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Sexo y alcohol… ¿Una buena combinación?

La publicidad y el cine constantemente relacionan sexo y alcohol, poniendo de manifiesto que, éste último, aumenta el atractivo del consumidor, despierta su sensualidad, mejora sus habilidades sociales y, en definitiva, facilita el encuentro sexual.

Esta semana, con la colaboración de Marina Comín, psicóloga especialista en adicciones del INSTITUT D’ASSISTENCIA PSICOLOGICA I PSIQUIATRICA MENSALUS, hablamos sobre aquellos mitos que asocian el alcohol a las relaciones sexuales altamente satisfactorias.

¿Es cierto que el alcohol  puede incrementar la potencia y el placer sexual?

El alcohol y el sexo son una buena combinación” es uno de los mitos que se difunden en nuestra cultura.  Esta realidad podemos observarla en los spots publicitarios cuando utilizan la bebida como prólogo del encuentro sexual.  Lo mismo ocurre en el cine: una cena romántica con champagne, una fiesta excitante en la playa con exóticos combinados de fruta y licor, un flirteo en un bar a través de una invitación a una copa, etc.

El mensaje subliminal es que el alcohol facilita las relaciones sexuales, pero, ¿es eso cierto? ¿El alcohol aumenta el deseo, el rendimiento y el placer en el sexo?

Un consumo leve, correspondiente a una concentración de alcohol de 0,025, parece tener un efecto estimulante; el incremento de esta concentración hasta un determinado punto, por encima de 0,05, produce una disminución lineal de la respuesta sexual.

Así pues, como el alcohol es un depresor del Sistema Nervioso Central (socialmente existe la falsa creencia de que se trata de un estimulante), como podemos observar, unas cuantas copas, en realidad, dificultan la respuesta sexual.  Aún así, el efecto desinhibidor que el alcohol produce se asocia a “un recurso” para adquirir confianza y facilitar la toma de contacto con la otra persona.  De hecho, es habitual escuchar a amigos que animan a otro a beber para “coger el puntillo”, “preparar el terreno”, y aumentar las probabilidades de actividad sexual.

El consumo de alcohol en las relaciones sexuales, ¿tiene el mismo efecto en el hombre que en la mujer?

 Los efectos no son los mismos.  Según Ángel Luis Montejo, “la disminución de la respuesta sexual en el hombre se observa por una menor tumescencia del pene durante la erección, por un retraso en la eyaculación, y por un aumento del periodo de latencia tras la finalización del coito.  En la mujer se empieza a observar una disminución de la respuesta a concentraciones aún más bajas.  Con 0,04 se ha encontrado una disminución del flujo vaginal, un mayor tiempo requerido para alcanzar el orgasmo, y una menor intensidad de éste”.

Podemos observar diferencias específicas entre hombres y mujeres pero, en definitiva, estamos hablando de una disminución del rendimiento y el placer en ambos sexos.

¿Cómo se produce el efecto desinhibidor que antes comentábamos?

Tanto hombres como mujeres consumen alcohol para adquirir confianza y desinhibirse sexualmente. Hecho que permite ser más impulsivo cuando quizás, sin esa dosis de alcohol, uno sería más prudente y cauto.

Esto es posible puesto que el alcohol (igual que otras sustancias), tiene propiedades amnésicas que permiten a la persona olvidar sus acciones o las consecuencias de éstas durante la actividad sexual.  La prueba la tenemos en los jóvenes que se emborrachan; embriagados aumentan las probabilidades de practicar sexo sin protección.

Por todo ello, mientras consumir pequeñas cantidades de alcohol puede aumentar la confianza del individuo, consumir grandes cantidades dificulta mantener relaciones sexuales plenamente satisfactorias. Incluso, convierten a la persona en un ser menos capaz de gestionar el sexo de un modo seguro.

¿Existe algún otro mito sobre alcohol y sexo?

Principalmente, son todos los que hemos mencionado, pero podríamos citarlos de un modo resumido:

  • A la creencia de: “El alcohol es un estimulante sexual”,  debemos recordar la acción depresora e inhibitoria que ejerce el alcohol sobre el Sistema Nervioso Central.   Por otro lado, retarda los reflejos y dilata los vasos sanguíneos; la inhibición de los reflejos dificulta la erección.  A largo plazo, la inhibición de la erección tiende a instalarse (el hígado puede quedar lesionado, allí es donde se metaboliza la testosterona).  Desde el trabajo con alcohólicos crónicos observamos una evidente disminución de esta hormona y con ello, importantes dificultades en la erección.
  • El alcohol es conocido como una sustancia que incrementa el funcionamiento sexual; debemos recordar que esto se explica por su efecto desinhibidor, hecho que facilita el ganar seguridad y ayuda a perder el miedo al acercamiento; aún así, no olvidemos la acción fisiológica depresora posterior.
  • “El alcohol mejora el rendimiento y aumenta el placer”: tanto el hombre como la mujer, a partir de cierta dosis, presentan dificultades en el coito (menos tumescencia del pene y disminución del flujo vaginal), y problemas para alcanzar el orgasmo, así como una menor intensidad de éste.

Muchas Gracias Marina.

Mª Teresa Mata.

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