¿QUÉ SON LOS PROBLEMAS COGNITIVOS ASOCIADOS AL ENVEJECIMIENTO Y LOS TRASTORNOS NEUROCOGNITIVOS?
Con el envejecimiento, en ocasiones las personas experimentan problemas cognitivos relacionados con la atención, la orientación, la memoria, la organización, la planificación, el pensamiento, el juicio, la comunicación y la resolución de problemas, entre otros. Este tipo de problemas pueden formar parte de un envejecimiento normal o, en algunos casos, ser síntomas de algunas patologías, como son los trastornos neurocognitivos.
Los trastornos neurocognitivos se caracterizan por múltiples déficits cognitivos, como el deterioro de la memoria, el lenguaje, las habilidades visuo-espaciales, la emoción, la personalidad y la cognición. El más común de los trastornos neurocognitivos es el debido a la enfermedad de Alzheimer. Ésta afecta más a mujeres que a hombres, entre un 2 y un 4% de la población de más de 65 años la sufre, incrementándose dicho porcentaje a partir de los 75 años. El elevado grado y continuidad del deterioro afecta a la autonomía personal así como a la vida familiar y social del individuo.
Tipos de trastornos Neurocognitivos:
- Trastorno neurocognitivo mayor o leve debido a la enfermedad de Alzheimer
- Trastorno neurocognitivo frontotemporal mayor o leve
- Trastorno neurocognitivo mayor o leve con cuerpos de Lewy
- Trastorno neurocognitivo vascular mayor o leve
- Trastorno neurocognitivo mayor o leve debido a un traumatismo cerebral
- Trastorno neurocognitivo mayor o leve debido a la enfermedad de Parkinson
- Trastorno neurocognitivo mayor o leve debido a la enfermedad de Huntington
- Trastorno neurocognitivo mayor o leve debido a infección por VIH
- Otros trastorno neurocognitivos
Síntomas de los trastornos Neurocognitivos
La persona puede experimentar:
- Alteraciones de la memoria.
- Afasias o alteraciones del lenguaje.
- Apraxias o incapacidad para realizar ciertos movimientos cuando se le indica.
- Agnosias o incapacidad para reconocer objetos familiares.
- Alteración en las funciones ejecutivas (deterioro en la capacidad de planificación, organización, secuenciación y abstracción.
- Cambios conductuales.
- Cambios en la regulación emocional y el estado de ánimo.
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¿CÓMO TRABAJAMOS?
En primer lugar, se lleva a cabo una evaluación psicológica y neuropsicológica del caso mediante distintos instrumentos (entrevistas, tests y cuestionaros estandarizados, observación clínica, etc.) para poder establecer el diagnóstico para, posteriormente, establecer los objetivos personalizados que se pretenden alcanzar con la intervención.
El tratamiento psicológico pretende ofrecer ayudas para mejorar los procesos cognitivos (memoria, atención, lenguaje, etc.), hacer que la persona mantenga las actividades diarias que fomentan su autonomía, realizar actividades para preservar sus funciones mentales y crear un ambiente seguro y de enriquecimiento ambiental en el entorno familiar. De esta manera, un tratamiento personalizado de rehabilitación y estimulación de las funciones cognitivas permite la mejora de estos procesos y de las tareas cotidianas en las que se implican, favoreciendo la autonomía y la calidad de vida de la persona.
En este tipo de casos, la intervención con la familia es fundamental y está orientada a formar al entorno en las técnicas de estimulación y rehabilitación, así como a adaptar las demandas y el entorno, ofreciendo pautas y herramientas de manejo.
El tratamiento farmacológico ayuda en los procesos cognitivos de atención y memoria, además de otros problemas adicionales que se deban tratar (como la depresión, la regulación del sueño, etc.). En algunos casos es conveniente complementar el tratamiento psicológico con un tratamiento farmacológico. El equipo de psiquiatras del centro trabaja coordinadamente con el equipo de psicólogos para poder hacer una valoración diagnóstica conjunta y alcanzar los objetivos terapéuticos definidos.
En el caso de los problemas cognitivos asociados al envejecimiento, el objetivo es potenciar las habilidades existentes y prevenir la pérdida de funciones, de manera que la persona pueda funcionar de la forma más satisfactoria posible, entrenando las capacidades cognitivas existentes y potenciando sus puntos fuertes.
En el caso de aquellas personas con diagnóstico de trastorno neurocognitivo, el objetivo es mejorar atender los síntomas que ya existen y retrasar el proceso degenerativo, de manera que se pueda mejorar la calidad vida del paciente y preservar al máximo su autonomía y funcionamiento.