En el siguiente post, Mireia Garibaldi, psicopedagoga colaboradora de MENSALUS, comparte con nosotros un interesante artículo sobre un profesor de secundaria que centra los deberes de verano en tareas emocionales.
“Los deberes emocionales mejoran la conciencia de niños y jóvenes y les ayudan a construir su autonomía”
“Puede ser muy revelador para toda la familia compartir algunas tareas emocionales y hablar, no únicamente sobre la experiencia, sino sobre el “cómo me he sentido”.
¿Damos importancia a los deberes y tareas emocionales?
Cada vez más los profesionales y los padres centran la atención en la necesidad de asociar el descanso vacacional con un momento para “uno mismo”, no únicamente en el sentido de ocio, sino también en el sentido de crecimiento personal.
Las obligaciones diarias del niño o adolescente (deporte, extra escolares, exámenes, etc.) y el ritmo que sigue la rutina familiar pueden dificultar la práctica de este tipo de ejercicios. Por ello, es importante que, especialmente en verano, existan tareas emocionales concretas que recuerden a los jóvenes el entrenamiento de su capacidad por ser felices. Esta capacidad es la que construye su autoestima y le ofrece seguridad.
¿Podrías ponernos algún ejemplo de tarea de verano emocional?
Un interesante artículo (Huffpost.com) recientemente publicaba los deberes que un profesor italiano de secundaria había puesto a sus alumnos. El objetivo era que durante las vacaciones fijaran su atención en aspectos de tipo emocional que les proporcionarían bienestar de base.
La idea de este profesor es brillante ya que las tareas emocionales o pautas facilitan un método, al mismo tiempo que aumentan la conciencia sobre la inteligencia emocional.
¿En qué tipo de tarea emocional se centraba este profesor?
El profesor dio a sus alumnos una lista con 15 pautas que llevaba por título: “deberes para el verano”. Algunas de ellas resaltaban la conciencia emocional y otras incluían la importancia de seguir practicando lo aprendido durante el curso.
Veamos de qué se trata:
“1. Por la mañana, de vez en cuando, camina solo por la orilla del mar. Mira cómo el sol se refleja en el agua, pensando en las cosas que más te gustan en la vida y siéntete feliz.
2. Intenta usar todas las palabras nuevas que has aprendido este año: podrás decir más cosas, podrás pensar más cosas y, cuanto más pienses, más libre te sentirás.
3. Lee lo máximo posible. No porque tengas que hacerlo. Lee porque el verano te inspira aventuras y sueños. Leyendo, te sentirás como los pájaros volando. Lee porque es la mejor forma de rebelión.
4. Evita todas las cosas, situaciones y personas que te hagan sentir negativo y vacío. Busca situaciones estimulantes y amigos que te aprecian y te entienden por ser quien eres.
5. Si te sientes triste o asustado, no te preocupes. El verano, como todas las grandes cosas, trastorna el alma. Intenta escribir un diario donde puedas escribir sobre tus sentimientos (y en septiembre, si quieres, lo leeremos juntos).
6. Baila; sin sentirte avergonzado. En la calle cerca de tu casa o en tu habitación. El verano es un baile. Sería una vergüenza no formar parte de él.
7. Al menos una vez, tienes que ver amanecer. Estar ahí en silencio y respirar. Cierra los ojos, agradecido.
8. Practica mucho deporte.
9. Si encuentras una persona que te gusta mucho, díselo con toda la sinceridad y la gracia de la que seas capaz. No pasa nada tanto si lo entiende como si no. Si no es recíproco, entonces no estaba previsto que él/ella formase parte de tu destino. De lo contrario, el verano 2015 es la gran oportunidad para caminar juntos (y si no funciona, vuelve al punto 8).
10. Recuerda lo que has aprendido en la escuela y consulta tus apuntes.
11. Sé feliz como el sol, indomable como el mar.
12. No digas palabrotas. Sé siempre educado y gentil.
13. Disfruta de películas con diálogos emotivos, sobre todo en inglés. Esto te ayudará a mejorar tus habilidades lingüísticas y tus oportunidades de soñar. No dejes que la película acabe con los créditos. Vive la experiencia todo el verano.
14. Durante el día o la noche, sueña con cómo puede ser tu vida. Durante el verano, reúne fuerzas para no rendirte y haz todo lo que puedas para perseguir ese sueño.
15. Sé bueno”.
¿Qué beneficios más específicos tienen este tipo de “deberes” emocionales?
De entrada proporcionan sin duda un factor motivador excepcional.
Por otro lado, siguiendo con lo anteriormente comentado, los deberes y las tareas emocionales proporcionan autonomía. Si el niño y posteriormente adolescente entrena esta capacidad por vivir el momento presente, visionar un futuro, sacar provecho de lo aprendido para seguir aprendiendo, encontrar el modo de estar en paz con uno mismo a través de generar emociones positivas, etc., progresivamente, será capaz de aumentar su bienestar de base y funcionar por sí solo.
¿Esto qué implica?
“Funcionar por sí solo” implica tomar objetividad ante los conflictos y ser resolutivo. Esto es posible si existe el bienestar que comentábamos, por ello es tan importante que el joven lo trabaje.
La autoestima es la que hace sentir a la persona segura ante sus decisiones y apostar por los cambios y caminos que le conduzcan y reconduzcan hacia la felicidad. Es la que permite vivir en lugar de sobrevivir.
¿Cómo los padres pueden proponer a sus hijos tareas emocionales?
En primer lugar, es necesario que los padres sientan la importancia de practicar estas tareas emocionales y sean ellos mismos quienes también sacan un provecho al realizarlas.
En segundo lugar, es revelador compartir algunas de las tareas y hablar, no únicamente sobre la experiencia (por ejemplo, qué bonito era el amanecer), sino sobre el “cómo me he sentido”. Muchos padres establecen conversaciones con sus hijos en base a preguntarles qué han hecho un día, dónde han ido, con quién han estado, etc., pero pocas veces se enfatiza la parte más emocional de la vivencia, algo fundamental.
Los padres pueden tomar como referencia aquellos espacios frecuentados en vacaciones (Ej.: el pueblo, la playa, un viaje, etc.) y hacer especial hincapié en la importancia de pensar en “qué nos aporta la experiencia vivida”. Un modo de hacerlo es antes de ir a dormir. Cada uno, en privado, puede cerrar los ojos y hacer una revisión sobre cómo ha vivido los distintos momentos de la jornada y qué se lleva consigo a la cama.
Muchas gracias Mireia.
Entrevista realizada por Mª Teresa Mata
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