La Plasticidad Emocional es un nuevo concepto contenido en el marco de la Inteligencia Emocional que aparece como respuesta a la necesidad de poner nombre a una capacidad básica del ser humano: el pensamiento flexible.
Uno de los principios de la Plasticidad Emocional manifiesta: “Si planteo nuevas opciones, nuevos escenarios, nuevos caminos de actuación, etc., experimento nuevas sensaciones que, a su vez, promueven y enriquecen nuevos pensamientos. Es así como nuestro sistema de pensamientos y emociones crece”.
Esta semana, el equipo del INSTITUT D’ASSISTENCIA PSICOLOGICA I PSIQUIATRICA MENSALUS, nos presenta un nuevo concepto enmarcado dentro de la Inteligencia Emocional: la PLASTICIDAD EMOCIONAL.
¿Qué es la Plasticidad Emocional?
La Plasticidad Emocional es la capacidad de moldear el propio sistema de pensamientos y emociones con el fin de aumentar las competencias que constituyen la Inteligencia Emocional.
Así mismo, la Inteligencia Emocional es aquella parte de la inteligencia que fija especial atención en la funcionalidad de dicho sistema (Pensamientos+Emociones) y busca las herramientas necesarias para velar por su sostenibilidad.
La Plasticidad Emocional es posible gracias a la flexibilización del pensamiento. El pensamiento plástico y flexible es aquel que permite evaluar distintas opciones, experimentar variedad de escenarios, realizar diferentes interpretaciones, llevar a cabo acciones no intentadas, etc.
¿Cómo se conforma nuestro sistema de pensamientos y emociones?
Cada persona posee un sistema de pensamientos y emociones único e irrepetible. Los demás pueden empatizar con él, pero cada individuo es experto en su propio contenido.
Este sistema está en continuo crecimiento y se define a través de cuatro áreas básicas:
- La herencia emocional
- La experiencia vital
- Los rasgos de personalidad
- El momento presente
1- La herencia emocional
Con herencia emocional nos referimos al conjunto de mensajes que acompañan el contexto familiar y socio-cultural en el que nacemos y crecemos. Esta herencia no es elegida. De un modo u otro, condiciona nuestras creencias y configura una parte de nuestra persona.
2- La experiencia vital
A lo largo del ciclo vital experimentamos infinidad de situaciones. Algunas de ellas forman parte de nuestra rutina, otras aparecen por sorpresa. Sea como sea, en mayor o menor grado, todas ellas generan un impacto e influyen en nuestro modo de pensar, sentir y actuar.
3- Los rasgos de personalidad
Los rasgos resumen las conductas que las personas llevamos a cabo: describen las diferencias individuales y quedan reflejados en la percepción que tenemos del mundo.
4- El momento
Las necesidades del momento vital también influyen en nuestra mirada. A los 20 años no vemos la vida igual que a los 40. Así mismo, el contexto que define el aquí y ahora cambia continuamente. Cada instante vital está inmerso en un marco único que nos ofrece una información irrepetible.
¿Qué define nuestro sistema de pensamientos y emociones?
Nuestro sistema de pensamientos y emociones define la visión (gafas) que tenemos de la realidad. Explica cómo nos vemos a nosotros mismos y cómo vemos el mundo que nos rodea.
El grado de eficiencia de nuestras gafas dependerá de la capacidad de gestión que tengamos sobre nuestro sistema de pensamientos y emociones. Nuestra capacidad de manejo irá de la mano de nuestra plasticidad emocional.
Cuanto más flexible es mi pensamiento, más plasticidad emocional poseo. Cuanta más plasticidad emocional poseo, más flexibles son mis gafas (más rico y funcional es su enfoque). Cuanto más flexibles son mis gafas, más lineas de pensamiento trazo y más oportunidades tengo para experimentar nuevos escenarios y vivir nuevas tesituras. Todo ello, nuevamente, flexibiliza mi pensamiento.
Un sistema sostenible
Conseguir nuestros objetivos está bien, pero no a cualquier precio. Cuando decimos “a cualquier precio” nos referimos al precio del sufrimiento, al precio de la aparición de la ansiedad disfuncional.
La ansiedad es un mecanismo de defensa natural necesario para la supervivencia.
Por el contrario, la ansiedad disfuncional es un mecanismo que:
- Entorpece en lugar de echar una mano.
- Limita en lugar de advertir.
- Despierta alertas no inteligentes.
- Desgasta, quita energía vital, una energía que podríamos aprovechar para desarrollar otros aspectos.
- Resta sostenibilidad a nuestro sistema de pensamientos y emociones.
- Mantener la ansiedad disfuncional limita nuestra Plasticidad Emocional.
El entrenamiento de la Inteligencia Emocional
La Plasticidad Emocional igual que la Inteligencia Emocional, se hace, no se nace.
El entrenamiento de ambas pone a prueba nuestras gafas para evidenciar su grado de funcionalidad y Lo hace partiendo de una idea: cada uno de nosotros es experto en su propia historia de vida. La responsabilidad de manejar nuestro sistema de pensamientos y emociones es la que nos otorga capacidad de gestión y control.
Así pues, desde los entrenamientos de la Inteligencia Emocional velamos por conseguir una gafas plásticas emocionalmente. Con ello nos referimos a unas gafas que permitan:
- Identificar los sentimientos propios y ajenos (ponerles nombre y apellidos).
- Comprenderlos (¿cuál es su función?).
- Expresarlos (darles voz).
- Controlarlos (qué expreso, cómo lo expreso y cuándo lo expreso).
- Utilizarlos de modo que nos conecten con los demás. Por ello, no solo hablamos de la identificación y comprensión emocional propia, sino también de la ajena.
Y no solo eso. Las gafas inteligentes emocionalmente y, por tanto, plásticas emocionalmente, son aquellas que nos recuerdan nuestros derechos y nuestra parte de responsabilidad, ayudándonos a:
- Diferenciar la responsabilidad propia de la ajena (en toda comunicación existe una co-responsabilidad)
- No tomar un exceso de responsabilidad
- Poner límites
- Escuchar nuestras necesidades
- Promover pensamientos que conducen hacia objetivos sostenibles.
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