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“Mi hijo consume sustancias”. Pautas para el abordaje psicoterapéutico y familiar

Esta semana, Albert Soldevilla, psicólogo colaborador en el INSTITUT D’ASSISTENCIA PSICOLOGICA I PSIQUIATRICA MENSALUS, nos habla sobre las principales preocupaciones que muestran los padres con un hijo que consume sustancias, y nos ofrece pautas para el abordaje psicoterapéutico y familiar de esta problemática.

“La principal preocupación de los padres es saber cómo abordar este problema con sus hijos sin generar conflicto.  Cuando es posible abrir algún tipo de comunicación con ellos, la preocupación se transforma en saber cómo convencerles para que no consuman”.

“En edades tempranas de la adolescencia, a partir de los 12-13 años, los padres ya pueden prevenir a sus hijos explicándoles que en algún momento escucharán hablar sobre sustancias o se las ofrecerán”.

“La psicoterapia principalmente ayuda a los padres a poder comunicarse de un modo más eficaz con sus hijos”. 

¿Cuáles son las principales preocupaciones que muestran en consulta los padres con un hijo que consume sustancias?

La principal preocupación de los padres es saber cómo abordar esta problemática con sus hijos sin generar conflicto. Tienen miedo de intentar hablar con ellos, que éstos no sean sinceros, y se distancien de tal modo que resulte casi imposible controlar la situación.

Cuando es posible abrir algún tipo de comunicación con los hijos, la preocupación se transforma en saber cómo convencerles para que no consuman. Entonces se enfrentan al dilema sobre si su posición es demasiado rígida o permisiva.  Es una preocupación lógica: si se muestran muy severos, puede aparecer el conflicto. Con ello, que la comunicación que tanto ha costado establecer quede cortada. Si por el contrario son demasiado permisivos, los hijos pueden interpretar que el tema no tiene tanta importancia. En consecuencia, continuar consumiendo sin percibir que se trata de una cuestión preocupante.

¿Cómo se sienten los padres ante esta problemática?

El sentimiento principal es el miedo. Puesto que los padres se encuentran ante una situación que no controlan y aparece la incertidumbre.  Habitualmente también sienten desesperanza al haber intentado abordar el tema del consumo sin éxito. Hecho que refuerza la sensación de falta de control.  Ante esta desesperanza, los padres suelen recurrir a hablar con sus hijos en un tono más severo.  Esto normalmente genera nuevamente conflicto y empeora la situación, generándose así un círculo vicioso del que cuesta salir, ya que los hijos son cada vez más reacios a hablar del tema.

¿Cómo interfiere el consumo de sustancias por parte de un hijo en el sistema familiar?

Dependerá del tipo de consumo, la sustancia consumida y la edad del joven.  Es distinto cuando un hijo se encuentra en una fase experimental de consumo que cuando se trata de un consumo habitual, abusivo, e incluso de una adicción.

En los primeros niveles, los más habituales, los padres suelen sospechar que su hijo consume alguna sustancia e intentan hablar sobre el tema. Hecho que habitualmente genera situaciones incómodas o conflictivas.  Aún así, sorprendentemente, existen ciertos datos que nos llevan a pensar que los padres, aunque se muestran preocupados por el consumo de sus hijos, no suelen implicarse de lleno en el abordaje del mismo por desconocer cómo hacerlo.  Nos referimos a datos que proceden de programas psicoeducativos para jóvenes que son sancionados por la policía debido al consumo en la calle.  Estos programas dan la opción de sustituir la sanción económica por asesoramiento sobre sustancias tanto a padres como a hijos.  Pues bien, una considerable proporción de padres prefiere pagar la multa.

En casos más graves, la situación puede convertirse en insostenible, debido a que la preocupación es mayor. En consecuencia, los conflictos pueden provocar prácticamente una incomunicación total entre padres e hijos. Como resultado, aparece un sentimiento de impotencia por parte de los padres quienes, además, ven como la relación con sus hijos queda contaminada en todos los aspectos.

¿Cómo puede la psicoterapia ayudar a los padres?

La psicoterapia principalmente ayuda a los padres a poder comunicarse de un modo más eficaz con sus hijos.  Desde la desesperanza, el miedo y la impotencia, los intentos de comunicación no hacen más que agravar el conflicto y terminar por distanciar, cada vez más, padres e hijo. Imposibilitando así un abordaje satisfactorio.  A los padres, el encontrar un profesional que les escuche y les dé opciones diferentes, les tranquiliza de inmediato. Y les ofrece, como mínimo, la sensación de estar haciendo algo diferente y productivo.  Además, cuando las herramientas que se les proporcionan aportan resultados, sienten más control sobre la situación y aumenta su confianza. Hecho que suele repercutir en resultados positivos sobre el consumo de sus hijos.

¿Qué pautas pueden ayudar al abordaje del problema dentro y fuera del hogar?

Es importante establecer una comunicación abierta con los hijos que evite el conflicto. Para que de este modo, hablar sobre el consumo, no se convierta en un tema tabú que termine en discusión.  También es necesario que los padres no tengan miedo a que surja el conflicto tras hablar, ya que tienen que estar preparados para establecer ciertas normas que no sean bienvenidas por sus hijos en referencia al consumo.  Esta parte es importante, siempre tienen que existir normas que sean respetadas por parte de padres e hijos. Así poder evitar la improvisación y la confrontación.

En resumen, algunos aspectos importantes a destacar sobre el abordaje del problema podrían ser:

En edades tempranas de la adolescencia (a partir de los 12-13 años), los padres ya pueden prevenir a sus hijos explicándoles que en algún momento escucharán hablar sobre sustancias o se las ofrecerán. Consecuentemente, ellos están predispuestos a hablar sobre ello.  Esto ayuda a establecer bases de confianza para estos temas.

Los padres deben mostrarse siempre disponibles para comunicarse abiertamente con sus hijos sobre el consumo de sustancias.  Aunque sea un tema sobre el que no sepan mucho. Es mejor que sus hijos sepan que pueden recurrir a ellos en caso de duda o para pedir ayuda.

Los padres pueden preguntar a sus hijos sobre las sustancias puntualmente de una forma interesada, sin un tono coercitivo.  Esto puede facilitar la comunicación. Y con ello, la supervisión sobre este tema desde sus inicios, hecho que mejora el pronóstico y previene conflictos en el futuro.

A temprana edad, cuando los hijos pasan bastante tiempo con sus amigos fuera de casa, es recomendable establecer normas sobre los horarios y las actividades que realizan en momentos de ocio.  Estas normas pueden dejar un margen para ser negociadas con los hijos y así se sientan partícipes de su cumplimiento.

Es importante conocer los amigos de los hijos y sus padres, ya que esto facilita la supervisión de los ratos de ocio y genera mayor poder de influencia si los padres se ven obligados a actuar de forma consensuada y con un mismo criterio.

Cuando se produce algún consumo evidente, es importante abordar el tema del consumo en el momento propicio. Ya que si se intenta hacerlo justo después del episodio, lo más probable es que la conversación termine en conflicto.  Es preferible tratar la situación el día después con una conversación tranquila. Mostrando interés por el tipo de consumo, frecuencia, amistades con quien es compartido, etc. Con firmeza en los argumentos e intentando evitar el conflicto para que la comunicación no se vea perjudicada.

Y finalmente, si el consumo persiste y los padres sienten que pierden el control de la situación, consultar a un profesional puede ser de gran ayuda.  Es importante que los hijos también acudan a las sesiones. Aunque que si no es así, se puede trabajar con los padres para mejorar la situación.

¿Qué les dirías a aquellos padres que están leyendo esta entrevista y se encuentran en una situación similar?

Si sienten que la situación les supera, que han perdido el control sobre ella, o que sencillamente no saben qué hacer al respecto, acudan rápidamente a un profesional.  Actuar de un modo precoz, permite que el pronóstico sea mejor y resulte más fácil intervenir para que el consumo de sustancias no se apodere de la situación.

Muchas gracias Albert.

Entrevista realizada por Mª Teresa Mata.

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