En el siguiente post, recogemos y recopilamos nuevas dudas y respuestas sobre la sexualidad que recibimos con frecuencia.
“¿Es cierto que el alcohol puede incrementar la potencia y el placer sexual?”
“¿Las relaciones íntimas únicamente son completas si se logra la penetración y el orgasmo?”
“¿La pérdida de la erección en el hombre está directamente relacionada con si éste encuentra atractiva a su pareja?”
“¿La masturbación tiene consecuencias negativas?”
¿Es cierto que el alcohol puede incrementar la potencia y el placer sexual?
Que el alcohol aumenta el deseo, el rendimiento y el placer sexual, es una creencia socialmente extendida.
Un consumo leve, correspondiente a una concentración de alcohol de 0,025, puede tener un efecto estimulante, pero el incremento de esta concentración hasta un determinado punto, por encima de 0,05, produce una disminución de la respuesta sexual.
Así pues, podemos desmentir el famoso mito de “el alcohol y el sexo son una buena combinación”.
¿Las relaciones íntimas únicamente son completas si se logra la penetración y el orgasmo?
Los genitales son una parte del cuerpo humano con mucha importancia en las relaciones sexuales, pero reducir la sexualidad a la genitalidad es limitar la experiencia, sobre todo si consideramos que todo nuestro organismo es sexuado.
El sexo puede vivirse a partir de la estimulación de múltiples zonas. La piel es un órgano sexual, y como tal, debe tenerse en cuenta en nuestras relaciones íntimas. La penetración es sólo una práctica más dentro de las múltiples posibilidades que tenemos para satisfacernos. Por ello, pueden existir relaciones sexuales muy placenteras sin coito.
¿La pérdida de la erección en el hombre está directamente relacionada con si éste encuentra atractiva a su pareja?
No existe una relación directa entre la pérdida de la erección y la falta de atracción sexual por la pareja
La disfunción eréctil es una de las problemáticas que más preocupa a la población masculina. La “ansiedad de ejecución” está estrechamente relacionada con la respuesta eréctil. Esta ansiedad se origina debido al temor al fracaso (sensación de miedo a no responder de forma adecuada ante la pareja), la obligación de resultados (necesidad de una respuesta eréctil muy consistente, duradera y de recuperación rápida), el altruismo excesivo (estar más pendiente de la satisfacción de la pareja, perdiendo concentración en el erotismo propio), y la auto observación (consistente en estar observando el pene para ver cómo responde).
¿La eyaculación precoz es debida a una baja frecuencia sexual?
Hasta el momento no se conoce con exactitud el origen de esta disfunción masculina. Posiblemente, diversos factores pueden estar relacionados, entre los cuales sí podemos citar la baja frecuencia sexual. Aún así, no es el único.
Antecedentes familiares, una la pareja demandante, una elevada ansiedad de ejecución o la ausencia de habilidades psicosexuales son otros ejemplos, sin olvidar por supuesto todos aquellos motivos de tipo biológico.
¿La masturbación tiene consecuencias negativas?
No, al contrario. Existen muchas consecuencias positivas del acto de autosatisfacción sexual. La masturbación es liberadora, divertida y sana. Por otro lado, la masturbación crea conexiones neuronales “de placer”, alimenta la libido y el bienestar global del individuo.
Aún así, la sociedad puede ser un componente que predisponga, promueva y desencadene miedos, inseguridades y sentimientos de culpa entorno a la masturbación.
En terapia, y más frecuentemente en terapia sexual y de pareja, son comunes los motivos de consulta relacionados con dificultades puntuales o patrones u hábitos ya instaurados en los que la sexualidad individual no fluye, llegando a desencadenar disfunciones sexuales graves. Entre las principales consecuencias psicológicas encontramos problemas como la baja autoestima, dificultades sociales, introversión, insatisfacción con la percepción del propio cuerpo, conductas desadaptativas, etc.
En las relaciones de pareja, ¿es habitual que el deseo sexual disminuya con el tiempo?
Sí. En parejas estables y tras algunos años de relación, parece que este hecho se vive con normalidad, resignación, y, en ocasiones, incluso haciendo uso del humor. El descenso del deseo y de las relaciones sexuales es habitual pero, aún así, conviene preguntarse el porqué y buscar soluciones.
Si nuestra vida sexual se ha convertido en una ceremonia previsible donde conocemos el cuándo, el cuánto, el dónde y el qué, tal vez es momento de romper con esa costumbre y, con ello, reinventarse, cambiar de escenario y aprender nuevas formas de seducir y acercarse a la pareja.
Que sea habitual la disminución del deseo sexual no significa que nos tengamos que acomodar a ella.
¿La falta de deseo sexual es normal tras el parto? ¿Puede prolongarse en el tiempo?
Sí lo es. De hecho, la falta de deseo puede durar meses, un año entero y ser totalmente normal. Durante los primeros meses la mujer llega a niveles hormonales similares a los de la menopausia. Los estrógenos y la progesterona descienden y la prolactina aumenta (hormona esencial en la lactancia). Dichos cambios provocan que todo el interés se dirija hacia el bebé (instinto de supervivencia) y la libido sexual llegue a niveles bajísimos.
Entrevista realizada por Mª Teresa Mata