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Técnica psicológica de la línea de vida

[vc_row][vc_column][vc_column_text]linea de vida“Esta técnica psicológica llamada línea de vida resalta momentos de cambio, experiencias importantes y modificaciones en el rumbo de la historia personal, así como proyecciones de momentos futuros”.

“La recapitulación de acontecimientos es necesaria para aprender de la historia y entender qué sucedió en un momento dado”.

En la siguiente entrevista, Diana Beriain, psicóloga colaboradora del INSTITUT D’ASSISTENCIA PSICOLOGICA I PSIQUIATRICA MENSALUS, nos presenta la técnica psicológica de la línea de vida.

¿En qué consiste la técnica de la línea de vida?

Todos poseemos una línea de vida que simboliza nuestro relato, nuestra experiencia, nuestro bagaje.  Las personas tenemos una historia de nuestro pasado formada a partir de recuerdos que marcan distintas vivencias que hemos experimentado y que, de un modo imaginario, dividen el camino que hemos seguido.  Estas divisiones son etapas y cada persona fracciona su vida mentalmente de un modo subjetivo.

De forma resumida, podríamos decir que esta técnica consiste en la creación de una línea (gráfica o imaginaria), en la que la persona coloca los acontecimientos más relevantes de su vida o de un periodo de la misma.  Así pues, la línea de vida es una representación de aquellos eventos que han marcado o tenido una influencia importante en la historia de vida, partiendo del inicio de ésta, hasta llegar al momento actual.  La técnica resalta momentos de cambio, experiencias importantes y modificaciones en el rumbo de la historia personal, así como proyecciones de momentos futuros.

 

Nos hablas de línea de vida física o imaginaria, ¿a qué te refieres?

Esta técnica puede realizarse sobre una cartulina o un papel a modo de gráfico, o en un espacio físico que marque el terapeuta a modo imaginario.

 

¿Cómo se realiza esta técnica?

En los dos casos, gráficamente o espacialmente, el terapeuta pide a la persona que se sitúe en el momento presente, y señale dónde se encuentra su pasado y su futuro.  Con este ejercicio puede trabajarse toda la historia de vida (es decir, desde el nacimiento hasta el momento actual y la proyección de futuro), o una etapa concreta (por ejemplo, la etapa de estudios universitarios o una etapa laboral).

En el caso de la técnica a modo gráfico, la persona dibujará su “línea de vida” y la dividirá en distintas etapas ordenadas cronológicamente, cada una de ellas protagonizada por un suceso relevante concreto.  La división de etapas será totalmente subjetiva.

En el caso de la técnica a modo espacial, la persona señalará en el suelo cuál es su “línea de vida”.  Para realizar las distintas divisiones y etapas, la persona se desplazará a lo largo de la línea.

En los dos casos, el terapeuta ayudará al individuo a recordar momentos pasados y revivir emociones con intervenciones tipo “¿cómo te sentías María en esta etapa concreta de tu vida?”, conocer el estado actual preguntando “¿cómo te sientes en este momento presente?”, proyectar momentos futuros con preguntas tales como “¿cómo te ves dentro de cinco años?”, y establecerá incluso un diálogo entre distintas etapas facilitando preguntas tipo: “¿la María actual, que le diría a la María del futuro?”, “la María del momento futuro, ¿qué consejo podría ofrecerle a la María actual?”

 

Así pues, ¿qué utilidad tiene esta técnica de línea de vida?

En un espacio ordenado encontramos las cosas más fácilmente y resulta más sencillo asignar el sitio apropiado para cada cosa.  El objetivo de la línea de vida es ordenar acontecimientos de nuestra historia y preservarlos vivos, así como obtener un recurso para encontrarlos fácilmente si los necesitamos.

Construir una línea de este tipo puede ayudarnos a entender qué visión tenemos de la vida, cuáles son nuestras prioridades, qué recuerdos conservamos de la infancia y cómo han podido influir en el presente, qué cambios hemos realizado a lo largo del tiempo, cómo vivimos en la actualidad y cómo nos planteamos el futuro.

Aun así, esta no es una tarea fácil; para ello es necesario mucha reflexión, concentración y capacidad de síntesis.

La recapitulación de acontecimientos es necesaria para aprender de la historia y entender qué sucedió en un momento dado.  Es importante comprender qué pasó para poder así construir un futuro.  La línea de vida nos facilitará conocer cómo hemos llegado hasta el punto presente, y pondrá de manifiesto cuáles fueron las decisiones que se tomaron en cada momento y cómo evolucionaron creando nuevas situaciones y experiencias.

Esta técnica no sirve para juzgar o arrepentirnos de nuestras decisiones, sino para comprender porqué tomamos un camino concreto en un momento dado y qué rumbo queremos seguir de ahora en adelante.

 

¿Nos podrías mostrar un breve ejemplo de esta técnica?

Veamos a groso modo cómo se realizaría la técnica de la línea de vida a modo gráfico:

En una gran hoja o cartulina, el paciente dibuja una línea y marca en ella las fechas que considera más significativas desde su nacimiento hasta ahora, reflejando aquello que tuvo un impacto significativo: estudios, trabajos, enfermedades, cambios personales, familiares, etc.  La línea la puede crear el paciente solo o con la ayuda del terapeuta conforme se explora su historia.

A continuación,  la persona se sitúa en el momento actual y se inicia una revisión de etapas.  Con esta revisión,   se puede  agregar todo tipo de información: sentimientos, ideas, decisiones que cambiaron su vida, emociones, fotos, etc. todo ello a partir de reflexiones y diálogos generados con la ayuda del terapeuta.

Veamos un ejemplo de las distintas etapas verbalizadas por un personaje imaginario. Así sería la línea de vida de María.

Ejemplo de línea de vida:

  1. Nacimiento de mi hermano pequeño. 3 años.  Dejo de ser el centro de atención.  Aprendo a compartir.
  2. Colegio, Primaria8 años.  Era muy feliz, no tenía que tomar decisiones.  La vida era fácil.
  3. Enfermedad de mi padre e inicio instituto. 14 años. Un momento muy duro. Los estudios empiezan a ir mal y en casa la situación es realmente tensa.  Mi madre está ausente en las tareas del hogar.
  4. Mi primera ruptura de pareja. 16 años. Rompo con mi primera pareja después de un año de relación.  Mi padre empieza a recuperarse y mi madre sigue absorbida por la enfermedad.  No lo comento con nadie hasta pasados muchos meses.
  5. Inicio de la universidad, arquitectura. 18 años. Por fin empiezo unos estudios que me interesan.  Conozco gente muy interesante y me relaciono con más personas.  Estoy más centrada en mis objetivos, disfruto de lo que hago.
  6. Erasmus. 23 años.  Una gran época.  Mi primera experiencia fuera de casa y en el extranjero.  Los estudios no van muy bien, se retrasa el final de la carrera.
  7. Mi primer trabajo. 26 años.  Empiezo a sentirme independiente.
  8. Mi segunda pareja. 28 años.  Por fin parece que conozco al chico ideal.
  9. Oferta de trabajo en el extranjero. 30 años.  La situación laboral es muy complicada en España.  Estoy bien con mi pareja pero irme al extranjero nuevamente es una gran oportunidad.  No sé qué hacer. 

Conclusión:

Así pues, a partir de esta información, el terapeuta explora cómo se sintió la persona en cada una de estas etapas, cómo se siente en la actualidad, y qué proyección hace de futuro.  En este caso, María, tiene serias dudas sobre su futuro laboral.  El revisar y reflexionar sobre cómo ha transcurrido su vida, qué recursos obtuvo en cada etapa, qué necesidades presenta en la actualidad, y qué consejos puede otorgarse a su propia persona de cara a un futuro, puede ayudar a María a obtener una información muy valiosa que facilite la toma de decisiones.

Recientemente en Mensalus realizamos la técnica de la ilnea de vida a modo espacial entre los alumnos que finalizaron el Máster en Psicoterapia Integradora que se imparte en este centro.

Para llevarla a cabo, les pedimos que pensaran en cómo había sido su paso por el curso y qué diferencias observaban a nivel personal y profesional entre antes de iniciarlo y el momento actual.  Un alumno realizaba el rol de terapeuta y guiaba a otro que deseaba representar espacialmente esta línea de vida.  El resultado fue muy satisfactorio para todas las personas que lo experimentaron dado que, de un modo vivencial, sintieron estas diferencias entre el antes y el después, y pudieron proyectar sus metas y objetivos a corto plazo.

En definitiva, la línea de vida es un reflejo de aquello que la persona ha vivido; le recuerda qué rumbo ha seguido hasta el momento y qué desea conseguir a partir de ahora.

Muchas gracias Diana.

Entrevista realizada por Mª Teresa Mata.

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