¿QUÉ SON LOS PROBLEMAS DE RELACIÓN Y DINÁMICA FAMILIAR?
La familia, entendida como un grupo de personas que establecen relaciones filiales, de pareja, entre hermanos y entre padres e hijos, es un sistema dinámico, donde confluyen de manera estrecha generaciones, valores, ideas y carácteres diferentes, por lo que el conflicto resulta algo inevitable dentro de la convivencia. Un conflicto no resulta algo negativo si se gestiona de manera adecuada, es más, es necesario para el desarrollo y el aprendizaje de estrategias adecuadas necesarias para la vida en familia y en sociedad.
Los padres como primer elemento que construye una familia, en la relación con sus hijos, desarrollan un estilo educativo. Éste se da en función del temperamento de los padres, la experiencia de cómo han sido educados y “la tendencia educativa” del momento.
El estilo parental que adoptan afecta a la convivencia familiar, en la que a veces se generan conflictos. Algunos de los temas que se abordan son problemas de comunicación, de comportamiento, la rebeldía, los hábitos, y otros temas frecuentes que surgen en función de la etapa evolutiva en la que se encuentren los hijos, como:
Conflictos durante la etapa infantil
Los conflictos son en relación al desarrollo de la autonomía de los pequeños, es difícil ver y establecer esa autonomía de manera consensuada y segura, facilitando la aparición de dudas y discrepancias entre los padres.
Conflictos durante la adolescencia
Es una etapa donde el conflicto se hace más presente, los padres y los hijos deben adaptarse a cambios importantes. Estos cambios afectan al estado emocional de todos los miembros de la familia, haciendo necesario adaptarse al cambio y afrontar el conflicto de manera constructiva.
Conflictos con hijos adultos
En este punto los hijos ya son seres adultos y se establece una nueva relación basada más desde la igualdad, pero cada uno de ellos suele tener diversas maneras de pensar y de entender cómo vivir u organizar su vida, por lo que esta es una etapa susceptible a algún conflicto familiar.
Los conflictos entre hermanos son habituales y suelen ser de corta duración. Las discusiones acostumbran a producirse por celos, envidia o por diferencias personales. En la mayoría de los casos no es necesaria la intervención de los padres, pero si estos perduran o son de alta intensidad requerirá de su mediación y gestión.
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¿CÓMO TRABAJAMOS?
En estos casos se realiza una intervención terapéutica centrada en el asesoramiento y en el aprendizaje de estrategias de resolución de estos conflictos, valorando el estilo educativo, los valores familiares, las características de los padres, de los hijos, la etapa evolutiva, etc. Con el objetivo de restablecer y/o fortalecer los vínculos familiares.