técnicas grupales para mejorar y entrenar estas habilidades a través de la realización de ejercicios prácticos que faciliten a la persona este aprendizaje.
¿En qué se caracteriza un Grupo Terapéutico para mejorar las habilidades sociales?
En un grupo terapéutico se trabajan distintas situaciones que permiten realizar un trabajo de introspección con el fin de mejorar las técnicas utilizadas por cada uno de los componentes. Una de as técnicas grupales que se utiliza la metodología del “role playing” para poder trabajar situaciones cotidianas en una situación de grupo.
Además, se trabajan los recursos individuales y los diferentes elementos de la comunicación (aspectos verbales y no verbales), con el fin de mejorar y potenciar las habilidades sociales de todos los miembros del grupo.
¿Qué características tiene concretamente los grupos terapéuticos en habilidades sociales que realizan en Institut Mensalus?
Se trata de grupos abiertos de 12 sesiones semanales de una hora.
Entre los principales objetivos, destacan el aprender los diferentes estilos de comunicación y su efecto en las relaciones interpersonales, el conocer la relación existente entre comunicación y autoestima, el facilitar una comunicación asertiva que permita expresar los pensamientos y sentimientos de manera adecuada así como saber decir no sin que uno se sienta culpable, el conocer los mecanismos de inicio y mantenimiento de conversaciones, el fomentar lo que denominamos comunicación activa (es decir, saber cuándo preguntar, pedir un favor, ofrecer una disculpa, etc.), fomentar la expresión de nuestras emociones y de aquello que nos preocupa, y por supuesto, potenciar la comunicación en contextos concretos tales como el familiar o laboral.
Una dinámica de grupo ofrece la posibilidad de comprobar que nuestras dificultades son normales, que existen más personas con el mismo tipo de problema, y que todo ello puede afectar diferentes aspectos de nuestras vidas tales como el trabajo, la familia, los amigos, etc.
No debemos acomodarnos a funcionar con nuestras limitaciones. Mejorar la capacidad de relacionarse por medio del entrenamiento de las habilidades sociales, mejora directamente la percepción de uno mismo, es decir, aumenta nuestra autoestima.
Muchas gracias Diana.
Entrevista realizada por Mª Teresa Mata.
Si desea obtener más información sobre los grupos terapéuticos enfocados a mejorar las Habilidades Sociales puede llamar a Institut Mensalus, T/ 93 237 19 16. C/ Santa Magdalena, 5.