¿QUÉ ES LA PREMATURIA (EYACULACIÓN TEMPRANA)?
Se trata de la eyaculación rápida persistente o recurrente a una estimulación sexual mínima antes, durante o poco tiempo después de la penetración, y antes de que la persona lo desee.
En la aparición de este proceso intervienen factores orgánicos, psicológicos y sociales, pudiendo tener su origen en una combinación de todos ellos.
Es común en esta disfunción la falta de información sobre sexualidad y un deficiente aprendizaje en este ámbito que no permite discriminar las sensaciones previas a la eyaculación y el control de los niveles de excitación elevados.
Suele causar gran malestar a la persona que la padece y un significativo deterioro de las relaciones de pareja, a pesar de ello, las personas que la presentan suelen retrasar la petición de ayuda debido a los sentimientos asociados a esta disfunción.
Cómo podemos identificar la prematuria
Para su identificación pueden ser de ayuda las siguientes observaciones.
- Se alcanza el orgasmo de forma rápida e involuntaria, con sentimientos de insatisfacción.
- Se observan mayores dificultades durante la penetración.
- Viven de la sexualidad de forma tensa.
- Experimentan insatisfacción sexual propia y de la pareja.
- Excesiva preocupación por el control del orgasmo y ansiedad ante un posible fracaso.
- Falta de motivación para iniciar un contacto sexual.
- Sentimientos de vergüenza y/o culpa por las dificultades sexuales con la pareja y evitación del contacto sexual.
¿CÓMO TRABAJAMOS?
En primer lugar, se lleva a cabo una evaluación psicológica del caso mediante distintos instrumentos (entrevistas, tests y cuestionaros estandarizados, observación clínica, etc.) para poder establecer los objetivos personalizados que se pretenden alcanzar con la intervención.
Una vez realizado el diagnóstico de la eyaculación precoz, el tratamiento combina técnicas cognitivas con conductuales como experimentación sensorial, desensibilización intravaginal y relajación.
El tratamiento individual de esta disfunción se considerará únicamente si no existe posibilidad de realizarlo en pareja.
La propuesta de tareas para realizar en casa es de gran utilidad para consolidar habilidades y dan al paciente la satisfacción de los objetivos logrados.
El tratamiento en pareja pretende la participación de las personas que se ven afectadas por una misma situación problemática. En esta disfunción sexual está especialmente indicada la intervención en pareja, ya que la actitud de la pareja es básica en la solución del problema. Las parejas exigentes contribuyen a agravar la situación, mientras que las que se muestran más comprensivas y cooperativas favorecen la satisfactoria evolución del proceso.
En algunos casos es conveniente complementar o combinar el tratamiento psicológico con un tratamiento farmacológico. El equipo de psiquiatras del centro trabaja coordinadamente con el equipo de psicólogos para poder hacer una valoración diagnóstica conjunta y alcanzar los objetivos terapéuticos definidos.
Antes de iniciar el tratamiento es necesaria una exhaustiva evaluación clínica para determinar con precisión las características de la disfunción sexual, atendiendo a las variables que intervienen y a los posibles trastornos asociados. Así como establecer los objetivos personalizados que se pretenden alcanzar con la intervención.