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Herramientas emocionales en psicoterapia infantil

47230934 - cute little kid boy playing and flying with colorful balloons picture drawing with chalk. creative leisure for children outdoors in summer, celebrating birthdayEn la siguiente entrevista, Mireia Garibaldi y Alejandra Escura, psicólogas colaboradoras del INSTITUT D’ASSISTENCIA PSICOLOGICA I PSIQUIATRICA MENSALUS, nos introducen algunas herramientas emocionales en Psicoterapia infantil. También nos presentan el CURSO PRÁCTICO DE PSICOLOGÍA INFANTIL Y JUVENIL, una formación dirigida a licenciados / graduados en Psicología y Psicopedagogía que quieran aprender los protocolos de evaluación e intervención psicoterapéutica más eficaces en el abordaje de niños/as y adolescentes desde la práctica profesional real.

“Para fijar unos objetivos de trabajo y trazar una estrategia de intervención, nos centramos en hallar una hipótesis diagnóstica, formular hipótesis clínicas que expliquen la realidad del niño o adolescente, así como descubrir las características propias de su contexto familiar y social” .

Alejandra Escura y Mireia Garibaldi, psicólogas infantiles colaboradoras del INSTITUT D’ASSISTÈNCIA PSICOLÒGICA I PSIQUIÀTRICA MENSALUS, nos proponen algunas pautas para realizar un cambio de enfoque de cara al nuevo curso.

El curso muestra diversidad de técnicas y herramientas, pero hoy nos gustaría prestar especial atención a aquellos recursos que pueden ayudarnos en la gestión emocional…

¿Qué herramientas nos ayudan a explorar el mundo emocional del niño/joven?

Desde la Psicoterapia infantil trabajamos cinco competencias emocionales:

  • Conciencia emocional.
  • Regulación emocional.
  • Autonomía emocional.
  • Habilidades socioemocionales.
  • Habilidades organizativas.

Todo ello define el bienestar emocional, condiciona la seguridad en uno mismo y, en consecuencia, alimenta el autoconcepto y el amor propio.

Por ello, cuando hablamos de potenciar la autoestima, nos fijamos en cada uno de estos puntos con el fin de definir unos objetivos terapéuticos y trazar una estrategia de intervención. Para ello, paralelamente formulamos una hipótesis diagnóstica, describimos hipótesis clínicas que expliquen la realidad del niño o adolescente, y nos centramos en descubrir las características propias de su contexto familiar y social.

¿Por dónde podemos empezar a trabajar?

La conciencia emocional responde a la capacidad de percibir, identificar y poner nombre a las emociones y sentimientos propios y ajenos. Es la base para conseguir el resto de competencias.
Desde la Psicoterapia infantil utilizamos distintas herramientas que facilitan esta tarea. Y plantean el autoconocimiento emocional como un juego. Existen multitud de dinámicas en las que el niño puede establecer una conexión entre aquello que ocurre fuera (la escuela, la familia, el deporte, etc.) y dentro (la percepción de él y los demás).

Un modo interesante de trabajar la identificación emocional es por medio de los cuentos ilustrados que dan forma a los sentimientos. Por ejemplo, “El monstruo de colores” es un fantástico cuento de Anna Llenas que sumerge al espectador en un mundo repleto de colores y emociones. Asimismo, “El arte de emocionarte” de Cristina Núñez Pereira y Rafael R. Valcárcel, es una fantástica guía ilustrada que propone ejercicios prácticos por medio de metáforas e interesantes explicaciones. Todas ellas instruyen al adolescente a partir de la historia, la poesía y la filosofía.

Es una buena estrategia. Una interesante historia siempre despierta el interés, ¿no es verdad?

El ser humano es curioso por naturaleza. Las historias anecdóticas de las que extraemos un aprendizaje, son un fantástico modo de dibujar puentes entre la vida y uno mismo. En función de la edad podemos jugar con un amplio abanico de posibilidades que aumentarán la capacidad de introspección, expresión y empatía del niño/adolescente.
Siguiendo con el trabajo emocional, el entrenamiento de recursos personales que faciliten la gestión de sentimientos, puede venir de la mano de preguntas que aumenten el insight. Cuestiones del tipo: “¿es posible sentirse solo estando con gente?” o “¿qué ocurre cuando te sientes inseguro?”, abren un canal de reflexión a otro nivel. En este sentido, “Emocionario” de la editorial Palabras Aladas, ofrece interesantes respuestas e invita a contemplar reveladoras imágenes asociadas a cada sentimiento. Es una buena herramienta para que los chicos sepan poner palabras a las emociones.

Y por lo que respecta a la regulación emocional, ¿cómo podemos trabajarla?

Muchas veces la falta de regulación emocional está relacionada con emociones reprimidas como la rabia o la tristeza. En estos casos, una de las herramientas que más utilizamos son los cuentos metafóricos.

Recientemente hablábamos sobre la importancia de dejar un espacio a la tristeza y permitir su expresión. “El sauce que no quería llorar” de Begoña Ibarrola es un ejemplo de cuento metafórico. En él un sabio roble, desde un discurso psicoeducativo, muestra el valor de la tristeza. Recordemos la película «Inside Out» donde se realza justamente la funcionalidad de la misma.
Los cuentos no sólo transmiten lemas de vida, también promueven la construcción visual de elementos abstractos difíciles de materializar. En este caso, hablar del sauce y el roble ayuda al niño a recordar un bonito mensaje por medio de imágenes que él mismo crea. De hecho, con el objetivo de grabar el mensaje, animamos al niño a dibujar a los protagonistas de la historia. Incluso, le invitamos a añadir o quitar elementos del cuento. Todo este trabajo facilita la capacidad de expresión emocional.

El psicólogo infantil cuenta con muchas herramientas pero, ¿siempre sabe cómo utilizarlas?

Uno de los objetivos del curso justamente es optimizar dicho uso. Tomando como ejemplo la expresión emocional por medio de la construcción de historias, en consulta contamos con multitud de materiales: muñecos, figuras, cartas, libros, fotos, «Story cubes», etc. La creatividad del terapeuta a la hora de utilizar dicho material será primordial para profundizar en el conflicto/problema. La exploración en esta línea nos ayuda a elaborar nuevas hipótesis y reformular los objetivos terapéuticos. Por ello es especialmente importante sacar el máximo provecho a nuestra intervención.

¿Qué metodología sigue el curso práctico de Psicología infantil y juvenil?

El objetivo del curso es aumentar el abanico de recursos del terapeuta, por ello trabaja constantemente con diversidad de herramientas (hoy hemos hablado brevemente de algunas relacionadas con el sistema emocional) y despierta la creatividad del profesional (el objetivo es que sea él mismo quien posteriormente idee la estrategia de intervención).

En definitiva, el curso va dirigido a profesionales que quieran conocer y adquirir los conocimientos y las herramientas necesarias para desarrollar su actividad en el contexto infantil y juvenil. Durante dos meses trabajamos los protocolos de evaluación (con test y herramientas específicas) y de intervención aplicados en el abordaje de las patologías y problemáticas más frecuentes a través de casos reales del propio centro.

Además de las técnicas emocionales, ¿qué otro tipo de estrategias/herramientas muestra el curso?

En el bloque de intervención nos adentramos en la aplicación de técnicas de relajación, técnicas de autocontrol, técnicas de resolución de conflictos y técnicas reeducativas en el ámbito individual, familiar y escolar. El curso parte de una visión integradora, fijando especial atención a los distintos contextos vitales y basando la actuación terapéutica en función de cada uno de ellos. Al mismo tiempo, la diversidad de casos nos aproxima a una formación altamente práctica que despierta un debate en el alumno y pone en sus manos la posibilidad de imaginar cómo sería su intervención en la práctica real.

Muchas gracias Mireia y Alejandra.

Entrevista realizada por Mª Teresa Mata.

CURSO PRÁCTICO DE PSICOLOGÍA INFANTIL Y JUVENIL

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