Si la información que tenemos de nosotros mismos es rica y constructiva, influirá positivamente en la valoración que tengamos de nuestra persona y, con ello, el autoconcepto que creemos será funcional. Este hecho nos permitirá construir relaciones interpersonales sanas dado que nos sentiremos merecedores de compartirlas.
Relacionarnos desde un autoconcepto positivo permitirá que pongamos en marcha habilidades sociales que nos ayuden a conectar y a establecer relaciones cargadas de significado.
Esta semana, el equipo del INSTITUT D’ASSISTENCIA PSICOLOGICA I PSIQUIATRIA MENSALUS, nos habla sobre la importancia del autoconcepto y del reconocimiento para promover nuestras habilidades sociales y establecer relaciones interpersonales sanas.
Habilidades sociales y autoconcepto
El autoconcepto es el conjunto de elementos que utiliza una persona para describirse a sí misma. La objetividad de nuestro autoconcepto dependerá de cómo sea nuestra autoestima que, a su vez, se alimentará de la visión que tengamos sobre nuestra persona. Por este motivo es tan importante conocer la gestión que realizamos sobre todos aquellos pensamientos que guardan una relación sobre cuál es nuestro papel en cada momento, cómo creemos que desempeñamos dicho papel y qué valor le otorgamos.
Pensamientos que resten reconocimiento a nuestros actos e, incluso, impidan llevarlos a cabo (“no doy mi opinión ya que los otros ya la han dado”, “no creo que aporte nada nuevo”, “puede que no estén conforme con mi punto de vista, mejor no lo doy”) alimentan la inacción y, con ello, la no elaboración de un discurso propio (no me planteo cuál es mi opinión) y la no toma de responsabilidad (no actúo, no me relaciono, no me siento responsable de jugar ningún papel en el momento social).
Cuando la inacción se mantiene en el tiempo, cada vez resulta más difícil presentarse ante los demás, dar valor a nuestra voz e interactuar.
Autoconcepto y relaciones interpersonales
Existen diversos elementos que influyen en la formación del autoconcepto y que, especialmente, guardan una relación con los demás. Entre ellos destacamos:
- La información que recibimos de los demás sobre nuestros comportamientos y actitudes. Los demás tienen una imagen sobre nosotros. Esta información condiciona nuestro modo de pensar, sentir y actuar. Tiene una repercusión directa sobre los planteamientos que hacemos sobre quienes somos. De hecho, en parte, nos vemos a través de los ojos que nos ven los demás.
- El entorno en el que hemos nacido y crecido: la cultura, la religión, las costumbres, la herencia familiar, etc.
- El feedback que nos ofrecen las experiencias vitales.
En definitiva, la construcción de la visión que tenemos sobre nuestra persona se basará en una doble percepción:
- La percepción que tenemos de nosotros mismos en relación con nuestra persona.
- La percepción que tenemos de nosotros mismos en función de la percepción que tiene nuestro entorno de nosotros.
A medida que conocemos más información sobre esta doble percepción, somos más conscientes de la idea del Yo que tenemos creada y si esta idea coincide con la que tienen los demás. Por ejemplo, puede que tengamos sensación de dedicar mucho tiempo a nuestros seres queridos y, cuando hablamos con ellos, su respuesta sea contraria. Por supuesto, esta diferencia puede deberse a muchos factores, por ejemplo, a la diferencia de necesidades (quizás para mi invertir una tarde a la semana es suficiente y ellos consideran que es insuficiente). Sea como sea, toda información podrá ayudarnos a entender cómo percibimos la realidad y cómo la perciben los demás, llegando a crear una fusión de mensajes que hablen sobre quienes somos.
Habilidades sociales y reconocimiento
Reconocer a los demás y ser reconocidos alimenta nuestro autoconcepto dado que nos posiciona en una realidad. Sentirnos reconocidos y reconocer a los demás promueve la aparición de habilidades sociales fruto del deseo y el sentimiento mutuo de conexión.
Cada vez que miramos y somos vistos, aparecemos y permitimos que el otro aparezca. Este acto tan simple y tan importante es fundamental para nuestros derechos y nuestro amor propio. Difícilmente pondremos límites, mostraremos nuestra opinión, manifestaremos desacuerdo, empatizaremos, etc., si no nos sentimos merecedores. Sentirnos merecedores va de la mano del reconocimiento, del sentir que ocupamos un lugar y que este lugar es importante.
Así mismo, el reconocimiento de los demás nos recuerda que contamos con una valiosa red de miradas que, a modo de espejo, nos explican quiénes somos y que fomentan un sentimiento de colectividad esencial para el ser humano.
Desde el Institut Mensalus trabajamos las habilidades sociales desde la Psicoterapia y los grupos y talleres de entrenamiento con el objetivo de fomentar un autoconcepto positivo realista y poner de manifiesto capacidades como el reconocimiento.
Para promover y entrenar tus habilidades sociales, no olvides mirar y dejarte mirar. Este es el primer paso para ver y ser reconocido.
Si deseas realizar una visita informativa gratuita con nuestros terapeutas puedes llamar al 932371916