Manuel Villegas y Pilar Mallor, en un interesante artículo sobre el uso de las metáforas en psicoterapia, mitos y cuentos en el ámbito psicoterapéutico, hacían referencia al proceso de creación de una metáfora y los tres pasos que éste sigue fundamentalmente:
Se parte de una experiencia vivida (por ejemplo maltrato, sentirse pisoteado, ignorado, etc.), se busca una imagen de algún objeto o situación donde se produce en este caso el efecto de pisotear y viene a la mente la imagen de una alfombra, y se establece el paralelismo entre la alfombra y la experiencia de ser pisoteado: “me trata como una alfombra, me pisa, me humilla, etc.”
Con estos tres pasos una experiencia da origen a una metáfora, por ejemplo, “me he convertido en una alfombra”.
¿Metáforas en psicoterapia?
Desde este tipo de expresiones se podrá realizar un trabajo en psicoterapia que acerque al paciente a aquella situación o experiencia y cómo le ha hecho sentir. Por otro lado, los autores comentaban cómo el terapeuta puede recoger otros significados presentes en aquella imagen (en este caso una alfombra) y dar la vuelta al concepto: “una alfombra tiene esta condición porque está en el suelo, pero si se cuelga en una pared se convierte en un tapiz que es admirado y respetado por todos aquellos que se detienen a contemplar su belleza”.
(Villegas M, Mallor P. “Recursos analógicos en Psicoterapia (I): metáforas, mitos y cuentos”. Revista de Psicoterapia/ Vol. XXI – Nº 82-83).
En la siguiente entrevista, Alba Franquesa, psicóloga colaboradora del INSTITUT D’ASSISTENCIA PSICOLOGICA I PSIQUIATRICA MENSALUS, nos habla sobre el uso de las metáforas en psicoterapia y nos explica porqué son una potente herramienta.
¿Por qué la metáfora es una potente herramienta en sí?
La metáfora es una herramienta muy potente y práctica en psicoterapia puesto que es verbal y porque se refiere a la experiencia del paciente, ya sea directa o vicaria.
En psicoterapia podemos intervenir a muchos niveles (a nivel emocional, cognitivo, a nivel de habilidades sociales, etc.) pero únicamente disponemos de dos vías de intervención básicas: la experiencia directa y el lenguaje. Las metáforas son un recurso verbal que relaciona experiencias en diferentes contextos, por ello puede convertirse en un recurso de gran utilidad.
Si nos fijamos en el lenguaje de la calle o en intervenciones habituales en el ámbito terapéutico, fácilmente encontramos ejemplos en los que se verbaliza un “esto es como…”. Este modo de expresar permite ver la situación desde otra perspectiva y, lo que es más importante, flexibilizar el afrontamiento de la situación. Si conseguimos un afrontamiento más flexible, la experiencia de vida se encargará del resto.
¿Qué utilidad tienen las metáforas en psicoterapia? ¿Qué objetivo tiene su uso?
Las metáforas permiten relacionar dos situaciones diferentes pero con equivalencias funcionales. Por ejemplo, objetos como un flotador, un andamio o una muleta, son muy distintas entre si; las situaciones donde se usan también lo son, pero su función es muy parecida.
Las metáforas establecen relaciones de igualdad entre estímulos diferentes y, gracias a la propiedad del lenguaje llamada transferencia de funciones, es posible la modificación de su “valor psicológico”.
Otra ventaja aparece cuando la persona hace suya la metáfora. Será entonces cuando pueda aplicarla a diversas situaciones y convertirse así en una fórmula que le ayude a afrontar distintos momentos (con presentaciones distintas, pero funciones parecidas).
¿En qué casos pueden resultar de especial utilidad?
Las metáforas tienen una especial utilidad en situaciones donde la persona está rígidamente anclada en una estrategia de afrontamiento (de una situación, un pensamiento, una emoción, etc.), y esto no le permite flexibilizarse.
También resulta útil en personas muy racionalizadoras, lógicas, amantes de la coherencia, a las que esta forma de funcionar les dificulta el contacto con la experiencia directa.
¿Como puede dar sentido una metáforas en psicoterapia?
Una metáfora puede ser la manera de dar sentido a algo que previamente no lo tenía o cambiar su valor (por ejemplo, convertir lo “malo” en “útil” usando la metáfora de “desinfectar una herida”, o mostrar los intentos de solución como parte del problema si usamos la metáfora de “intentar salir de un hoyo cavando”).
¿Nos podrías poner algún otro ejemplo de metáfora?
Seguramente, cada uno de nosotros posee alguna metáfora que le ayuda en su día a día (por ejemplo, alguna frase hecha).
Una metáfora muy usada en psicoterapia es la metáfora del péndulo que, “cuanto más fuerte lo empujamos, su movimiento se vuelve más fuerte”, o la metáfora de “hacer el muerto” en la que “no hacer nada es el mejor modo de flotar”. Otra experiencia que despierta metáforas es la de ir en bicicleta; “a pesar de ser muy fácil, entender no sirve de nada y lo que cuenta es practicar”.
Se pueden hacer metáforas de muchas situaciones y cuanto más cercanas sean a la experiencia y la realidad del individuo, más útiles serán.
Muchas gracias Alba.
Entrevista realizada por Mª Teresa Mata