En repetidas ocasiones hemos escuchado hablar sobre la terapia grupal o terapia de grupo, la hemos visto escenificada en películas, se ha hecho mención de ella en diversas novelas, pero, aún así, posiblemente, no tenemos una clara idea de qué es y en qué consiste.
En la siguiente entrevista, Rebeca Alonso, psicóloga colaboradora del INSTITUT D’ASSISTENCIA PSICOLOGICA I PSIQUIATRICA MENSALUS, nos habla sobre la terapia grupal y sus beneficios.
¿Qué es la terapia de grupo?
La terapia de grupo es la aplicación de técnicas psicoterapéuticas a un grupo de pacientes. Este grupo psicoterapéutico dota a sus miembros de estrategias adecuadas de afrontamiento y de recursos cognitivos y emocionales adaptativos para el cambio, aumentando su autonomía y potenciando el crecimiento personal de los mismos.
En la terapia grupal, además de la aplicación de técnicas específicas y la realización de intervenciones por parte del terapeuta, el propio grupo es un instrumento de cambio; es por ello que este tipo de terapia posee un gran potencial terapéutico.
Un grupo de personas que se reúnen proporciona un campo interpersonal más grande y poderoso que la terapia individual. La terapia grupal ofrece una selección más variada de relaciones, puesto que los pacientes deben interactuar entre sí, ellos son los líderes del grupo. Poco a poco, cada componente aprende a ocuparse de sus gustos, aversiones, similitudes, diferencias, envidias, miedos, así como de su timidez, competitividad, agresividad, etc., bajo la mirada del grupo. Los miembros dan y reciben feedback sobre el significado y el efecto de las diversas interacciones que suceden entre ellos; es aquí cuando podemos evidenciar que el mismo escenario grupal se convierte en una valiosa herramienta terapéutica. Por todo ello, la terapia grupal es un excelente complemento del tratamiento psicológico individual y el tratamiento psiquiátrico.
¿Qué otros factores caracterizan la terapia grupal?
Una de las principales características de la terapia grupal, es su universalidad. La participación en un grupo proporciona un alivio a los pacientes, puesto que se percatan de algo muy importante: no están solos con su problema. Esta universalidad rompe con la soledad y el aislamiento cuando los componentes pueden observar que existen otras personas con problemas, problemas que incluso pueden ser similares.
La cohesión del grupo es otro aspecto esencial en la terapia y que caracteriza este formato. En un grupo cohesionado los miembros se aceptan, se apoyan mutuamente y construyen relaciones significativas entre ellos. Esta cohesión proporciona estabilidad, compromiso y participación. Sin ella, difícilmente una terapia grupal puede funcionar.
El altruismo también resalta entre sus características. La ayuda prestada entre los miembros del grupo puede convertirse en un gran instrumento terapéutico; los pacientes pueden mejorar su autoestima al observar que su experiencia es útil para otras personas.
Por otro lado, en una terapia grupal se vive en el “aquí y ahora”, en el momento actual que estamos observando. Es importante centrarse en este concepto para conseguir que fluyan las emociones y no se hable únicamente desde el relato de sucesos vividos. El aquí y ahora ayuda a sentir y compartir con el resto de participantes.
Además, el aprendizaje interpersonal, el desarrollo de técnicas de socialización, la transmisión de información, y el compartir emociones, todo ello en un contexto grupal caracterizado por la cohesión y la universalidad, conlleva, muchas veces, un cambio más fuerte y duradero.
¿Qué duración tiene una terapia grupal?
Anteriormente hablábamos de la cohesión del grupo y el compromiso. Antes de iniciar una terapia grupal, pedimos un compromiso de dos meses al paciente, puesto que menos tiempo no colaboraría a mantener esta cohesión. Para realizar cambios importantes, habitualmente son necesarios mínimo seis meses. Todo ello dependerá del ritmo individual de la persona y sus objetivos. En algunos casos, el paciente decide continuar más tiempo, puesto que el grupo le proporciona una interesante ayuda para trabajar nuevos aspectos.
El grupo se reúne cada semana una hora y media. Haciendo referencia nuevamente a la cohesión y al compromiso, siempre pedimos puntualidad y asistencia continuada a lo largo del tratamiento.
¿Una persona puede entrar en un grupo que ya está en funcionamiento?
Dependiendo del tipo de grupo. En el tipo de terapia grupal que estamos exponiendo, un grupo psicoterapéutico, una persona puede entrar cuando el grupo ya está en funcionamiento y permanecer en él el tiempo que necesite para trabajar aquellos aspectos que desee. Así pues, se trata de grupos abiertos.
¿La terapia grupal está indicada para todo el mundo?
El terapeuta es quien valora la incorporación de una persona a la terapia grupal según sus características y necesidades individuales. Por supuesto, para algunos pacientes la terapia grupal no será una buena herramienta, pero ello también dependerá del momento del proceso terapéutico en el que se encuentre; puede que un paciente requiera de X sesiones individuales, y pasado un tiempo sí sea el momento de incorporarse a la terapia de grupo. Aún así, siempre recomendamos empezar con una terapia individual y posteriormente continuar con una grupal; incluso una vez iniciada la terapia grupal, puede resultar muy interesante realizar sesiones individuales para hablar sobre temas concretos y organizar ideas.
Entre los criterios de inclusión a un grupo de psicoterapia, destacan la capacidad de realizar tareas de grupo, la motivación por participar en el tratamiento, la compatibilidad entre las áreas problemáticas del paciente y los objetivos del grupo, y tal y como hemos mencionado, el compromiso de asistencia.
¿Para la creación de un grupo, todos los componentes deben ser parecidos?
No. En los grupos de psicoterapia, la heterogeneidad justamente es la que da juego al grupo y aumenta el potencial terapéutico. La interacción entre distintos estilos de personalidad, edades, orígenes, e incluso problemáticas, facilitará distintas visiones y opiniones de aquellas situaciones vividas y expuestas por cada miembro de grupo, siempre desde el respeto y la crítica constructiva.
Aún así, existen grupos que tratan problemáticas muy concretas como por ejemplo adicciones o trastornos alimentarios, y en ellos los componentes sí tienen un mismo perfil.
¿Cómo se informa a los pacientes de este formato de terapia?
Habitualmente, se realiza una sesión pre-grupal (individual o incluso en grupo), en la que se expone el proceso de grupo, se describe el comportamiento que se espera de sus componentes, por ejemplo, reproduciendo verbalmente una sesión grupal típica, se informa de la importancia del compromiso y la asistencia, se prevén las dificultades que pueden aparecen en las primeras sesiones tales como sentimiento de exclusión, sensación de falta de cambio rápido o frustración, y para aquellos pacientes que se incorporan a un grupo que ya está en funcionamiento, se describen acontecimientos recientes o se ofrecen resúmenes escritos.
Gracias Rebeca.
Entrevista realizada por Mª Teresa Mata
Publicaciones relacionadas:









